Me ven ahora

27 de noviembre de 2007

Discurso al Alimón sobre Rubén Darío





Por Federico García Lorca y Pablo Neruda

Hacia el año 1933, Pablo Neruda es enviado al Consulado de Chile en Buenos Aires. Ahí comenzará a conocer la resonancia internacional de su poesía. Además intimará con destacados escritores argentinos. Pero el encuentro más importante como relata Emir Rodríguez Monegal en su Neruda: El viajero inmóvil "ocurrirá un día de octubre de 1933, cuando es presentado a Federico García Lorca, de paso en el Río de la Plata para asistir al estreno de Bodas de sangre, por Lola Membrives, y para dar algunas conferencias. La fecha está marcada con piedra blanca en la poesía hispánica de este siglo, porque la personalidad avasalladora de Federico (seis años mayor, y ya famosísimo) y la calidad recién alumbrada de Neruda se reconocen a primera vista, fundan una amistad que sólo corregirá la muerte y establecen un puente perdurable entre las dos orillas de la nueva poesía en lengua española. Para marcar este encuentro , el P.E.N. Club argentino organiza un banquete de homenaje a ambos poetas y ellos agradecen con un discurso en colaboración, sobre Rubén Darío, "el padre americano de la lírica hispánica de este siglo."
Más tarde, Neruda habría de recordar que: "tanto García Lorca como yo, sin que se nos pudiera sospechar de modernistas, celebrábamos a Rubén Darío como uno de los grandes creadores del lenguaje poético en el idioma español".


Neruda:Señoras...
Lorca:
Y señores: Existe en la fiesta de los toros una suerte llamada "toreo al alimón" en que dos toreros hurtan su cuerpo al toro cogidos de la misma capa.

N.:
Federico y yo, amarrados por un alambre eléctrico, vamos a parear y a responder esta recepción muy decisiva.

L.:
Es costumbre en estas reuniones que los poetas muestren su palabra viva, plata o madera, y saluden con su voz propia a sus compañeros y amigos.

N.:
Pero nosotros vamos a establecer entre vosotros un muerto, un comensal viudo, oscuro en las tinieblas de una muerte más grande que otras muertes, viudo de la vida, de quien fuera en su hora marido deslumbrante. Nos vamos a esconder bajo su sombra ardiendo, vamos a repetir su nombre hasta que su poder salte del olvido.
L.:
Nosotros vamos, después de enviar nuestro abrazo con ternura de pingüino al delicado poeta Amado Villar, vamos a lanzar un gran hombre sobre el mantel, en la seguridad de que se han de romper las copas, han de saltar los tenedores, buscando el ojo que ellos ansían y un golpe de mar ha de manchar los manteles. Nosotros vamos a nombrar al poeta de América y de España: Rubén...

N.:
Darío.Porque, señoras...

L.:
y señores...

N.:Dónde está, en Buenos Aires, la plaza de Rubén Darío?

L.:
Dónde está la estatua de Rubén Darío?

N.:
El amaba los parques. Dónde está el parque Rubén Darío?

L.:
Dónde está la tienda de rosas de Rubén Darío?

N.:
Dónde esta el manzano y las manzanas de Rubén Darío?

L.:
Dónde está la mano cortada de Rubén Darío?

N.:
Dónde está el acento la resina, el cisne de Rubén Darío?

L.:
Rubén Darío duerme en su "Nicaragua natal" bajo su espantoso león de marmolina, como esos leones que los ricos ponen en los portales de sus casas.

N.:
Un león de botica, a él, fundador de leones, un león sin estrellas a quien dedicaba estrellas.

L.:
Dio el rumor de la selva con un adjetivo, y como fray Luis de Granada, jefe de idioma, hizo signos estelares con el limón, y la pata de ciervo, y los moluscos llenos de terror e infinito: nos puso al mar con fragatas y sombras en las niñas de nuestros ojos y construyó un enorme paseo de Gin sobre la tarde más gris que ha tenido el cielo, y saludó de tú a tú el ábrego oscuro, todo pecho, como un poeta romántico, y puso la mano sobre el capitel corintio con una duda irónica y triste, de todas las épocas.

N.:
Merece su nombre rojo recordarlo en sus direcciones esenciales con sus terribles dolores del corazón, su incertidumbre incandescente, su descenso a los hospitales del infierno, su subida a los castillos de la fama, sus atributos de poeta grande, desde entonces y para siempre e imprescindible.

L.:
Como poeta español enseñó en España a los viejos maestros y a los niños, con un sentido de universalidad y de generosidad que hace falta en los poetas actuales. Enseñó a Valle Inclán y a Juan Ramón Jiménez, y a los hermanos Machado, y su voz fue agua y salitre, en el surco del venerable idioma. Desde Rodrigo Caro a los Argensolas o don Juan Arguijo no había tenido el español fiestas de palabras, choques de consonantes, luces y forma como en Rubén Darío. Desde el paisaje de Velázquez y la hoguera de Goya y desde la melancolía de Quevedo al culto color manzana de las payesas mallorquinas, Darío paseó la tierra de España como su propia tierra.

N.:
Lo trajo a Chile una marea, el mar caliente del Norte, y lo dejó allí el mar, abandonado en costa dura y dentada, y el océano lo golpeaba con espumas y campanas, y el viento negro de Valparaíso lo llenaba de sal sonora. Hagamos esta noche su estatua con el aire, atravesada por el humo y la voz y por las circunstancias, y por la vida, como ésta su poética magnífica, atravesada por sueños y sonidos.

L.:
Pero sobre esta estatua de aire yo quiero poner su sangre como un ramo de coral, agitado por la marea, sus nervios idénticos a la fotografía de un grupo de rayos, su cabeza de minotauro, donde la nieve gongorina es pintada por un vuelo de colibrís, sus ojos vagos y ausentes de millonario de lágrimas, y también sus defectos. Las estanterías comidas ya por los jaramagos, donde suenan vacíos de flauta, las botellas de coñac de su dramática embriaguez, y su mal gusto encantador, y sus ripios descarados que llenan de humanidad la muchedumbre de sus versos. Fuera de normas, formas y escuelas queda en pie la fecunda substancia de su gran poesía.

N.:
Federico García Lorca, español, y yo, chileno, declinamos la responsabilidad de esta noche de camaradas, hacia esa gran sombra que cantó más altamente que nosotros, y saludó con voz inusitada a la tierra argentina que pisamos.

L.:
Pablo Neruda, chileno, y yo, español, coincidimos en el idioma y en el gran poeta, nicaragüense, argentino, chileno y español, Rubén Darío.

N.: y L.:
Por cuyo homenaje y gloria levantamos nuestro vaso.

(Publicado en El Sol, Madrid, 1934)

23 de noviembre de 2007

¿Cómo hacer feliz a una mujer?



Hacer feliz a una mujer es fácil...Sólo se necesita ser......

1) Amigo
2) Compañero
3) Amante
4) Hermano
5) Padre
6) Maestro
7) Educador
8) Cocinero
9) Mecánico
10) Plomero
11) Decorador de interiores
12) Estilista
13) Electricista
14) Sexólogo
15) Gineco - obstetra
16) Psicólogo
17) Psiquiatra
18) Terapeuta
19) Audaz
20) Simpático
21) Atlético
22) Cariñoso
23) Atento
24) Caballeroso
25) Inteligente
26) Imaginativo
27) Creativo
28) Dulce
29) Fuerte
30) Comprensivo

a) No ser celoso, pero tampoco desinteresado.
b) Llevarse bien con su familia, pero no dedicarles más tiempo que a ella.
c) Darle su espacio, pero mostrarse preocupado por dónde estuvo. Y muy importante es:

No olvidar las fechas de cumpleaños, aniversario de novios, de boda, graduación, santo, menstruación, fecha del primer beso, cumpleaños de la tía y del hermano o hermana más querida, cumpleaños de los abuelos, de la mejor amiga.

-Desgraciadamente, el cumplir al pie de la letra estas instrucciones no garantiza al 100% la felicidad de ella, porque podría sentirse inmersa en una vida de sofocante perfección y fugarse con el primer desgraciado vividor que encuentre.

Dios dijo: ¡¡¡¡Amarlas!!!! ...PERO, ... NUNCA DIJO QUE HABÍA QUE ENTENDERLAS.

¿Cómo hacer feliz a un hombre?
1) Sexo
2) Comida
¿Somos... o no somos una ganga?

21 de noviembre de 2007

Alfredo Valenzuela Puelma

La lección de Geografía, 1883



Alfredo Valenzuela Puelma nace en Valparaíso en 1856. Estudia en la Academia de Pintura, teniendo como maestro a Ernesto Kirchbach, y con posterioridad al maestro Juan Mocchi.
Pertenece al llamado "Grupo de los Cuatro Maestros", junto a Pedro Lira, Juan Francisco González y Alberto Valenzuela LLanos. También a la "Generación del Medio Siglo", que incluía a los artistas nacidos en la década de 1850.
En 1881, recién egresado, marcha a París, becado por el Gobierno. Sus amigos los describen como "vivaz" y "alocado". Copia algo de Ribera, de Julio Bretón, Rembrant y Tiziano.
En 1885 regresa a Chile. Ese año, su cuadro "La Perla del Mercader", queda en exhibición en el Salón de París.
Nuevamente becado, vuelve a París en 1887. Es el momento en que Tolouse Lautrec pinta en Montmartre y Gaugin ha viajado a Panamá y La Martinica.
Cultiva el desnudo femenino como un factor de estilización. Se destaca como su desnudo mejor logrado "Las Ninfas de las Cerezas", atendiendo a su transparencia y lirismo. Otras obras que incursionan en el tema son "La Magdalena" y "Náyade cerca del Agua".
Es laureado en París y Madrid.
Tuvo dos hijos hombres y una niña, pero la pequeña muere a los seis meses de vida.
Se dice que es su hijo menor, Alfredo, quien fue su modelo para "La Lección de Geografía", una de sus obras más conocidas.
Aparte de "La Magdalena", tiene otras obras de carácter religioso, como "Jesús y Santo Tomás". No obstante, en el contexto político chileno, se le sitúa como anticlerical y balmacedista.
Su último viaje a París lo realiza en 1907, sin beca y por sus propios medios. Debió trabajar en actividades ajenas a la pintura y falleció el 27 de Octubre de 1909 en un asilo para insanos mentales, en Villejuif, un pueblo cercano a París.





La "Perla del Mercader"


Su Cuadro "La Perla del Mercader", se encuentra en la exposición permanente del Museo de Bellas Artes de Santiago. En el Salón de París fue conocida como "El Mercader de Esclavas".
Los temas orientales gozaban de gran prestigio en París, a fines del siglo pasado. En el pintor están influyendo estilos que conoció en dicha ciudad y la pintura española, polos opuestos que se esfuerza en hacer compatibles.
No lo tocan los trazos de Manet, que por entonces ejercía un fuerte atractivo. Prefiere las soluciones vigorosas. Su concepción naturalista lo acerca a Benjamín Constant, orientalista e hispanizante.
Tratándose de una obra cuya perspectiva no parece alcanzar más allá de los cinco o seis metros de profundidad, de hecho posee una dimensión hacia adelante, hacia donde se encuentra el espectador.
En efecto, allí, sin hacerse presentes en la pintura, están sin duda los compradores. Ricamente vestidos, portan joyas, oro y gemas, además de dracmas, rupias, piastras y dinares, en busca de una buena adquisición. También forman parte de la obra y le añaden espacio y extensión.
El Mercader es elocuente, habla en tono grave, apodera cada detalle de lo que está ofreciendo: la juventud, la belleza de las formas, su piel blanca, la educación, la inteligencia y la virginidad. La vehemencia se refleja en el gesto de sus manos.
La vida del artista fue particularmente dramática, más allá de lo expuesto en la breve síntesis histórica, y ésto debió gravitar en su actividad creadora.
Obras deslumbrantes como la que se examina, y en general, las del autor, son producto de la boyante actividad artística de París; del talento sobresaliente del pintor; de la riqueza del medio local proveniente del salitre; del entusiasmo con que se construían palacios en Santiago y provincias, los que debían ser engalanados con obras maestras. Se vivía el optimismo de un esplendor cuyos límites no se vislumbraban.
Hacia ese ámbito -mercado, se diría hoy-, estaban dirigidas las obras del artista.
Esta situación pudo contribuir significativamente en su rechazo a las tendencias más innovadoras, y su adhesión a las normas académicas.
A su funeral asistió una sola persona: un arquitecto chileno de apellido Thauby, que recibió y acompañó sus restos, los que 30 años después fueron repatriados gracias a una campaña efectuada por el diario "El Mercurio", con la colaboración de la Compañía Sudamericana de Vapores.
Se le rindió un justo homenaje en el Palacio de Bellas Artes.
Había llegado el momento de redescubrir al maestro en su obra.

Fuentes: Walter Abdul-Malak

13 de noviembre de 2007

Claudio Bravo

Nació el 8 de noviembre de 1936 en Valparaíso. Bravo, que se mantiene independiente de las vanguardias, utiliza el óleo, el dibujo al carboncillo, el pastel y el grabado, como técnicas con las que aspira a una precisión casi fotográfica, con la que las formas representadas adquieren una realidad superior a la de sus propios modelos. Bravo constituye una de las cimas del hiperrealismo universal, convirtiéndose en paradigma de ese género y junto con Matta, es uno de los artistas chilenos más famosos en el mundo.

El Turbante Rojo



Papel Rojo



Venus


Montadura de Caballo Chilena


Cojines




Babuchas



El Velo


La Oracion Árabe


A sugerencia de Laura Berra y Sureando agrego los cuatro últimos cuadros

6 de noviembre de 2007

Konstantinos Petros Kavafis (1863-1933) Ítaca (Ιθάκη) 1911


Constantinos Petros Kavafis nació en 1863, en Alejandría, ciudad en la que pasó la mayor parte de su vida. Fue agente de bolsa y funcionario del servicio estatal de riegos. Kavafis es una de las figuras más importantes de la poesía contemporánea por la originalidad y universalidad de su escritura. Poeta de refinada elegancia, con un lenguaje prosaico y exquisito, en su obra desarrolla un sutil análisis de los sentimientos y de la vida interior. Sus poemas fueron publicados después de su muerte, que tuvo lugar en 1933.

Transcribo una traducción al castellano, del poema mas conocido: Ítaca, además de la versión original en griego. Por si alguno de los lectores lo desea leer .

Aquí está el enlace a wikipedia de Constantino Kavafis y la página web aquí (en inglés)


ÍTACA
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los Lestrigones ni a los Cíclopes,
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no lo llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante tí.

Pide que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos antes nunca vistos.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes voluptuosos,
cuantos más abundantes perfumes voluptuosos puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en tu pensamiento.
Tu llegada allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguardar a que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas
.


Ιθάκη


Σα βγεις στον πηγαιμό για την Ιθάκη,
να εύχεσαι νάναι μακρύς ο δρόμος,
γεμάτος περιπέτειες, γεμάτος γνώσεις.
Τους Λαιστρυγόνας και τους Κύκλωπας,
τον θυμωμένο Ποσειδώνα μη φοβάσαι,
τέτοια στον δρόμο σου ποτέ σου δεν θα βρεις,
αν μεν' η σκέψις σου υψηλή, αν εκλεκτή
συγκίνησις το πνεύμα και το σώμα σου αγγίζει.
Τους Λαιστρυγόνας και τους Κύκλωπας,
τον άγριο Ποσειδώνα δεν θα συναντήσεις,
αν δεν τους κουβανείς μες στην ψυχή σου,
αν η ψυχή σου δεν τους στήνει εμπρός σου.

Να εύχεσαι νάναι μακρύς ο δρόμος.
Πολλά τα καλοκαιρινά πρωϊά να είναι
που με τι ευχαρίστησι, με τι χαρά
θα μπαίνεις σε λιμένας πρωτοειδωμένους,
να σταματήσεις σ' εμπορεία Φοινικικά,
και τες καλές πραγμάτειες ν' αποκτήσεις,
σεντέφια και κοράλλια, κεχριμπάρια κ' έβενους,
και ηδονικά μυρωδικά κάθε λογής,
όσο μπορείς πιο άφθονα ηδονικά μυρωδικά,
σε πόλεις Αιγυπτιακές πολλές να πας,
να μάθεις και να μάθεις απ' τους σπουδασμένους.


Πάντα στον νου σου νάχεις την Ιθάκη.
Το φθάσιμον εκεί ειν' ο προορισμός σου.
Αλλά μη βιάζεις το ταξείδι διόλου.
Καλλίτερα χρόνια πολλά να διαρκέσει
και γέρος πια ν' αράξεις στο νησί,
πλούσιος με όσα κέρδισες στο δρόμο,
μη προσδοκώντας πλούτη να σε δώσει η Ιθάκη.


Η Ιθάκη σ'έδωσε τ' ωραίο ταξείδι.
Χωρίς αυτήν δεν θάβγαινες στον δρόμο.
Άλλα δεν έχει να σε δώσει πια.


Κι αν πτωχική την βρεις, η Ιθάκη δε σε γέλασε.
Έτσι σοφός που έγινες, με τόση πείρα,
ήδη θα το κατάλαβες οι Ιθάκες τι σημαίνουν.

Κωνσταντίνος Π. Καβάφης

1 de noviembre de 2007

Gabriela Mistral - Los sonetos de la muerte

Mural en homenaje a Gabriela Mistral, realizado en cerámica. Cerro santa Lucía


I

Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.

Te acostaré en la tierra soleada con una
dulcedumbre de madre para el hijo dormido,
y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna
al recibir tu cuerpo de niño dolorido.

Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas,
y en la azulada y leve polvareda de luna,
los despojos livianos irán quedando presos.

Me alejaré cantando mis venganzas hermosas,
¡porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna
bajará a disputarme tu puñado de huesos!

II

Este largo cansancio se hará mayor un día,
y el alma dirá al cuerpo que no quiere seguir
arrastrando su masa por la rosada vía,
por donde van los hombres, contentos de vivir...

Sentirás que a tu lado cavan briosamente,
que otra dormida llega a la quieta ciudad.
Esperaré que me hayan cubierto totalmente...
¡y después hablaremos por una eternidad!

Sólo entonces sabrás el por qué no madura,
para las hondas huesas tu carne todavía,
tuviste que bajar, sin fatiga, a dormir.

Se hará luz en la zona de los sinos, oscura;
sabrás que en nuestra alianza signo de astros había
y, roto el pacto enorme, tenías que morir...

III

Malas manos tomaron tu vida desde el día
en que, a una señal de astros, dejara su plantel
nevado de azucenas. En gozo florecía.
Malas manos entraron trágicamente en él...

Y yo dije al Señor: «Por las sendas mortales
le llevan. ¡Sombra amada que no saben guiar!
¡Arráncalo, Señor, a esas manos fatales
o le hundes en el largo sueño que sabes dar!

»¡No le puedo gritar, no le puedo seguir!
Su barca empuja un negro viento de tempestad.
Retórnalo a mis brazos o le siegas en flor».

Se detuvo la barca rosa de su vivir...
¿Que no sé del amor, que no tuve piedad?
¡Tú que vas a juzgarme, lo comprendes, Señor!

26 de octubre de 2007

Pedro Lira "La Carta de Amor"

Pedro Lira

La Carta de Amor, óleo/tela, 116 x 58 cm




Pedro Francisco Lira Rencoret (Santiago, 17 de mayo de 1845 — 20 de abril de 1912), Pintor chileno. Extenso promotor del arte en el país y considerado como uno de los principales artistas del siglo XIX en Chile, fue uno de los fundadores del Museo Nacional de Bellas Artes.

Hacia 1900 presentó en sociedad el retrato de una mujer que no tenía rostro. La pintura perteneció a la colección Luis Álvarez Urquieta y su título es Carta de Amor, según consta en su ingreso a la colección del Museo Nacional de Bellas Artes en 1939.

En un interior aristocrático se representa a una mujer que gira bruscamente y arremolina la seda de su vestido, para impedir que la mirada de quien ingresa a la habitación descubra la carta que oculta a su espalda: una borrosidad pictórica convierte al papel en una penumbra.

La carta,

por Juan Antonio Massone



Alguien ha enviado sus deseos y esperas
en esa carta que tus dedos oprimen.
Mendigas de los ojos, ¿qué promesas
o memorias de amor? ¿ cuáles palabras?

A tu mano vino el amor a dar su desnuda alarma
para luego quedarse a solas en tu mirada casi feliz,
casi completamente feliz, sin aprender a olvidarse.
Roto el silencio, la indiscreción exige girar el rostro.

La mano está a la puerta; inminentes los pasos.
Se cierne la amenaza, pálido temor de espantable día.
Vamos, vamos ya, acuda alguna ocurrencia.

Es tan distinta la verdad con su piel dentro del cuerpo.
Apresura algún decir; no harán falta promesas.
Alguien no querido está ahí y tu carta solloza.

21 de octubre de 2007

Inicios de novelas en español


Mejores inicios de algunos cuentos y novelas en Español, he dejado afuera muchas. Pero es una selección arbitraria.

Inicios

  • En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes.

  • Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Cien años de soledad, Gabriel García Márquez.


  • La mañana del día en que lo iban a matar, Santiago Nassar…Crónica de una muerte anunciada, Gabriel García Márquez

  • Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne…El túnel, Ernesto Sabato.
  • Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. El dinosaurio, Augusto Monterroso (texto completo)

  • Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. La casa de Asterión, Jorge Luis Borges

18 de octubre de 2007

La Trama Jorge Luis Borges (El Hacedor 1960)




Uno de los cuentos mas breves del gran escritor argentino Jorge Luis Borges. (Buenos Aires, 24 de agosto de 1899 - Ginebra, 14 de junio de 1986).

A pesar de su enorme prestigio intelectual y el reconocimiento universal que ha merecido su obra, no fue distinguido con el Premio Nobel de Literatura, a pesar de haber sido nominado por muchos años consecutivos

 La trama


Para que su horror sea perfecto, César, acosado al pie de la estatua por los impacientes puñales de sus amigos, descubre entre las caras y los aceros la de Marco Bruto, su protegido, acaso su hijo, y ya no se defiende y exclama: ¡Tú también, hijo mío! Shakespeare y Quevedo recogen el patético grito. Al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetrías; diecinueve siglos después, en el sur de la provincia de Buenos Aires, un gaucho es agredido por otros gauchos y, al caer, reconoce a un ahijado suyo y le dice con mansa reconvención y lenta sorpresa (estas palabras hay que oírlas, no leerlas): ¡Pero, che! Lo matan y no sabe que muere para que se repita una escena.

17 de octubre de 2007

Hoy estoy de Cumpleaños



Están todos invitados, los que lleven regalos y los que no también. Habrá torta para todos, globos y sorpresas.

11 de octubre de 2007

Premio Nobel Literatura (2007)

ESTOCOLMO (Reuters) - La novelista británica Doris Lessing ganó el jueves el Premio Nobel de Literatura 2007 por una obra que mira decidida en los males de la sociedad y que ha inspirado a una generación de escritoras.

La Academia Sueca, que concede el prestigioso galardón dotado con 10 millones de coronas suecas (alrededor de un millón de euros), calificó a la escritora de 87 años de una "transmisora de la experiencia épica femenina que, con escepticismo, pasión y poder visionario ha sometido al escrutinio a una civilización dividida".

También deseo recordar a los

premios Nobel de Literatura Hispanoamericanos:


José Echegaray
Jacinto Benavente
Gabriela Mistral
Juan Ramón Jiménez

Miguel Angel Asturias
Pablo Neruda
Vicente Aleixandre
Gabriel García Márquez
Camilo José Cela
Octavio Paz

9 de octubre de 2007

Juan Francisco González (1853-1933)

Juan Francisco González es el único artista chileno capaz de pintar, con honestidad, los temas más disímiles, que pueden ir desde un grupo de callampas en el suelo hasta el retrato más académico. Sus obras hablan de barcos, paisajes, retratos, un sin fin de proposiciones distintas, que hacen imposible la pretensión de dar una estructura única a su trabajo, y menos de clasificarlo en algún movimiento artístico.





5 de octubre de 2007

Pablo Neruda Alturas de Macchu Picchu (música: Los jaivas)

Poema: Las Alturas de Macchu Picchu de Pablo Neruda

De la obra Canto General (Canto XII)(1950) Presentado por el escritor Mario Vargas Llosa, grabado en Macchu Picchu

Sube a nacer conmigo, hermano.
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.
Mírame desde el fondo de la tierra,
labrador, tejedor, pastor callado:
domador de guanacos tutelares:
albañil del andamio desafiado:
aguador de las lágrimas andinas:
joyero de los dedos machacados:
agricultor temblando en la semilla:
alfarero en tu greda derramado:
traed a la copa de esta nueva vida
vuestros viejos dolores enterrados.
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
decidme: aquí fui castigado,
porque la joya no brilló o la tierra
no entregó a tiempo la piedra o el grano:
señaladme la piedra en que caísteis
y la madera en que os crucificaron,
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados
a través de los siglos en las llagas
y las hachas de brillo ensangrentado.
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.
A través de la tierra juntad todos
los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche
como si yo estuviera con vosotros anclado,
contadme todo, cadena a cadena,
eslabón a eslabón, y paso a paso,
afilad los cuchillos que guardasteis,
ponedlos en mi pecho y en mi mano,
como un río de rayos amarillos,
como un río de tigres enterrados,
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares.
Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Hablad por mis palabras y mi sangre

3 de octubre de 2007

Rubén Darío- A Margarita Debayle (1908)


Rubén Darío

El Doctor Luis Henry Debayle Pallais, fue un gran amigo del poeta Nicaragüense Rubén Darío, éste le dedicaría el famoso poema a Margarita Debayle, a una de sus hijas.
Este fue uno de los primeros poemas que aprendí de memoria en mi infancia


A Margarita Debayle

Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:

Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.

Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».

La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».

Y el rey clama: «¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!...
El Señor se va a enojar».

Y ella dice: «No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas por el viento
fui a la estrella y la corté».

Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.

Y así dice: «En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».

Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

* * *

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

22 de septiembre de 2007

Marxismos


Groucho Marx

(n. 2 de octubre de 1890 - 19 de agosto de 1977) fue un Actor, comediante y escritor Estadounidense , conocido principalmente por ser uno de los miembros de la familia cómica Hermanos Marx.
Groucho Marx ha demostrado un gran ingenio en cualquier situación.
Aquí hay una pequeña recopìlacion de algunas de sus mejores frases:

Eres la mujer más bella que yo haya visto nunca, lo cual no dice mucho a tu favor.

Recuerden, caballeros, que estamos peleando por el honor de esta mujer, que es, probablemente, más de lo que ella nunca hizo.

Fijaos en mí: he conseguido pasar de la nada a la más absoluta pobreza.

No quiero pertenecer a ningún club que me admita como socio.

Nunca olvido una cara, pero haré una excepción en su caso.

Un hombre sólo es tan viejo como la mujer que ama.

Conozco a centenares de maridos que serían felices de volver al hogar si no hubiese una esposa esperándoles.

¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!.

Debo confesar que nací a una edad muy temprana.

El matrimonio es una gran institución. Por supuesto, si te gusta vivir en una institución.


La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados

Groucho Marx fue incinerado, sus cenizas se guardan en el Eden Memorial Park, siendo falso el epitafio "Perdonen que no me levante" que popularmente se cree que está en su tumba

17 de septiembre de 2007

El Juicio de Paris ( El Eterno Femenino 1ª Parte)

El primer concurso de belleza




Un amigo y una amiga han encontrado este post un poco largo, así es que lo dividiré en partes para que sea mas legible
Un divertidísimo dialogo entre las diosas y Paris, en el primer concurso de belleza.
¿Por qué Hera y Atenea quieren la destrucción de Troya?
Se trata del famoso Juicio de Paris , que por orden de los dioses tiene que elegir a la diosa más bella, y entregarle la manzana de oro, que la Discordia, no invitada a la boda de Tetis y Peleo (los padres de Aquiles) arrojó a las tres diosas; Hera, Atenea y Afrodita. Los dioses no quisieron dirimir en tal caso, pues no querían problemas con ninguna de ellas.
Pero ¿como había comenzado todo?
La leyenda más famosa protagonizada por Eris ( la diosa de la discordia) cuenta cómo inició la Guerra de Troya. Tanto los dioses y diosas como diversos mortales fueron invitados a la boda de Peleo y Thetis (que luego serían padres de Aquiles). Sólo la diosa Eris no fue invitada debido a su naturaleza problemática. Así que Eris (en un fragmento de la "Cipria"), como parte de un plan urdido por Zeus y Temis apareció en la fiesta con la Manzana de la Discordia, una manzana dorada con la palabra Kallistipara la más hermosa» o «para la más guapa») inscrita, que arrojó entre las diosas provocando que Afrodita, Hera y Atenea la reclamasen para sí, iniciándose una riña. Zeus, para no tener que elegir entre las diosas, puesto que una era su esposa y otra su hija, encargó ser juez a Paris
Zeus: Hermes, toma esta manzana y vete a Frigia junto al pastor hijo de Priamo -que apacienta sus bueyes en el Gárgaro del Ida-, y dile: "Paris, Zeus te ordena que, por ser tú hermoso y entendido en asuntos de amores, juzgues cuál de estas diosas es la más hermosa; y que la vencedora reciba, como premio al juicio, la manzana". En cuanto a vosotras, es hora ya de que acudáis al lado del juez. Porque yo renuncio a a juzgaros, ya que os amo por igual y, si fuera posible, me gustaría veros vencedoras a las tres. Además, es fuerza que, al otorgar el premio a una sola, me ganara el odio de las demás. Por esta razón yo no soy un juez apropiado para vosotras, mas este joven frigio al que vais a acudir es de estirpe real y pariente de Ganimedes; es, además, sencillo y rústico, y nadie lo podría considerar indigno de contemplaros.
Afrodita: Por lo que a mí respecta, oh Zeus, aunque nos dieras por juez al mismo Mono, me sentiría confiada a su arbitraje. Porque ¿Qué podría censurar en mí? Pero es preciso que también éstas acepten a esta persona.
Hera: Tampoco, nosotras, Afrodita, abrigamos temor alguno, aunque tu Ares fuera el encargado del fallo; sino que aceptamos al tal Paris, sea quien sea.
Zeus: Y tú, hija mía, ¿Estás de acuerdo con ésto? ¿Qué contestas? ¿Vuelves la cabeza y enrojeces? Es propio de vosotras, las doncellas, de sentir vergüenza en tales casos. No obstante, haces un gesto afirmativo con la frente. Id, pues, y que las vencidas no se enfaden con el juez ni hagan daño alguno al muchacho, porque no es posible que seáis igualmente hermosas.
Hermes: Marchemos directamente en dirección a Frigia, yo delante, y vosotras seguidme sin retrasaros y sin temer. Yo conozco a Paris: es un hermoso mancebo aficionado al amor y muy apropiado para dirimir tales lances. No emitirá fallo desacertado.
Afrodita: Lo que tú dices está muy bien y juega a mi favor que nuestro juez sea imparcial. ¿Es soltero o hay alguna mujer que vive con él?
Hermes: Parece que vive con él una mujer del Ida, bastante bonita, pero rústica y terriblemente montaraz. Mas creo que no la aprecia mucho. ¿Por qué lo preguntas?
Afrodita:Te lo pregunté porque sí.
Atenea: ¡Eh tú, no haces bien en hablar tanto rato a solas con ésta!
Hermes: Nada malo decimos, Atenea, ni hablamos contra vosotras; me preguntaba simplemente si Paris es soltero.
Atenea: ¿Y qué significa, entonces, esta indiscreción?
Hermes: Lo ignoro, dice que se le ocurrió por casualidad, y que lo preguntó sin una finalidad concreta.
Atenea: Y qué, ¿es soltero?
Hermes: Parece que no.
Atenea: Entonces, ¿ama la guerra y la gloria, o es simplemente un pastor?.
Hermes: Exactamente no puedo decirlo, pero es de esperar que, siendo joven, aspire a alcanzar esta gloria y a ser el primero en el combate.
Afrodita: ¿Ves? Yo no te reprocho ni te echo en cara el que hables a solas con ella. Esta actitud es propia de personas quejumbrosas, no de Afrodita.
Hermes: Me preguntaba casi lo mismo que tú; así que no debes preocuparte ni considerarte en desventaja si yo le he contestado con la misma simplicidad que a ti. Pero con nuestra conversación nos hemos alejado de los astros y estamos casi en Frigia. Yo veo perfectamente el Ida y todo el Gárgaro, y aun, si no me engaño, a vuestro mismo juez, Paris.
Hera: ¿Dónde está? Porque yo no lo veo.
Hermes: Mira aquí, a la izquierda, Hera, no en la cima del monte, sino en la falda, donde está la gruta y donde ves el rebaño.
Hera: Pues no veo el rebaño.
Hermes: ¿Qué dices? ¿No ves, junto a mi dedo, unos bueyes que salen de entre las rocas, y un hombre que baja por los riscos, cavando en mano, y procura impedir que las reses se dispersen?Hera: Ahora lo veo, si es él.
Hermes: Pues es él. Y ya que estamos cerca, si os parece bien, bajemos a tierra y caminemos a pie, para no asustarle si caemos súbitamente ante él del cielo.
Hera: Tienes razón, hagámoslo así. Y ahora que ya hemos puesto el pie a tierra, es el momento, Afrodita, de ponerte a la cabeza y mostrarnos el camino ya que tú, como es natural, conoces bien el lugar por haber bajado muchas veces, según se dice, a ver a Anquises.
Afrodita: Tus chismes, Hera, no me hacen mucho efecto.
Hermes: No, yo os guiaré; porque yo también frecuente el Ida cuando Zeus estaba enamorado del muchacho frigio y en muchas ocasiones vine aquí enviado por él, para observar al mancebo; y cuando hubo tomado la figura de águila yo volaba a su lado y le ayudaba a sostener al bello mozo; y si mal no recuerdo, fue de esta roca de donde lo apresó, él se hallaba entonces tocando la flauta junto al rebaño; y Zeus se abalanzó sobre él por la espalda, lo asió muy suavemente con las uñas, cogió con el pico el gorro que llevaba en la cabeza y remontó al muchacho que, lleno de espanto y torciendo el cuello, dirigía su mirada a él. Entonces, yo tomé la flauta (pues la había dejado caer de temor) y ... Mas, he aquí cerca a vuestro juez, abordemóslo. Salud, pastor.
Paris: Salud a ti también, joven. ¿Quién eres? ¿Qué te lleva a mi país? ¿Quienes son esas mujeres que conduces? Porque no han nacido para recorrer los montes con lo bellas que son.
Hermes: ¡Pero si no son mujeres, Paris! Estás viendo a Hera, a Atenea y Afrodita; y yo soy Hermes a quien Zeus ha enviado aquí. Pero ... ¿Por qué tiemblas y palideces? No temas, no se trata de nada malo: te ordena que seas el juez de la belleza de estas diosas. Ya que tú eres hermoso, ha dicho, y entendido en asuntos de amor, a ti te confía la decisión. El premio del lance lo conocerás leyendo la inscripción de esta manzana.

El Juicio de Paris (El Eterno Femenino 2ª Parte y Final)

termina en guerra



Paris: Dame, pues lo que dice: "La más hermosa -dice- debe recibirla" Pero ¿Cómo podría yo, mi señor Hermes - un mortal, un campesino-, convertirse en el juez de un espectáculo tan maravilloso, que supera las posibilidades de un pastor? Juicios de esta clase son más bien propios de ciudadanos elegantes. En lo que a mi respecta, acaso supiera juzgar, con los medios de mi arte, qué cabra supera en belleza a otra cabra, qué ternera a otra. Mas éstas son todas igualmente hermosas y no sé cómo podría apartar la mirada de una y dirigirla a otra; la mía no puede apartarse fácilmente, sino que se mantiene fija allí donde primero se ha dirigido y alaba lo que ve. Y si se posa en otra parte, le parece igualmente hermosa, se extasía ante ella y con todo se siente atraída igualmente por las bellezas vecinas. En una palabra, su hermosura me ha invadido y cautivado por entero y lo que siento es no tener, como Argos, ojos en todo el cuerpo. Creo que emitiré un buen fallo dando a todas la manzana. Y, además, se añade a todo ello que ésta es hermana y esposa de Zeus, y esta otra su hija. ¿Cómo no va a resultar, en este caso, difícil el fallo?
Hermes: No lo sé. Pero no es posible inhibirse ante la orden de Zeus.
Paris: Convéncelas, al menos, de una cosa: que las dos que queden vencidas no se irriten contra mí, sino que consideren que la culpa es sólo de mis ojos.
Hermes: Así prometen hacerlo. Mas ya es hora que procedas al juicio.
Paris: Vamos a intentarlo. ¿Qué remedio me queda? Pero antes quiero saber una cosa: ¿bastará examinarlas tal y como están, o será preciso que se desnuden para una mayor exactitud en el examen?Hermes: Eso debes decidirlo tú, que eres el juez. Ordena lo que te plazca.
Paris: ¿Lo que me plazca? Quiero verlas desnudas.
Hermes: Vosotras, desnudáos, y tú examínala, que yo me vuelvo ya de espaldas.
Hera: Muy bien, Paris. Yo voy a desnudarme la primera para que veas que no tengo blancos sólo los brazos y que no me envanezco porque me llaman "la de ojos grandes", sino que en todas y cada una de mis partes soy igualmente hermosa.
Paris: Desnúdate también tú, Afrodita.
Atenea: Paris, no permitas que se desnude sin antes quitarse el ceñidor -pues es una hechicera-; no vaya a embrujarte con él. Y, además, no debería presentarse tan compuesta ni tocada con tanto colorete como una cortesana cualquiera, sino exhibir pura y simplemente su natural belleza.
Paris: Tienes razón en lo del ceñidor. ¡Quitatelo!.
Afrodita: ¡Y por qué, pues, no te quitas tú el casco, Atenea, y muestras desnuda la cabeza, sino que agitas el peinado e intentas atemorizar a nuestro juez? ¡Temes acaso que el brillo de tus ojos deje de surtir su efecto si se ve privado de su expresión terrorífica?
Atenea: Pues, mira, ya me he quitado el casco.
Afrodita: Pues, mira, yo también el ceñidor.
Hera: Y, ahora, ¡a desnudarse!.
Paris: ¡Oh, Zeus portentoso! ¡Qué espectáculo! ¡Qué belleza! ¡Qué placer! ¡Qué doncella, esta! ¡Qué esplendor, el de esta otra, tan regio, tan majestuoso, tan digno en verdad de Zeus! Y aquella, ¡Qué mirar tan dulce! ¡Qué sonrisa tan tierna y seductora! Me siento más que dichoso. Pero, si os parece bien, me gustaría examinaros una a una por separado, porque, ahora, por lo menos, estoy perplejo y no sé hacia dónde dirigir la mirada, pues mis ojos se sienten atraídos en todas direcciones.
Afrodita: Hagámoslo así.
Paris: Retiraos, pues, vosotras dos; y tú, Hera, quédate.
Hera: Me quedo. Y una vez me hayas examinado con toda detención, habrá llegado el momento de considerar, además, si te parece la recompensa por tu voto a mi favor. Porque si me proclamas la más bella, serás dueño del Asia entera.
Paris: Yo no juzgo esperando recompensas. Ea, retírate, que el fallo se emitirá según mi criterio. ¡Acércate tú Atenea!
Atenea: Heme ya a tu presencia. Y si me declaras la más hermosa, Paris, nunca saldrás vencido de un combate, sino que serás siempre victorioso. Pues yo te haré aguerrido e invicto.
Paris: No tengo, Atenea, ninguna necesidad de guerras ni de batallas. Porque, como ves, la paz impera en Frigia y en Lidia y en el reino de mi padre no hay conflictos. Mas no te preocupes, pues no serás postergada aunque emitiera mi fallo sin considerar recompensa alguna. Pero cúbrete ya, y ponte el casco, que te he visto lo bastante. Ahora le toca a Afrodita acercarse.
Afrodita: Aquí me tienes, a tu lado. Examíname con atención y sin prisas, sino deteniéndote en cada uno de mis miembros. Y ahora, si quieres, hermoso muchacho, escucha lo que voy a decirte; desde hace ya tiempo, viéndote tan joven y tan bello, como no sé si hay otro igual en Frigia, te vengo alabando por tu belleza. Mi único reproche es que no abandones estos riscos y peñascos y no te vayas a vivir a la ciudad, en lugar de malgastar tu belleza en el desierto. Porque ¿qué bien puedes obtener de las montañas? ¿De qué les sirve a las vacas tu belleza? Además, deberías estar ya casado, y no ciertamente con alguna ruda campesina, como son las mujeres del Ida, sino con una griega del Argos, de Corinto o de Esparta como Helena, por ejemplo, que es joven hermosa -en nada inferior a mí misma- y, lo más importante, apasionada. Con sólo verte -lo sé muy bien- esta mujer lo abandonaría todo, se te entregaría por entero, y te seguirá para vivir contigo. Pero sin duda ya has oído hablar de ella.
Paris: En absoluto, Afrodita. Y ahora, me gustaría oír de tus labios toda su historia.
Afrodita: Es hija de la famosa Leda, la bella mujer a cuyos brazos voló Zeus convertido en cisne.
Paris: ¿Qué aspecto tiene?
Afrodita: Es blanca, como es lógico habiendo sido engendrada por un cisne; tierna, como quien se ha formado en el interior de un huevo, ejercitada en la palestra y de tal modo requerida, que incluso se originó una guerra por haberla raptado Teseo cuando era niña todavía. Y, al llegar a la flor de la edad, los más noble Aqueos pretendieron su mano y el escogido fue Menelao, del linaje de los pelópidas. Si lo deseas, yo haré que tu boda con ella se convierta en realidad.
Paris: ¿Qué dices? ¿Mi boda con una mujer casada?
Afrodita: Eres un niño inexperto. Yo sé como hay que obrar en estos casos.
Paris: Cómo. También yo quiero saberlo.
Afrodita: Emprenderás un viaje con el pretexto de visitar Grecia y cuando llegues a Lacedemonia, Helena te verá. El resto, enamorarse de tí y seguirte, es asunto mio.
Paris: Esto es precisamente lo que me parece increíble, que abandone a su esposo y quiera hacerse a la mar con un hombre bárbaro y extraño.
Afrodita: No te inquietes por ello. Yo tengo dos hijos muy bellos, Hímeros y Eros. Te los entregaré para que te guíen durante tu viaje. Eros se apoderará completamente de ella y obligará a esta mujer a enamorarse. Hímeros, envolviéndote, te convertirá en lo mismo que es él, un ser deseable e irresistible. Yo misma colaboraré con mi presencia, y además, pediré a las Gracias que me acompañen, para que entre todos consigamos seducirla.
Paris: Cómo tendrá éxito la empresa, no lo veo claro, Afrodita. Pero yo me estoy ya enamorando de Helena, y sin saber cómo, me parece estar viéndola ya navegar rumbo a Grecia, hallarme en Esparta, regresar con ella; y me desespera en que en realidad no esté ya realizado todo esto.
Afrodita: No te empieces a enamorar, Paris, antes de premiar con tu fallo a tu valedora y madrina de boda. Porque conviene que yo os acompañe victoriosa, y que celebremos juntos tus nupcias y mi triunfo. Pues en tu mano está adquirido todo, amor, belleza, boda, a cambio de esta simple manzana.Paris: Temo que te olvides de mí después del fallo.
Afrodita: ¿Quieres que te preste juramento?
Paris: Eso no, pero formula otra vez tu promesa
Afrodita: Muy bien, te prometo entregarte a Helena como esposa; que ella te seguirá e irá a Ilión, a tu hogar, y que yo estaré a tu lado y te auxiliaré en todo.
Paris: Y ¿Traerás a Eros, Hímeros y las Gracias?
Afrodita: No te preocupes. Y, además, tomaré conmigo a Potos y a Himeneo.
Paris: Pues bajo estas condiciones te entrego la manzana; acéptala bajo las mismas.

Este rapto fue la causa (o excusa) de La Guerra de Troya (derecha foto de Orlando Bloom y Diane Kruger, Helena y Paris, según la película "Troya" de la Warner Bros)

La Guerra de Troya fue una guerra contra la ciudad de Troya en Asia Menor por los ejércitos griegos, tras el rapto (o fuga) de Helena de Troya (o Ilión) por Paris. Esta guerra es la figura central de la épica grecolatina y fue narrada en un ciclo de poemas épicos de los que solo dos nos han llegado intactos, La Ilíada y La Odisea de Homero. La Ilíada describe un episodio de esta guerra, y La Odisea narra el viaje de vuelta a casa de uno de los líderes griegos.

10 de septiembre de 2007

¿Por qué las mujeres viven mas que los hombres?

Casi desde que los registros de población existen –allá por el año 1500- las cifras indican que las mujeres viven entre cinco y diez años más que los hombres.

Incluso cuando dar a luz suponía todo un riesgo por las malas condiciones higiénicas y sanitarias, la longevidad femenina era superior, como demuestran los registros de 1751 que se conservan en Suecia.

La prensa española, al referirse a las razones de este fenómeno –que se mantiene en la mayoría de los países-, plantea que los científicos apuntan varias posibilidades. Una de ellas es que la naturaleza otorga a las mujeres “puntos extra”, por la sencilla razón de que ellas son quienes deben asegurar la supervivencia de la especie.

Desde ese punto de vista, la longevidad femenina es más necesaria y, de hecho, en todas las especies animales las hembras tienen mayor esperanza de vida.

CUESTIÓN DE HORMONAS


Algunos científicos opinan que la Testosterona es la culpable de que los varones se suiciden Cinco veces más que las mujeres, y sean víctimas de accidentes de tránsito o muertes violentas, con mayor frecuencia.

Esa hormona masculina lleva a niños y hombres a ejercer grandes niveles de actividad física, agresividad y competitividad, que acortan sus expectativas de vida.

Al margen de que los factores sociales se alíen con las hormonas, y confieran a los hombres mayores tasas de ocupación en empleos de riesgo, la Testosterona también eleva los niveles de “colesterol malo” en sangre, que aumenta las posibilidades de padecer una cardiopatía o un infarto cerebrovascular.

Por el contrario, los estrógenos –hormonas femeninas- elevan el colesterol bueno. De modo que en ellos aumenta el riesgo de infarto a partir de los cuarenta, y en ellas hasta después de la menopausia.

UN CORAZÓN MÁS FUERTE


Mientras las mujeres tienen dos cromosomas X, los hombres tienen un cromosoma X y otro Y, lo cual quiere decir que si uno de ellos sufre algún tipo de daño, los varones carecen de capacidad para sustituir sus funciones.

Esto los convierte en más vulnerables a varias enfermedades (como es el caso de la hemofilia) provocadas por mutaciones en el “cromosoma del género”.

Ellas, por el contrario, pueden contar con el otro para suplir sus funciones. Una de las teorías más recientes –sostenida por científicos de la Universidad “John Moores”, en Liverpool, Gran Bretaña- plantea que el corazón de un varón de 70 años representa la edad de...70 años, mientras que en una mujer su órgano cardiaco se parece al de una joven de veinte años, pues no sufre un descenso del veinticinco por ciento de su capacidad, entre los 18 y los 70 años.

Científicos de Estados Unidos consultados sobre las razones que explican una mayor longevidad en las mujeres, señalan que éstas tienen comportamientos más saludables.

“Ellas tienden a fumar menos, beber menos, conducir de forma menos agresiva y utilizar menos la violencia que los hombres”, opinan los especialistas.

Aqui hay tres simples razones


1 de septiembre de 2007

¿Por Quién Doblan las Campanas?

“Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas; doblan por ti.”

11 de agosto de 2007

El Principito (Saint Exupéry) 1ª parte

En apariencia un libro para niños, en él se tratan temas tan profundos como el sentido de la vida, la amistad y el amor. Saint-Exupéry se imagina a sí mismo perdido en el desierto del Sahara, después de haber tenido una avería en el avión. Entonces aparece un pequeño príncipe extraterrestre, proveniente de un asteroide. En sus conversaciones con él, el autor revela su propia visión sobre la estupidez humana y la sencilla sabiduría de los niños que la mayoría de las personas pierden cuando crecen y se hacen adultos.
Este libro está dedicado a Maria Inés (Cuchita)
"On ne voit bien qu'avec le cœur. L'essentiel est invisible pour les yeux" (Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos)

EL PRINCIPITO

A. De Saint - Exupéry





A Leon Werth:

Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de entenderlo todo, hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Verdaderamente necesita consuelo. Si todas esas excusas no bastasen, bien puedo dedicar este libro al niño que una vez fue esta persona mayor. Todos los mayores han sido primero niños. (Pero pocos lo recuerdan). Corrijo, pues, mi dedicatoria:

A LEON WERTH
CUANDO ERA NIÑO


1


Cuando yo tenía seis años vi en un libro sobre la selva virgen que se titulaba "Historias vividas", una magnífica lámina. Representaba una serpiente boa que se tragaba a una fiera.
En el libro se afirmaba: "La serpiente boa se traga su presa entera, sin masticarla. Luego ya no puede moverse y duerme durante los seis meses que dura su digestión".Reflexioné mucho en ese momento sobre las aventuras de la jungla y a mi vez logré trazar con un lápiz de colores mi primer dibujo. Mi dibujo número 1 era de esta manera:

Enseñé mi obra de arte a las personas mayores y les pregunté si mi dibujo les daba miedo.
— ¿Por qué habría de asustar un sombrero?— me respondieron.
Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digiere un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas mayores pudieran comprender. Siempre estas personas tienen necesidad de explicaciones. Mi dibujo número 2 era así:

Las personas mayores me aconsejaron abandonar el dibujo de serpientes boas, ya fueran abiertas o cerradas, y poner más interés en la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. De esta manera a la edad de seis años abandoné una magnífica carrera de pintor. Había quedado desilusionado por el fracaso de mis dibujos número 1 y número 2. Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.
Tuve, pues, que elegir otro oficio y aprendía pilotear aviones. He volado un poco por todo el mundo y la geografía, en efecto, me ha servido de mucho; al primer vistazo podía distinguir perfectamente la China de Arizona. Esto es muy útil, sobre todo si se pierde uno durante la noche.

A lo largo de mi vida he tenido multitud de contactos con multitud de gente seria. Viví mucho con personas mayores y las he conocido muy de cerca; pero esto no ha mejorado demasiado mi opinión sobre ellas.
Cuando me he encontrado con alguien que me parecía un poco lúcido, lo he sometido a la experiencia de mi dibujo número 1 que he conservado siempre. Quería saber si verdaderamente era un ser comprensivo. E invariablemente me contestaban siempre: "Es un sombrero". Me abstenía de hablarles de la serpiente boa, de la selva virgen y de las estrellas. Poniéndome a su altura, les hablaba del bridge, del golf, de política y de corbatas. Y mi interlocutor se quedaba muy contento de conocer a un hombre tan razonable.

2


Viví así, solo, nadie con quien poder hablar verdaderamente, hasta cuando hace seis años tuve una avería en el desierto de Sahara. Algo se había estropeado en el motor. Como no llevaba conmigo ni mecánico ni pasajero alguno, me dispuse a realizar, yo solo, una reparación difícil. Era para mí una cuestión de vida o muerte, pues apenas tenía agua de beber para ocho días.
La primera noche me dormí sobre la arena, a unas mil millas de distancia del lugar habitado más próximo. Estaba más aislado que un náufrago en una balsa en medio del océano. Imagínense, pues, mi sorpresa cuando al amanecer me despertó una extraña vocecita que decía:
— ¡Por favor... píntame un cordero!
— ¿Eh?
— ¡Píntame un cordero!Me puse en pie de un salto como herido por el rayo. Me froté los ojos. Miré a mi alrededor. Vi a un extraordinario muchachito que me miraba gravemente. Ahí tienen el mejor retrato que más tarde logré hacer de él, aunque mi dibujo, ciertamente es menos encantador que el modelo. Pero no es mía la culpa. Las personas mayores me desanimaron de mi carrera de pintor a la edad de seis años y no había aprendido a dibujar otra cosa que boas cerradas y boas abiertas.


-¡No! Este cordero está ya muy enfermo. Haz otro.
Volví a dibujar.
Mi amigo sonrió dulcemente, con indulgencia.
-¿Ves? Esto no es un cordero, es un carnero. Tiene cuernos…
Rehice nuevamente mi dibujo: fue rechazado igual que los anteriores. -Este es demasiado viejo. Quiero un cordero que viva mucho tiempo.
Falto ya de paciencia y deseoso de comenzar a desmontar el motor, garabatee rápidamente este dibujo, se lo enseñé, y le agregué:

-Esta es la caja. El cordero que quieres está adentro. Con gran sorpresa mía el rostro de mi joven juez se iluminó:
-¡Así es como yo lo quería! ¿Crees que sea necesario mucha hierba para este cordero?
-¿Por qué?
-Porque en mi casa es todo tan pequeño…
-Alcanzará seguramente. Te he dibujado un cordero bien pequeño.
Se inclinó hacia el dibujo y exclamó:
-¡Bueno, no tan pequeño…! !Mira! Está dormido…
Y así fue como conocí al Principito.