Encuentro con mi padre en la huerta
Pasado el mediodía. Pasado el cine,con sus altos muros pesarosos
a punto de venirse abajo, entro a la huerta.
Terminada la función, todos se han ido:
los peones, los perros y las puertas.
Delante de una higuera mi padre está parado.
Mi madre ha muerto. Los hijos han envejecido.
Él está solo, hilillos de aire
atraviesan sus ropas harapientas.
Por miedo a acercarme y asustarlo
con mi presencia viva, quiero pasar de largo.
Él pregunta al extraño, ahora con pelo blanco:
“¿Quién anda allí?”
“Padre, soy tu hijo.”
“¿Sabe tu madre que has regresado? ¿Vas a
quedarte a comer?”
“Padre, desde hace años tu esposa descansa
junto a ti en el cementerio del pueblo.”
Entonces, como si adivinara todo,
él me llama por mi nombre de niño
y me da un higo.
Así nos encontramos los vivos y los muertos.
Luego, cada quien siguió su camino.
Homero Aridjis
Los poemas solares (2005)
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
Para Aridjis, el poema es un edificio de visiones y la luz diurna, a la que elogia y canta en este libro, la matriz en que se figura el mundo. Aquí está todo lo que merece ser visto: las cosas, aquellos a los que queremos y a los que quisimos, los sueños. el poeta se detiene frente a nuestra cotidianidad Para percibir lo extraordinario y, en la naturaleza que nos rodea, la presencia de lo sobrenatural y de lo cósmico; cargado de experiencias y en control de sus pasiones voltea hacia el mundo y lo encuentra luminoso.