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6 de agosto de 2012

Wislawa Szymborska / Los castrados




Lo de los castrados es un lío de faldas; pero de faldas Papales .Y sino, veamos lo que nos cuenta Wislawa Szymborska en su Libro, Lecturas no obligatorias. Wislawa, durante unos años, colaboró con diferentes semanarios y revistas comentando obras que normalmente no acaparan la atención de los críticos y, se sirvió de ellas para hacer pequeñas narraciones sobre diferentes temas. Estos temas son la excusa para que la autora pueda dar su punto de vista. En este caso la pieza se titula Divas y la obra que utiliza es Ruiseñores de terciopelo y seda: La vida de las grandes prima donas, Walter Hass.

En el siglo XVI aún se pensaba que el que una mujer interpretase un papel femenino en un teatro respetable era algo escandaloso. Por el contrario, los hombres disfrazados de mujeres era algo normal. La ópera, que era por entonces una nueva forma musical originaria de ese siglo, respetaba igualmente esa dudosa idea sobre la decencia. Pero en el año 1600, a propósito del solemne estreno de Eurídice en Florencia una mujer interpretó el papel principal. Este escándalo solamente podía suceder lejos de la Roma papal, donde aún pasaría mucho tiempo antes de poder ver en escena a una mujer. Con el trascurso de los años, aquella prohibición romana se tornó cada vez más problemática, dado que el número de óperas aumentaba y la demanda de chicos que cantasen bien no dejaba de crecer, mientras la oferta no era muy grande y sobre ella siempre pendía la inevitable amenaza del cambio en la voz. Así que se empezó a castrar a los muchachos. ¿Qué no se haría con tal de mantener las buenas costumbres...? A partir de entonces, el papel de las gráciles ninfas, diosas y pastorcillas, lo desempeñaban inválidos obesos, más espigados que el resto, pero que poseían unas voces sobrenaturalmente bellas. Comenzaron a ser solicitados por todas las salas de opera europeas, incluso por aquellas en las que las mujeres ya habían sido más o menos aceptadas. Los castrados se convirtieron en una amenazadora competencia para el sexo débil, y como consecuencia de ello, las cantantes se veían obligadas con frecuencia a conformarse con el papel del sentimental galán. Esta situación acabó deviniendo en una feria. En Londres, aparecieron en una representación tantas cantantes con pantalones como castrados con crinolinas...

Y la historia continua, pero ahora son las mujeres las que llevando los pantalones. Hay casi cien relatos breves como este. La editorial es Alfabia

15 de julio de 2012

Wislawa Szymborska / El satiricón




EL SATIRICÓN
PETRONIO
        Este antiguo relato (muy probablemente de tiempos de Nerón y escrito por «este» Petronio) se ha conservado solo en fragmentos; sin embargo, resulta muy difícil adivinar cuál es el tamaño de las lagunas. Eso sí: era una obra extensa, con más de dieciséis partes repletas de aventuras que, aunque eróticas, son también bastante monótonas. Por primera vez disponemos de la traducción en nuestro idioma de todos sus fragmentos. Hasta el momento solo se había traducido uno de ellos, El banquete de Trimalción, y se dejó la gazmoñería restante para tiempos menos pudorosos que, resulta, son los nuestros. Así, finalmente, el lector podrá descubrir por qué el fragmento del banquete gozaba, y con razón, de especial popularidad: es, con diferencia, el mejor artísti camente hablando, y su humor es de una categoría superior. No puedo quitarme de encima esa sensación de que fue otra mano de la antigüedad la que lo escribió, o que si no lo escribió, lo rehizo añadiendo una irónica magnificencia. Los filólogos ni siquiera se plantean tal eventualidad. A lo mejor tienen pruebas más que sólidas sobre la autoría única del relato. Por lo que mejor me callo. Además, ¿hace realmente falta ponerle peros a un texto de hace más de dos mil años? ¿Reprocharle en algunas partes la banalidad de sus bromas? El humor es la más delicada emanación de las costumbres de una época, pero también la menos duradera. Con seguridad la obra de Petronio era terriblemente cómica y estaba repleta de alusiones entendibles por todo el mundo. Hoy tratamos de devolver la vida a la alusión con notas a pie de página, pero eso es como avivar la pata de una rana muerta con descargas eléctricas. Además, el relato debía de ser divertido en lo lingüístico. Sus personajes principales, libertos en su mayoría, hablaban la lengua de la calle, ¡tan alejada de las normas retóricas! Los errores gramaticales y de lógica introducidos por el autor a sabiendas debían de hacer reír. No resulta fácil traducir todo eso y, además, cuando el deber de la precisión filológica oprime al traductor, el resultado final solo puede ser ingrato. Sea de una manera o de otra, El Satiricón no pasará mucho tiempo en las librerías.

Ficha técnica

Título: Más lecturas no obligatorias|AutoraWislawa Szymborska |EditorialAlfabia Género: Ensayo |ISBN978-84-938909-9-5 | Páginas: 200 | Formato:  20 x 13 cm.|

12 de julio de 2012

Wislawa Szymborska / Alabanza de pajaros





Wislawa Szymborska no solo escribe poemas sino que su prosa también es deliciosa y vale la pena conocerla. Me fascina cómo cuenta esta escritora las historias y la calidad de las mismas. Szymborska tiene el don de contar cuentos, y también lecturas. Lo hace con la misma pasión y agudeza con la que cuenta una historia. Lo que más me gusta de la prosa de esta escritora es cuando descubro en ella una historia. Me fascina cómo las cuenta y la calidad de las mismas.

“Lecturas no obligatorias es una recopilación de textos aparecidos durante décadas primeramente en Zicie Literackie, un conocido semanario polaco de literatura y cultura, y, más tarde, en otras revistas como Pismo u Odra. A partir de 1993, estas breves piezas en prosa se publicaron en Gazeta Wyborcza, un importante periódico polaco. Como la misma autora explica en un breve prefacio, sus columnas no son reseñas literarias, sino comentarios a obras que normalmente no acaparan la atención del crítico. Obras que pasan desapercibidas, pero que más tarde se convierten en éxito de ventas. En ocasiones, Szymborska se olvida ex profeso de las obligaciones del articulista y divaga sobre temas que guardan poca o ninguna relación con el libro. Rara vez se centra exclusivamente en la obra en cuestión, sus características formales o su calidad literaria, pero siempre arroja una valoración –a veces sutil; otras despiadada- sobre el asunto en cuestión.

“Hay artículos sobre biología, arqueología, historia, geología, botánica, psiquiatría, gastronomía…Pero en todos ellos se aprecia a trasluz el lado más humanista de Szymborska, un humanismo recubierto de ironía”.

“Lecturas no obligatorias es muchas cosas, todas a la vez. Es por eso que esas piezas en prosa son tan entretenidas y amenas. Y lejos de vulgarizar la literatura, buscan todo lo contrario: devolverle su dignidad y su humanidad. Porque el Libro, como diría Szymborska, es una de las mayores invenciones del homo ludens. Nos hace libres, nos invita a soñar y nos entretiene, entre otras muchas cosas. Szymborska sigue escribiendo, para disfrute del resto. Y la sonrisa, aunque digan lo contrario, nos acerca a nosotros mismos”

A continuación un articulo:

Alabanza a los pájaros (pág. 123)

Me gustan los pájaros porque vuelan y no vuelan. Porque se zambullen en las aguas y las nubes. Porque sus huesos están llenos de aire. Por la pelusa impermeable que tienen bajo las plumas. Por esas garras que han desaparecido de las alas pero que se han conservado en las patas, salvo en esas en forma de remo, dignas también de todo nuestro respeto. Me gustan los pájaros por sus patas de palillo, y por las torcidas también, cubierta en ocasiones por escamas púrpuras, amarillas o azules. Por su andar elegante majestuoso, y por su cojera, que siempre da la impresión que la tierra que hay bajo sus pies se balancee.

Por esos ojillos desorbitados que nos ven a su manera. Por los picos puntiagudos, con forma de tijeras, curvos,aplastados, largos o cortos. Por las pecheras emplumadas, los penachos, las crestas, los collarines, los volantes, las almillas, los pantalones, los abanicos y los ribetes. Yo mismo valoro en gran medida no solo la grisura en el pelaje del ave, la cual nunca resulta monótona, sino también el abigarramiento, el cual en la época del celo siempre se las arregla para ofrecernos algún efecto adicional.

Me gustan los pájaros por sus nidos, sus huevos y las bocas reptilianas abiertas de par en par de los polluelos. Y, finalmente, por esas voces chirriantes y melodiosas que gorjean, trinan y gorgotean. El autor de este atlas sobre los pájaros le ha dedicado una atención, muy especial a todas estas voces . Por ejemplo, el “pst pst tik tik” es la voz de reclamo del papamoscas gris, mientras que el “bit bit cyr crr” corresponde al papamoscas negro, una diferencia sustancial, que impide la confusión amorosa entre estas dos familias tan cercanas. Como es de suponer, todo intento por reproducir las voces de las aves mediante los sonidos del lenguaje el humano es claramente impreciso, y seria todo mucho mas fácil si el atlas incluyese algunos discos. Pero Jan Sokolowsky sabia muy bien que hacía: dada la ya conocida presteza de nuestra industria musical, un atlas con grabaciones no aparecería dentro de setenta años.

Por ello, su laboriosa aunque imperfecta trascripción merece nuestro reconocimiento, si bien debe añadirse también que su trabajo es fruto de varios siglos de tradición literaria. Y dado que hablamos de literatura, debo decir que también me gustan los pájaros porque han revoloteado durante siglos dentro de la poesía polaca. Desgraciadamente no todos ellos. El protagonista y el predilecto de la poesía polaca Los pájaros de Polonia es el ruiseñor. El águila, el cuervo, el búho, la golondrina, la cigüeña, la paloma, la gaviota, el cisne, la grulla, la alondra y el cuclillo también pertenecen a esta casta privilegiada. También encontramos a la garza, el tordo, el camachuelo, el aguzanieves, el pinzón y el mirlo y muchos otros, aunque mas esporádicamente.

Hay pájaros cuya existencia la poesía calla, simplemente porque sus nombres son tan desparpajados que arruinarían el ambiente lírico . Nunca me he encontrado con el verderón, el triguero, el trillador marrón, o incluso con el bigotudo. El desafortunado chotacabras no es para nada mas feo que la golondrina, pero no ha conseguido hacer carrera poética. Solo podemos albergar la esperanza de que, en el futuro, algún poeta se apiade finalmente de él o de algún porrón osculado. Al menos, este no es el peor de los futuros, ya que aún hay esperanza.

Otro cantar es el de aquellos pájaros condenados por tener un nombre ambiguo. El alcaraván, el colirrojo o el gorrión solo añadirían confusión al paisaje poético ¿Y que pasó con la cogujada o Galerita cristata? En otra época prestó su nombre a las jóvenes doncellas y lo echó todo a perder.

Un poeta que escribiese ”A mi tranquila choza llegó volando una galerita”, sería considerado un donjuán fanfarrón. ¿Y que tal sería el pato havelda? “Una vez me senté en la empalizada y me rozó, al vuelo, una havelda...”. No, no puede ser. ¿Y que tal el pájaro combatiente? “No vagues junto al Narew, vida mía, para que los combatientes no se asusten al verte...”.¿Que clase de bardo se arriesgaría por algo así? El que estos parias voladores se sientan dolorosamente afectados por su ausencia en nuestra poesía es un asunto aparte. Siempre pueden resarcirse incorporándose a la poesía de algún país extranjero en donde su nombre no pueda asociarse con ninguna otra cosa.

Los pájaros de Polonia Jan Sokolowski. Con ilustraciones a color de Wlady Siwka Varsovia. Wydawnictwa Szkolne i Pedagogigicznc, 1979

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Wislawa Szymborska Lecturas no obligatorias p. 123 Prosas Traducción Manel Bellmunt Serrano