Me ven ahora

22 de noviembre de 2010

Ana María Mopty de Kiorcheff Microcuentos


DIVORCIO

La tristeza verdadera está en las tazas, en los sonidos del platillo acompasando una canilla mal cerrada. En cuanto a las tazas, ¡oh! Las tazas, no se miran ni se tocan, los bordes se hacen ásperos y el líquido llega a labios vacíos de palabras: nada qué hacer, ni que decir en el desayuno de gargantas oprimidas sin apuro junto al diario.
Definitivamente se emborrona el recuerdo con el último sonido que decrece en el plato. Paralelamente queda, sobre la mesa, cada taza.


SEGUNDO TOMO.

Cuando vuelvas de tus aventuras o desventuras, te acudirán los amigos desconsolados. Son pocos. Fingirás la ilusión de salir a acometer de nuevo y, tras los golpes, regresarás a un lugar de La Mancha.
La resignada pérdida de locura va quitándote la vida, aunque persistes en evocar un rostro, unos cabellos de mujer, un nombre, para pronunciarlo antes de que te alcancen la fatal cordura y la muerte.

LOS DOMINGOS.



Sólo los domingos el patio se colma de visitas. Los que no son visitados, dibujan una línea en el piso y saltan para pasar bajo de ella. Del otro lado se incorporan golpeados y jubilosos, aunque sin lograrlo. Yo no entro en esos juegos y contemplo un biombo con diseños de helechos, de pájaros, de flores. Me lanzo a alcanzar los dibujos que se pierden entre las visitas. Los de delantal blanco me siguen con casi igual velocidad, cuando corro por los helechos que van detrás de los pájaros que persiguen las flores.

DESOCUPADO.

Arrellanado frente a la ventana, el viejo recuerda el tren que antes pasaba por la estación desierta. Casi no han quedado vías y las hierbas crecidas las cubren con salvaje verde. El nieto de cinco años se le acerca con las manos colmadas de piedrecillas grises y se las ofrece para que jueguen, cuando en la ventana se borran también las chimeneas de los ingenios desocupados.

DIÁLOGO.

La ciruela, me dijiste, debe ser comida con los ojos cerrados. Me enseñaste que podía acariciar la fruta y morderla sin ruido ni queja. Pienso que puede ser que en este momento, el laurel se quiebre sin que calles, cuando mezclas la espesura de la salsa sobre el fuego. Todo eso en la cocina. La noche calla y miro desde la ventana una lámpara, impregnando cuerpos amarillos. Te miro y me convences. Es verdad que el pretérito se hace presente en noches como estas, te digo, mientras van desanudándose en mis bolsillos las voces de los pájaros.

EL CÍRCULO SE VA A CERRAR.


Abren el vientre del charco los vehículos que pasan por la esquina. Sin proponérselo, cada uno se lleva: consuelo de perros vagabundos, noche resguardada, estrellas, rocío.

LEGADO.

Entre los papeles de Franz, carta a su padre y algunos poemas, quedó uno de escasos renglones en donde determinó la distribución de sus bienes, todo un proceso. No dejó firma. Una patita de cucaracha clausuraba el texto.

ENTRE NOSOTROS




Lo primero fue la palabra. La palabra se hizo Adán, se hizo Eva. Surgieron: tentación, inocencia, pecado, el cosmos. Y la palabra se hizo carne y habitó.

13 de noviembre de 2010

Muerte de Ulises

Circe ofreciendo la copa a Ulises
William Waterhouse
Soy Circe, la de lindas trenzas. Tengo por padre a Helios, el que alumbra a los mortales, y por madre a Perse, hija del Océano. Reino en la isla de Eea, y dentro de un valle vistoso se encuentra mi palacio, construido de piedra pulimentada. Los espesos encinares que lo rodean están poblados de lobos montaraces y leones, que son los hombres que se han acercado a mi palacio y a los que he encantado con funestos bebedizos.

Hice lo mismo con los compañeros de Ulises, y los convertí en puercos dándoles una droga dentro de una mezcla de queso, harina y miel fresca.

Quise luego hechizar al mismo Ulises cuando vino a rescatar a sus hombres, pero Hermes lo protegía y mis drogas no fueron eficaces con él. Así le dije:

- ¿Quién eres y de qué país procedes? ¿Dónde se hallan tu ciudad y tus padres? Me tiene suspensa que hayas bebido estas drogas sin quedar encantado, pues ningún otro pudo resistirlas. Alienta en tu pecho un ánimo indomable. Eres sin duda Odiseo, pues los dioses me auguraron que vendrías cuando volvieses de Troya en la negra y velera nave. Ven Odiseo a mi lecho para que unidos por el amor, crezca entre nosotros la confianza.


La historia de Circe y Ulises se relata en el Canto X de la Odisea. Circe reinaba en la isla de Eea, y era bella, maga y hechizadora de hombres. Los griegos, algo misóginos ellos, y en defensa de su parcela de poder, presentan como peligrosos los conocimientos de la mujer y su atractivo sobre el hombre. Por eso el de Circe no es el único caso del mito de la hembra que seduce y causa el infortunio de los hombres. También tenemos a Medea. Hécate, Trace y otras muchas. En un artículo anterior hablamos de las bellas ninfas que arrastraron al marinero Hylas al fondo de las aguas. Y también en la odisea se relata otro gran peligro femenino sorteado por Ulises: el canto embaucador de las sirenas, ante el que todos perdían la voluntad. Ya lo sabe, caballero, el débil es usted. Pero si quiere usted estar prevenido y saber de antemano el riesgo que corre en sus relaciones con las mujeres, relea a Homero, a Hesiodo, a Apolonio, a Ovidio. Tal vez aprenda a convertir el peligro en oportunidad, pero necesitará toda la astucia y la determinación de Ulises. Tampoco le vendrá mal la ayuda de Hermes, sin la cual el famoso héroe habría acabado formando parte de la piara de cerdos, ridícula imagen de esa caterva de varones que sucumben y se anulan por causa de las malas artes femeninas.

Extraída del mencionado canto de la Odisea, oigamos ahora la respuesta de Ulises a la proposición de Circe:

- ¡Oh, Circe! ¿Cómo me pides que te sea benévolo, después que en este mismo palacio convertiste a mis compañeros en cerdos y ahora me detienes a mí y me ordenas que entre en tu habitación y suba a tu lecho a fin de privarme del valor y de la fuerza, apenas deje las armas? Yo no querría subir a la cama, si no te atrevieras, oh diosa, a prestar solemne juramento de que no maquinarás contra mí ningún otro pernicioso daño.
Así le dije. Juró al instante, como se lo mandaba. Y en seguida que hubo prestado el juramento, subí al magnífico lecho de Circe.

Un año pasó Ulises disfrutando de la compañía y de los placeres que Circe le dispensó. Hesiodo cuenta que tuvieron tres hijos. Por el tiempo que pasaron juntos deberíamos suponer que fueron trillizos, pero cuando te relacionas con una hechicera hija de un dios y de una nereida, las suposiciones lógicas de los mortales no funcionan. Otros autores mencionan un diferente número de hijos y con otros nombres. Pero el que parece contar con mayor consenso es Telégono (nacido lejos). Mitos posteriores indican que fue rey de los etruscos

Circe envió a Telégono a buscar a su padre a Ítaca. Cuando llegó a esta isla, acuciado por el hambre fue a robar ganado y el propio Ulises lo descubrió en el intento. Hubo una pelea entre ambos y Telégono mató a Ulises. Según la versión de Apolodoro, el enfrentamiento entre Ulises y Telégono se originó porque éste último reclamó para sí el dominio de la isla. Una vez muerto Ulises, Telégono decide llevar el cadáver a su madre Circe, y hace que Penélope y Telémaco le acompañen. Una vez en la isla de Eea, la diosa Atenea dispone que Circe se case con Telémaco y Penélope con Telégono.

9 de noviembre de 2010

Oda al Aceite - Pablo Neruda

Oda al aceite

Cerca del rumoroso
cereal, de las olas
del viento en las avenas,

el olivo

de volumen plateado,
severo en su linaje,
en su torcido
corazón terrestre;
las gráciles
olivas
pulidas
por los dedos
que hicieron
la paloma
y el caracol
marino:
verdes,
innumerables,
purísimos
pezones
de la naturaleza,
y allí
en
los secos
olivares
donde
tan sólo
cielo azul con cigarras,
y tierra dura
existen,
allí
el prodigio,
la cápsula
perfecta
de la oliva
llenando
con sus constelaciones el follaje:
más tarde
las vasijas,
el milagro,
el aceite.

Yo amo
las patrias del aceite,
los olivares
de Chacabuco, en Chile,
en las mañanas
las plumas de platino
forestales
contra las arrugadas
cordilleras
en Anacapri, arriba,
sobre la luz tirrena,
la desesperación de los olivos,
en el mapa de Europa,
España,
cesta negra de aceitunas
espolvoreada por los azahares
como una ráfaga marina.

Aceite,
recóndita y suprema
condición de la olla,
pedestal de perdices,
llave celeste de la mayonesa,
suave y sabroso
sobre las lechugas
y sobrenatural en el infierno
de los arzobispales pejerreyes.
Aceite, en nuestra voz, en
nuestro coro,
con
íntima
suavidad poderosa
cantas;
eres idioma castellano:
hay sílabas de aceite,
hay palabras
útiles y olorosas
como tu fragante materia.
No sólo canta el vino,
también canta el aceite,
vive en nosotros con su luz madura
y entre los bienes de la tierra
aparto,
aceite,
tu inagotable paz, tu esencia verde,
tu colmado tesoro
que desciende
desde los manantiales del olivo

19 de octubre de 2010

VARGAS LLOSA: Ve con preocupación medios electrónicos No a la banalización de la literatura



El escritor peruano Mario Vargas Llosa, flamante Premio Nobel de Literatura, expresó ayer durante una disertación en Porto Alegre su temor a la banalización de las letras y la cultura con el crecimiento de los medios electrónicos y el empobrecimiento de la educación.

Ante un auditorio colmado que le recibió con una ovación, Vargas Llosa presentó un análisis sobre la evolución de la cultura en el marco de una serie de conferencias realizadas por el proyecto cultural "Fronteras del pensamiento", su primera disertación desde que le otorgaran el Nobel.

"Las letras y las artes constituyeron hasta ahora el denominador común de la cultura. El espacio donde es posible la comunicación entre seres humanos pese a la diferencia de lenguas, creencias y épocas", afirmó el escritor al destacar que la educación es el principal problema cultural actual.

Para Vargas Llosa "se ha acentuado brutalmente la división de clases a partir de las aulas escolares. (...) El empobrecimiento de la enseñanza pública ha dado a la enseñanza privada -a la que por razones económicas tiene acceso sólo un sector minoritario- un papel preponderante en la forja de los dirigentes políticos y profesionales".

Vargas Llosa destacó que las innovaciones técnológicas han contribuido especialmente a la comunicación, aunque manifestó preocupación.

"Mi temor es que el libro electrónico conduzca de manera fatídica a una cierta banalización de la literatura, como ha ocurrido con la televisión -maravillosa creación tecnológica- que con el objetivo de llegar a más (gente) ha ido trivializando sus contenidos", destacó.

Así, recomendó que "depende de nosotros que impongamos al libro electrónico esa riqueza de contenidos que ha tenido a lo largo de la historia el libro de papel".

"Puedo parecer pesimista, pero mi impresión es que (...) hemos hecho de la cultura uno de esos vistosos pero frágiles castillos construidos sobre la arena que se deshacen al primer golpe de viento", concluyó.

ELOGIOS Izquierda moderada

El peruano Mario Vargas Llosa, que no creía que ganaría el premio Nobel de Literatura por ser un escritor liberal, señaló ayer que los gobiernos de izquierda de Uruguay y Brasil son "fenómenos muy interesantes" de democracia, al tiempo que se dijo apenado por Argentina.

"Si comparamos América Latina de ahora con años pasados, tuvo un progreso considerable. Cuando era joven América Latina estaba llena de dictaduras, en ese sentido veo un progreso considerable", destacó en conferencia de prensa en Porto Alegre (Brasil, sur), donde dictará este jueves su primera conferencia magistral desde que le fue otorgado el galardón.

"América Latina es bastante democrática, con gobiernos nacidos de elecciones, hay pluralismo político, con cierta libertad de expresión. Son democracias imperfectas pero democracias al fin", señaló Vargas Llosa, quien fue distinguido por la Academia sueca por "su cartografía de las estructuras del poder".

En este sentido, el escritor, que se caracteriza por obras de compromiso político y que supo ser candidato a la presidencia de Perú en 1990, señaló como "fenómenos muy interesantes" los gobiernos de Uruguay, Brasil y Chile durante la Concertación,

Se trata, dijo, de "una izquierda que respeta la democracia y que incluso en el campo económico renunció a las viejas recetas socialistas y empezó a utilizar las políticas socialdemócratas, liberales".

Por otro lado, también destacó la "derecha democrática, que mantiene la legalidad institucional", en los casos de Chile, Perú o Colombia.

Sin embargo, en su discurso Vargas Llosa se detuvo especialmente a comentar la situación actual en Argentina: "un caso triste, que me apena mucho".

Así, el escritor criticó fuertemente a los gobiernos actuales y pasados que han llevado a que ese país ya no sea recordado por sus logros en la cultura y educación, y esté sumergido en la corrupción.

Argentina no es un país desarrollado "por razones puramente políticas. Por los malos gobernantes que ha tenido, por los demagogos, desde luego las dictaduras han contribuido a esa ruina. El gobierno actual parece haber tocado fondo de la demagogia, del populismo, de la falta de integridad moral", destacó.

"Es triste pensar que el país de Jorge Luis Borges, de Victoria Ocampo, de la revista Sur y la editorial Sudamericana, hoy en día está en manos de la pareja Kirchner", sintetizó al criticar al actual gobierno de Cristina Kirchner y al anterior, el de su marido Néstor Kirchner.

Sobre la política brasileña, Vargas Llosa destacó los avances logrados por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que deja el cargo a fin de año.

Sin embargo, afirmó que el presidente encarna "una contradicción, es un líder democrático y que luego sale a abrazarse con los hermanos (cubanos Fidel y Raúl) Castro o con (el presidente venezolano Hugo) Chávez, o con (el presidente iraní Mahmud) Ahmadinejad".

Como no todas son flores, el peruano destacó que la región todavía tiene grandes problemas con la corrupción, "que se extiende como una plaga", y con "el narcotráfico, que es una industria muy poderosa económicamente que compite con el Estado de igual a igual".

Vargas Llosa es el sexto latinoamericano distinguido por el Premio Nobel de Literatura.

El mexicano Octavio Paz (1990), el colombiano Gabriel García Márquez (1982), el guatemalteco Miguel Angel Asturias (1967) y los chilenos Pablo Neruda (1971) y Gabriela Mistral (1945), lo habían precedido en esa lista.

15 de octubre de 2010

POEMAS SOBRE ANDALUCÍA

Andalucía

Catedral de Jaén

ANDALUCÍA

Manuel Machado (1874-1947)

Cádiz, salada claridad; Granada,
agua oculta que llora.
Romana y mora, Córdoba callada.
Málaga cantaora.
Almería dorada.
Plateado Jaén. Huelva, la orilla
de las Tres Carabelas...
y Sevilla.

SONETO A ANDALUCÍA

Juan Morales Rojas (1918-1991)

Cielo azul entre campos soleados,
desde Jaén a Córdoba la Llana.
Una lírica gracia sevillana
y un bálsamo de olivos plateados.

Carabelas y afanes preparados
al alborear en Huelva la mañana,
de la gloriosa gesta americana
de marinos por Dios iluminados.

Cádiz, napoleónica e isleña.
Gloria mediterránea malagueña.
Y un mar de fandanguillo en Almería.

España admira, absorta y asombrada,
la infinita belleza de Granada.
¡Belleza sin igual de Andalucía!

ANDALUCÍA_


José Luís Muñoz

Pescadería y Chanca,
alto Almanzora.
Mónsul y Media luna...,
arena mora.
En tu bahía,
y en tu roja Alcazaba
sueño, Almería.

Carnavales de Cádiz...
sentir de azahar.
Jicarilla de plata
templada al mar.
Flores de mayo
aldabean tus campos
y tus caballos.

Tiene tu serranía
miel de romero.
Campaneo de fiesta
en tu sombrero.
Luz de alminares;
Córdoba y su mezquita
en mis cantares.

Generalife y Alhambra,
embrujos moros.
Entre el Darro y el Genil.
corren tus lloros.
Luce granada
de tomillos y nieve
Sierra Nevada.

Tierra llana, medialuna,
gitana bella.
De azófar el Río Tinto
pintó tu enseña.
Junto a tu parra,
Huelva, son de fandango,
eres guitarra.

Cimbra de San Lorenzo,
trigos y olivos.
Guarda Sierra Morena
vientos cautivos.
Entre alfajores,
Jaén; jara y romero,
viste de flores.

San Pedro de Alcántara
sol y verdiales
Miramar y Alcazaba...,
sentimentales.
Málaga hermosa;
anhelos de sultana,
rumor de rosa.

Torre de oro y peineta,
blanca mantilla.
Regio, el Guadalquivir
cruza Sevilla.
La Macarena
a la Giralda enseña
su tez morena.

CANCIÓN DEL JINETE

Federico García Lorca (1898 - 1936)

Córdoba.
Lejana y sola.

Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.

Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.

¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay, que la muerte me espera,
antes de llegar a Córdoba!

Córdoba.
Lejana y sola.

14 de octubre de 2010

El olivo Mario Vargas Llosa




Un elixir para el amor y la guerra

“Un símbolo de victoria, paz, reconocimiento y fraternidad”. Así definió el olivo Mario Vargas Llosa"
En los minutos previos a este pregón, el autor de Conversación en la Catedral y La Ciudad y los perros tomó la pala antes que la palabra para plantar el tradicional olivo en el patio del sepulcro ducal de La Colegiata, donde prosperan los ejemplares plantados por otros ilustres antecesores como José Manuel Caballero Bonald, Jesús Quintero, Antonio Gala o Manuel Vicent.
Vargas Llosa comenzó evocando a Azorín, “el gran prosista de las cosas pequeñas y esenciales”, que llegó a sobrevivir en épocas de penurias con un simple panecillo untado en aceite. Y a partir de esta anécdota libresca, pasó a exaltar el aceite como “uno de los emblemas de la cultura universal”. “Se equivoca quien cree que esta adorada sustancia debe ser alabada sólo por la función que cumple engalanando la comida”, advirtió.
De hecho, este “exquisito elixir”, según lo definió el escritor, está presente tanto en los versos de Homero como en el infierno de Dante, igual de útil para achicharrar invasores que para el suplicio del pecador. “No es casualidad que el aceite que castiga la lujuria en cisterna oleaginosa sea la misma que participa en todas las ceremonia eróticas”, apuntó.
Prosiguió el escritor y académico de Arequipa enumerando los distintos cometidos que ha tenido el aceite a lo largo de su historia, desde el bálsamo que alivia las heridas hasta su uso como arma defensiva para escurrirse del abrazo letal del enemigo. “El aceite acompaña al hombre en todos los deportes que practica, desde el más terrible de la guerra hasta los más inocuos y gentiles del amor”.
Asimismo, recordó su presencia en todas las religiones. “Desde las más primitivas a las más evolucionadas, todas han hecho del aceite un elemento fundamental para sus liturgias”, explicó. De hecho, el propio árbol del olivo es “un personaje inevitable en las mitologías, en la tumba de los faraones, en la Grecia de Helena y Ulises, en la Biblia, en el llanto de Cristo en Jerusalén. Para judíos, musulmanes y cristianos, es un árbol familiar y querido como lo fue antes para adivinos, magos y chamanes. Según dice la tradición, el olivo no muere nunca, es un símbolo de eternidad”, agregó.
Tampoco el premio Nobel deja de señalar el importante papel del aceite en la industria farmacéutica y cosmética. “Sin los ungüentos que se han ido creando a partir de él, no serían tan bellos esos rostros que nos exaltan y esos cuerpos como el de aquella muchacha de uno de los cuentos de Las mil y una noches que fue minuciosamente untada de esencias aceitosas antes de ser entregada a su enamorado”.
Para Vargas Llosa, el aceite marca sí mismo un punto de inflexión sin el cual “la vida humana sería más triste, pobre y rastrera”, y es el paso del hecho de alimentarse para vivir a elevar la mesa a la categoría de arte, una vez superados ciertos prejuicios “ancestrales y puritanos”, aseguró.
Por último, no olvidó el escritor señalar otra virtud mayor del olivo, y es su circunstancia de “ciudadano universal, un ser sin fronteras que se adapta allí donde lo lleven. Pudo ser oriundo de la antigua Mesopotamia, pero todas las culturas tienen derecho a reclamarlo como suyo. El olivo es un ejemplo de versatilidad y don de gentes que las gentes deberían imitar”, agregó el escritor.
Finalmente, Vargas Llosa agradeció al aceite, en nombre de todos los escritores, su concurso en otro invento decisivo, la lamparilla de aceite “la primitiva veladora que rompió las tinieblas y desanimalizó al ser humano”, apostilló. “Por todo ello, la hermosa y centenaria villa de Osuna, al celebrar ese aceite de oliva, más que un acto de reconocimiento y gratitud hace un acto de justicia”.

8 de octubre de 2010

La esperanza engañosa Caja de Pandora


  • a. Prometeo, el creador de la humanidad, a quien algunos incluyen entre los siete Titanes, era hijo o bien del titán Eurimedonte, o bien de Jápeto con la ninfa Clímene; sus hermanos eran Epimeteo, Atlante y Menecio.
  • b. El gigantesco Atlante, el mayor de los hermanos, conocía todas las profundidades del mar; gobernaba en un reino con una costa escarpada, mayor que Asia y África juntas. Esta tierra llamada Atlántida se hallaba más allá de las Columnas de Heracles y una cadena de islas productoras de frutos la separaba de un continente más lejano no relacionado con los nuestros. Los habitantes de Atlántida canalizaban y cultivaban una enorme llanura central, alimentada con el agua de las colinas que la rodeaban por completo excepto en una brecha frente al mar.
También construían palacios y baños, hipódromos, grandes obras portuarias y templos, y hacían la guerra no sólo hacia el oeste hasta el otro continente, sino también hacia el este hasta Egipto e Italia. Los egipcios dicen que Atlánte era hijo de Posidón, cuyos cinco pares de mellizos varones juraron fidelidad a su hermano mediante la sangre de un toro sacrificado en lo alto de la columna,y que al principio eran muy virtuosos y llevaban con buen ánimo la carga de su gran riqueza en oro y plata. Pero un día fueron presa de la codicia y la crueldad y, con permiso de Zeus, los atenienses los vencieron sin ayuda y destruyeron su poder. Al mismo tiempo los dioses enviaron un diluvio que en un día y una noche sumergió a toda la Atlántida, de modo que las obras portuarias y los templos quedaron enterrados bajo un desierto de barro y el mar se hizo innavegable.

  • c. Atlante y Menecio, quienes se salvaron, se unieron a Crono y los Titanes en su guerra desafortunada contra los dioses olímpicos. Zeus mató a Menecio con un rayo y lo envió al Tártaro, pero perdonó a Atlante, a quien condenó a soportar el Cielo sobre sus espaldas durante toda la eternidad.
  • d. Atlante era padre de las Pléyades, las Híades y las Hespérides y ha sostenido el Cielo desde entonces, salvo en una ocasión, cuando Heracles le sustituyó temporalmente en esa tarea. Algunos dicen que Perseo petrificó a Atlante convirtiéndolo en el monte Atlas mostrándole la cabeza de la Gorgona, pero olvidan que Perseo era, según la opinión común, un antepasado lejano de Heracles.
  • e. Prometeo, que era más juicioso que Atlante, previo el resultado de la rebelión contra Crono por lo que prefirió luchar del lado de Zeus, y persuadió a Epimeteo para que hiciera lo mismo. Era, en verdad, el más sabio de su raza, y Atenea, a cuyo nacimiento de la cabeza de Zeus había asistido, le enseñó la arquitectura, la astronomía, las matemáticas, la navegación, la medicina, la metalurgia y otras artes útiles, que él transmitió a la humanidad. Pero Zeus, que había decidido extirpar a toda la raza humana, y sólo la perdonó gracias a la súplica apremiante de Prometeo, estaba irritado por sus crecientes facultades y aptitudes.
  • f. Un día se produjo en Sición una disputa sobre qué partes de un toro sacrificado se debían ofrecer a los dioses y cuáles se debían reservar a los hombres, y se invitó a Prometeo a actuar como arbitro. Él desolló y descuartizó un toro y luego cosió su piel y formó con ella dos sacos de boca ancha que llenó con lo que había cortado. Un saco contenía toda la carne, pero ésta la ocultó bajo el estómago, que es la parte menos apetecible de cualquier animal; el otro contenía los huesos, ocultos bajo una espesa capa de grasa. Cuando ofreció a Zeus los dos sacos para que eligiera, Zeus, fácilmente engañado, eligió el que contenía los huesos y la grasa (que siguen siendo la porción divina), pero castigó a Prometeo, que se reía de él a sus espaldas, privando a los hombres del fuego. «¡Que coman las carnes cruda!», exclamó.
  • g. Prometeo fue inmediatamente a ver a Atenea y le pidió que lo dejara entrar secretamente en el Olimpo, cosa que ella le concedió. Una vez allí, encendió una antorcha en el carro ígneo del Sol y luego arrancó de éste un fragmento de carbón vegetal incandescente que metió en el hueco formado por la médula de una cañaheja. Luego apagó la antorcha, salió a hurtadillas y entregó el fuego a la humanidad.
  • h. Zeus juró vengarse. Ordenó a Hefesto que hiciera una mujer de arcilla, a los cuatro Vientos que le insuflaran la vida y a todas las diosas del Olimpo que la adornaran. Y envió a esa mujer, Pandora, la más bella jamás creada, como regalo a Epimeteo, bajo la custodia de Hermes. Pero Epimeteo, a quien su hermano advirtió que no debía aceptar el regalo de Zeus, se excusó respetuosamente. Más enfurecido aún que antes, Zeus hizo encadenar a Prometeo desnudo a una columna de las montañas del Caucase, donde un buitre voraz le desgarraba el hígado durante todo el día un año tras otro; el tormento no tenía fin, porque cada noche (durante la cual Prometeo estaba expuesto al frío y la escarcha) el hígado volvía a crecer hasta estar nuevamente entero.
  • i. Pero Zeus, poco dispuesto a confesar que se había mostrado vengativo, excusaba su crueldad haciendo circular una falsedad: decía que Atenea había invitado a Prometeo al Olimpo para tener con él un amorío secreto.
  • j. Epimeteo, alarmado por la suerte de su hermano, se apresuró a casarse con Pandora, a la que Zeus había hecho tan tonta, malévola y perezosa como bella, (la primera de una larga casta de mujeres como ella). Poco tiempo después abrió una caja que según le había advenido Prometeo a Epimeteo, debía mantener cerrada, y en la cual le había costado gran trabajo encerrar todos los Males que podían infestar a la humanidad, como la Vejez, la Fatiga, la Enfermedad, la Locura, el Vicio y la Pasión. Todos ellos salieron de la caja en forma de una nube, hirieron a Epimeteo y Pandora en todas las partes de sus cuerpos y luego atacaron a la raza de los mortales. Sin embargo, la Esperanza Engañosa, a la que también había encerrado Prometeo en la caja, les disuadió con sus mentiras para que no que cometieran un suicidio general

PD: apenas he subido esta entrada me he enterado que Mario Vargas Llosa ha obtenido el premio Nobel de literatura. Hace mucho tiempo lo merecía. Bien por latinoamérica . Felicitaciones Varguitas.

5 de octubre de 2010

Perder un amor, perder un amigo


Perder un amigo



perder un amigo
es morir
es tener el alma
devastada
ir a la deriva
por la vida
sin luz
y sin salida

perder un amigo
es sentir
que el mundo
ya no gira
que todo se detiene
sin final
y sin punto
de partida

un amigo
es todo
el camino
la luz
el corazón
los sueños que soñamos
un amigo
es arriesgar
con alguien a tu lado
y estar por siempre acompañados
porque un amigo
es la fe
que da confianza en vivir
para seguir codo a codo
en la vida
el que te ayuda a volar
el que te empuja a buscar la salida

perder un amigo
es cortar
la delgada linea de la vida
dejar el corazón
sin timón sintiendo
en carne viva

perder un amigo
es quedar
sin tu mitad
tan querida
llorar y reír
desde hoy
en una soledad
no compartida

un amigo
es todo
el camino
la luz
el corazón
los sueños que soñamos
un amigo
es arriesgar
con alguien a tu lado
y estar para siempre acompañados
porque un amigo
es la fe
que da confianza en vivir
para seguir codo a codo
en la vida
el que te ayuda a volar
el que te empuja a buscar la salida.


Y añado a esta letra, que es igual y más doloroso
perder al compañero, al amor que compartió tu vida.

27 de septiembre de 2010

Naranjo en flor Homero Expósito


Homero Expósito
Pintura al oleo: Andrea Morello

Naranjo en flor

Era más blanda que el agua,
que el agua blanda,
era más fresca que el río,
naranjo en flor.
Y en esa calle de estío,
calle perdida,
dejó un pedazo de vida
y se marchó...

Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento...
Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor
que se escaparon con el viento.
Después...¿qué importa el después?
Toda mi vida es el ayer
que me detiene en el pasado,
eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado
como un pájaro sin luz.

¿Qué le habrán hecho mis manos?
¿Qué le habrán hecho
para dejarme en el pecho
tanto dolor?
Dolor de vieja arboleda,
canción de esquina
con un pedazo de vida,
naranjo en flor.

16 de septiembre de 2010

Wislawa Szymborska ESCRIBIENDO EL CURRÍCULUM


ESCRIBIENDO EL CURRÍCULUM



¿Qué hay que hacer?
Presentar una instancia
y adjuntar el curriculum.

Sea cual fuere el tiempo de una vida
el curriculum debe ser breve.

Se ruega ser conciso y seleccionar los datos,
convertir paisajes en direcciones
y recuerdos confusos en fechas concretas.

De todos los amores basta con el conyugal,
los hijos: sólo los nacidos.

Importa quién te conoce, no a quiénes conozcas.
Viajes, sólo al extranjero.
Militancia en qué, pero no por qué.
Condecoraciones sin mencionar a qué méritos.

Escribe como si jamás hubieras dialogado contigo mismo
y hubieras impuesto entre tú y tú la debida distancia.

Deja en blanco perros, gatos y pájaros,
bagatelas cargadas de recuerdos, amigos y sueños.

Importa el precio, no el valor.
Interesa el título, no el contenido.
El número del calzado, no hacia dónde va
quien se supone que eres.
Adjuntar una fotografía con la oreja visible:
lo que cuenta es su forma, no lo que oye.
¿Qué oye?
El fragor de las trituradoras de papel.


30 de agosto de 2010

Sobre El Amor y La Amistad: El Principito y El Zorro




Capítulo XXI de «El Principito». Antoine de Saint-Exupéry.

Apareció entonces el zorro.

-Buenos días -saludó el zorro.

-Buenos días -contestó amablemente el Principito que al darse vuelta en dirección a la voz no vio a nadie.

-Si me buscas, aquí estoy -aclaró el zorro- debajo del manzano.

-Pero…, ¿quién eres tú? -preguntó el Principito-. Eres muy hermoso.

-Soy un zorro -dijo el zorro.

-Acércate…, ven a jugar conmigo -propuso el Principito- ¡Estoy tan triste!.

-¿Jugar contigo? No…, no puedo -dijo el zorro-. Aún no estoy domesticado.

-¡Ah! Perdón -se excusó el Principito.

Interrogó, luego de meditar un instante:

-¿Has dicho “domesticar”? ¿Qué significa “domesticar”?

-Tú no eres de aquí -afirmó el zorro- ¿Puedes decirme qué es lo que buscas?

-Busco a los hombres -respondió el Principito- Dime, ¿qué significa “domesticar”?

-Los hombres -intentó explicar el zorro- poseen fusiles y cazan. Eso es bien molesto. Crían también gallinas; es su único interés. Tú buscas gallinas, ¿verdad?

-No -dijo el Principito-. Busco amigos. ¿Qué significa “domesticar”?

-¡Ah!…, es una cosa muy olvidada -respondió el zorro-. Significa “crear lazos”.

-¿Crear lazos?-preguntó el Principito.

-Así es -confirmó el zorro- Tú para mí, no eres más que un jovencito semejante a cien mil muchachitos. Además, no te necesito. Tampoco tú a mí. No soy para ti más que un zorro parecido a cien mil zorros. En cambio, si me domesticas…, sentiremos necesidad uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo.

-Creo que empiezo a entender -dijo el Principito-. Hay una flor… Creo que me ha domesticado.

-Es probable- contestó el zorro- ¡En este planeta, en la Tierra, pueden ocurrir todo tipo de cosas!

-¡Oh! No es en la Tierra -se apresuró a decir el Principito.

El zorro se quedó no menos que intrigado.

-¿Acaso en otro planeta?

-Sí.

-¿Puedes decirme si hay cazadores en ese planeta?

-¡Oh, no! No los hay.

-Me está resultando muy interesante. ¿Hay gallinas?

-No.

-No existe nada que sea perfecto -dijo el zorro suspirando.

Luego prosiguió:

-Mi vida es algo aburrida. Cazo gallinas y los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen como también los hombres se parecen entre sí. Francamente me aburro un poco. Estoy seguro que…, si me domesticas mi vida se verá envuelta por un gran sol. Podré conocer un ruido de pasos que será bien diferente a todos los demás. Los otros pasos, me hacen correr y esconder bajo la tierra. Pero el tuyo sin embargo, me llamará fuera de la madriguera, como una música. ¡Mira! ¿Puedes ver allá a lo lejos los campos de trigo? Yo no como pan, por lo que para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo nada me recuerdan. ¡Es triste! Pero tú tienes cabellos de color oro. Cuando me hayas por fin domesticado, el trigo dorado me recordará a ti. Y amaré el sonido del viento en el trigo…

El zorro en silencio, miró por un gran rato al Principito.

-Por favor… ¡Domestícame! -suplicó.

-Lo haría, pero… no dispongo de mucho tiempo -contestó el Principito-. Quisiera encontrar amigos y conocer muchas cosas.

-¿Sabes…? Sólo se conocen las cosas que se domestican -afirmó el zorro-. Los hombres carecen ya de tiempo. Compran a los mercaderes cosas ya hechas. Y… como no existen mercaderes de amigos, es muy simple, los hombres ya no tienen amigos. Si realmente deseas un amigo, domestícame!

-Y… ¿Qué es lo que debo hacer? -preguntó el Principito.

-Debes tener suficiente paciencia -respondió el zorro- En un principio, te sentarás a cierta distancia, algo lejos de mi sobre la hierba. Yo te miraré de reojo y tú no dirás nada. La palabra suele ser fuente de malentendidos. Cada día podrás sentarte un poco más cerca.

Al otro día el Principito volvió:

-Lo mejor es venir siempre a la misma hora -dijo el zorro- Si sé que vienes a las cuatro de la tarde, comenzaré a estar feliz desde las tres. A medida que se acerque la hora más feliz me sentiré. A las cuatro estaré agitado e inquieto; comenzaré a descubrir el precio de la felicidad. En cambio, si vienes a distintas horas, no sabré nunca en qué momento preparar mi corazón… Los ritos son necesarios.

-¿Qué son los ritos? -preguntó el Principito.

-Se trata también de algo bastante olvidado -contestó el zorro-. Es aquello que hace que un día se diferencie de los demás, una hora de las otras horas. Te daré un ejemplo. Entre los cazadores hay un rito. Todos los jueves bailan con las jóvenes del pueblo. Para mí el jueves es un día maravilloso, ya que paseo hasta la viña. Si los cazadores no tuvieran un día fijo para su baile, todos los días serían iguales y yo no tendría vacaciones.

Fue así como el Principito domesticó al zorro. Pero al acercarse la hora de la partida:

-¡Ah!-dijo el zorro- Voy a llorar.

-No es mi culpa -repuso el Principito-. Tú quisiste que te domesticara, no fue mi intención hacerte daño.

-Sí, yo quise que me domesticaras -dijo el zorro.

-Pero dices que llorarás.

-Sí -confirmó el zorro.

-¿Ganas algo entonces? -preguntó el Principito.

-Gano -aseguró el zorro- por el color del trigo.

Luego sugirió al Principito:

-Vuelve y observa una vez más el jardín de rosas. Ahora comprenderás que tu rosa es única en el mundo. Cuando vuelvas para decirme adiós, yo te regalaré un secreto.

Se dirigió el Principito nuevamente a la rosas:

-En absoluto os parecéis a mi rosa. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Así era mi zorro antes, semejante a cien mil otros. Al hacerlo mi amigo, ahora es único en el mundo.

Las rosas se mostraron ciertamente molestas.

-Sois bellas, pero aún estáis vacías -agregó-. Todavía nadie puede morir por vosotras. Es probable que una persona común crea que mi rosa se os parece. Ella siendo sólo una, es sin duda más importante que todas vosotras, pues es ella la rosa a quien he regado, a quien he puesto bajo un globo; es la rosa que abrigué con el biombo. Ella es la rosa cuyas orugas maté (excepto unas pocas que se hicieron mariposas). Ella es a quien escuché quejarse, alabarse y aún algunas veces, callarse. Ella es mi rosa…

Regresó hacia donde estaba el zorro:

-Adiós- dijo.

-Adiós- dijo el zorro-. Mi secreto es muy simple: no se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos.

-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el Principito a fin de acordarse.

-El tiempo que dedicaste a tu rosa, es lo que hace que ella sea tan importante para ti.

-El tiempo que dediqué a mi rosa… -repitió el Principito para no olvidar.

-Los hombres ya no recuerdan esta verdad -dijo el zorro-. En cambio tú, por favor…, no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…

-Soy responsable de mi rosa… -dijo en voz alta el Principito a fin de recordar…

6 de agosto de 2010

Lo esencial es invisible a los ojos

Le Petit Prince

Una  despedida


Al despedirse del zorro tiene lugar el siguiente diálogo que transcribo primero en francés y luego en español:

Et il revient vers le renard : – Adieu, dit-il… – Adieu, dit le renard. Voici mon secret. Il est très simple : on ne voit bien qu’avec le coeur. L’essentiel est invisible pour les yeux. – L’essentiel est invisible pour les yeux, répéta le petit prince, afin de se souvenir. – C’est le temps que tu as perdu pour ta rose qui fait ta rose si importante. – C’est le temps que j’ai perdu pour ma rose… fit le petit prince, afin de se souvenir. – Les hommes ont oublié cette vérité, dit le renard. Mais tu ne dois pas l’oublier. Tu deviens responsable pour toujours de ce que tu as apprivoisé. Tu es responsable de ta rose… – Je suis responsable de ma rose… répéta le petit prince, afin de se souvenir.

Y él volvió hacia el zorro :- Adiós, dijo….- Adiós dijo el zorro. He aquí mi secreto. Es muy simple: No se ve bien más que con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos Lo esencial es invisible a los ojos, repitió el príncipe para acordarse. Es el tiempo perdido por tu rosa el que la hace tan importante. Los hombres han olvidado esta verdad, dijo el zorro, pero tú no debes olvidarla. Tú eres para siempre el responsable de lo que has domesticado. Tu eres responsable de tu rosa….- Yo soy el responsable de mi rosa … repitió el principito para acordarse.


Dedicado a Carmen, sé que adora este libro

22 de julio de 2010

Gonzalo Rojas



QUEDESHIM QEDESHOTH


Mala suerte acostarse con fenicias, yo me acosté
con una en Cádiz bellísima
y no supe de mi horóscopo hasta
mucho después cuando el Mediterráneo me empezó a exigir
más y más oleaje; remando
hacia atrás llegué casi exhausto a la
duodécima centuria: todo era blanco, las aves,
el océano, el amanecer era blanco.

Pertenezco al Templo, me dijo: soy Templo. No hay
puta, pensé, que no diga palabras
del tamaño de esa complacencia. 50 dólares
por ir al otro Mundo, le contesté riendo; o nada.
50, o nada. Lloró
convulsa contra el espejo, pintó
encima con rouge y lágrimas un pez: -Pez,
acuérdate del pez.

Dijo alumbrándome con sus grandes ojos líquidos de
turquesa, y ahí mismo empezó a bailar en la alfombra el
rito completo; primero puso en el aire un disco de Babilonia y
le dio cuerda al catre, apagó las velas: el catre
sin duda era un gramófono milenario
por el esplendor de
la música; palomas,
de repente aparecieron palomas.

Todo eso por cierto en la desnudez más desnuda con
su pelo rojizo y esos zapatos verdes, altos, que la
esculpían marmórea y sacra como
cuando la rifaron en Tiro entre las otras lobas
del puerto, o en Cartago
donde fue bailarina con derecho a sábana a los
quince; todo eso.

Pero ahora, ay, hablando en prosa se
entenderá que tanto
espectáculo angélico hizo de golpe crisis en mi
espinazo, y lascivo y
seminal la violé en su éxtasis como
si eso no fuera un templo sino un prostíbulo, la
besé áspero, la
lastimé y ella igual me
besó en un exceso de pétalos, nos
manchamos gozosos, ardimos a grandes llamaradas
Cádiz adentro en la noche ronca en un
aceite de hombre y de mujer que no está escrito
en alfabeto púnico alguno, si la imaginación de la
imaginación me alcanza.

Qedeshím qedeshóth*, personaja, teóloga
loca, bronce, aullido
de bronce, ni Agustín
de Hipona que también fue liviano y
pecador en Africa hubiera
hurtado por una noche el cuerpo a la
diáfana fenicia. Yo
pecador me confieso a Dios.

* En fenicio: cortesana del templo


Estudió Derecho y Literatura en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Fue profesor de Estética Literaria y Jefe del Departamento de Castellano en la Universidad de Concepción. Ejerció la docencia en Utah, EE.UU., Alemania y Venezuela. Organizó a partir de 1958 los famosos Congresos de Escritores en Concepción, reuniendo lo más selecto de la literatura latino americana. Fue diplomático en China y Cuba. Perteneció al grupo surrealista reunido en torno a la Revista Mandrágora, 1938 - 1943.
Ha recibido numerosos premios internacionales entre los que se cuentan: Premio Sociedad de Escritores de Chile por «Poesía Inédita» 1946, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 1992, Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo de México de 1998, Premio José Hernández de Argentina 1998, además del Premio Nacional de Literatura de Chile en 1992 y del Premio Cervantes de Literatura 2003.
En 1979 regresa a Chile gracias a una beca Guggenheim, y desde entonces vive en Chillán, a 400 kilómetros al sur de la capital. Da conferencias por varias universidades americanas y en 1980 graba sus poemas en la Biblioteca del Congreso en Washington.
Con una temática marcada por el erotismo y por la reafirmación de lo vital, Gonzalo Rojas no se considera un inventor, sino un “poeta genealógico”, y prefiere que no se la adscriba a ningún paisaje, “por muy hermoso que resulte”.

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20 de julio de 2010

Las bodas de Cadmo y Harmonía

Roberto Calasso

Las bodas de Cadmo y Harmonía




Estas cosas jamás sucedieron, pero existen siempre.
SALUSTIO,
De los dioses y del mundo
La historia de los dioses mitológicos, sus luchas, sus guerras, amores y las relaciones de unos con los otros, siempre fue uno de los temas que más me atrajeron, aunque siempre que leo algún libro sobre ellos lo hago con un pequeño diccionario de mitología porque si no me perdería entre tantas relaciones que tienen, por eso cuando empecé a leer a Roberto Calasso, tanto en Ka , como en este libro de Las bodas de Cadmo y Harmonía, el pequeño diccionario sobre mitología está a mano. A través de esta narración de Calasso, nos internamos en el laberinto de los dioses griegos, empieza con el rapto de Europa por Zeus y finaliza con la boda del título, a la que asisten los dioses del Olimpo en la última ocasión en que se sentaron con los hombres durante una fiesta. Un libro de una cultura enorme y tratado con verdadera maestría por Calasso, y con el cual nos enteraremos de todo lo que les ocurrió a los dioses del Olimpo griego. Una autentica joya.

17 de julio de 2010

Senda hacia tierras hondas (Senda de Oku)




En este libro de Basho no pasa nada, salvo el sol, la lluvia, las nubes, unas cortesanas, una niña, otros peregrinos. No pasa nada, excepto la vida y la muerte”, indica Octavio Paz sobre Sendas de Oku.

Hace 52 años, Octavio Paz junto con su amigo japonés Eikichi Hayashiya emprendieron la traducción de Oku no Hoshomichi, al que más tarde dieron por titulo en español Sendas de Oku. Este trabajo fue una obra de Matsuo Basho quien a través de diversos viajes emprendió la creación de uno de los más perfectos ejemplos del haibun, género en el que un texto en prosa se rodea de un grupo de haikú, breve poema japonés.

Basho, junto con su discípulo Sora, visitó cerca de cincuenta lugares famosos de la región septentrional de Japón en 1698, el breve cuaderno, resultado de estas travesías, son poemas colectivos, llamados haikai no renga, enriquecidos por los poetas locales y mezclados con a reflexión, el humor a la melancolía y la anécdota a la contemplación.

Sobre ello, Octavio Paz apuntó: “Su poesía es un verdadero calmante, que no se parece ni al letargo de la droga, ni a la modorra de la digestión. Calma y alerta que nos aligera: Sendas de Oku es un diario de viaje que es asimismo una lección de desprendimiento. El proverbio europeo es falso; viajar no es “morir un poco” sino ejercitarse en el arte de despedirse para así, ya ligeros, aprender a recibir. Desprendimientos: aprendizajes”.

A pesar de que Oku no Hosmichi (Sendas de Oku) ha sido traducido a casi todos los idiomas europeos y ha influido diversos movimientos poéticos modernos, la edición de este titulo al castellano es la primera que da a conocer, en una lengua occidental, el texto completo de la bitácora de viaje de Basho.

Otro aspecto que cabe recalcar de Sendas de Oku, es la forma en que trabajaron juntos Eikichi Hayashiya y Octavio Paz, mientras el primero traducía literalmente el texto japonés al español, el segundo corregía los textos tratando de encontrar el tono más adecuado para capturar la sensibilidad de Basho.

Así, una primera edición, editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, vio la luz en 1957 aunque ambos traductores no quedaron conformes con ésta ya que algunos poemas no se ajustaban a la perfección que Paz perseguía.

La edición del Fondo de Cultura Económica, aparece revisada y con versiones corregidas de los poemas en los cuales el Premio Nobel 1990, procuró ajustarse a la métrica original. Asimismo, se incluyen notas nuevas de Eikichi Hayashiya, la versión original japonesa y láminas de Yosa Buson. Octavio Paz apreciaba esos dibujos por considerarlos representativos del género de la pintura japonesa haiga, asimismo, se incluyen las caligrafías de Matsuo Basho porque son parte de las artes plásticas del país del sol naciente.

Sobre Matsuo Basho

Nació en 1644, en Ueno. Basho fue su último nombre literario; Kinsaku fue su nombre de nacimiento. Estudió el arte de la poesía desde muy joven, arte que perfeccionó a lo largo de su vida junto con el de la caligrafía. Publicó varias antologías y poco a poco creó una nueva poesía. Hacia 1680 cambia su nombre al de Basho, planta de banano. En 1963 publica su primer diario de viaje, sin embargo es en 1689 cuando se comienza a gestar Oku no Hosomichi, travesía que duró dos años y medio. En 1694, realiza su última excursión ya que cayó enfermo y muere ese mismo año.

16 de julio de 2010

Defensa del Patrimonio Cultural

He decidido reabrir el blog con un articulo de Mi RedEmpresarial escrito en colaboración de Carmen Rueda y Francisco Méndez en el siguiente enlace http://miredempresarial1.blogspot.com/

10 de junio de 2010

Fin y principio Wislawa Szymborska



Fin y principio"


Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.

Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.

Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.

Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.

Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.

A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.

Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.

Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.

Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.

En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.

De "Fin y principio" 1993
Versión de Abel A. Murcia


por si alguien entiende el polaco

Po każdej wojnie
ktoś musi posprzątać
Jaki taki porzadek
sam się przecież nie zrobi.

Ktoś musi zepchnąć gruzy
na pobocza dróg,
żeby mogły przejechać
wozy pełne trupów.

Ktoś musi grzęznąć
w szlamie i popiele,
sprężynach kanap,
drzazgach szkła
i krwawych szmatach.

Ktoś musi przywlec belkę
do podparcia ściany,
ktoś oszklić okno
i osadzić drzwi na zawiasach.

Fotogeniczne to nie jest
i wymaga lat.
Wszystkie kamery wyjechały już
na inną wojnę.

Mosty trzeba z powrotem
i dworce na nowo.
W strzępach będą rękawy
od zakasywania.

Ktoś z miotłą w rękach
wspomina jeszcze jak było.
Ktoś słucha
przytakuje nie urwaną głową.
Ale już w ich pobliżu
zaczną kręcić się tacy,
których to będzie nudzić.

Ktoś czasem jeszcze
wykopie spod krzaka
przeżarte rdzą argumenty
i poprzenosi je na stos odpadków.

Ci, co wiedzieli
o co tutaj szło,
muszą ustąpić miejsca tym,
co wiedzą mało.
I mniej niz mało.
I wreszcie tyle co nic.

W trawie, która porosła
przyczyny i skutki,
musi ktoś sobie leżeć
z kłosem w zębach
i gapić się na chmury.
Wisława Szymborska - Koniec i początek

8 de junio de 2010

Rima LIII Gustavo Adolfo Bécquer


RIMA LIII

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!

El poema abre con una imagen de primavera y apareamiento. Las oscuras golondrinas revolotean celebrando el ritual del cortejo que apunta al inicio de la estación primaveral. Ellas cuelgan fecundamente sus nidos en señal de la atracción de los géneros. Las golondrinas, mensajeras del amor, revolotean lúdicamente en el cristal del balcón de la amada, celebrando tal vez, el inicio, o quizás, el apogeo, del amor de una pareja humana.

La primera estrofa predice enfáticamente la circularidad del apareamiento del macho y la hembra en el mundo natural, y tal vez, equívocamente apunta a la posibilidad de la re-actualización del ritual amoroso en el plano humano. Lo cierto es que la mujer del balcón no podrá detener el jubiloso apareamiento de la naturaleza. Para reiterar, la infalibilidad del apareamiento en la fauna, Bécquer se vale del uso del verbo "volver" en el futuro inmediato. Así," las oscuras golondrinas volverán a colgar sus nidos". y también " "llamarán jugando con el ala" en el cristal de la amada. El futuro del apareamiento de las golondrinas completamente predecible y de ello será testigo la mujer del balcón. La transparencia de los cristales del balcón le invita ineludiblemente a presenciar el juego sexual en la naturaleza.

El círculo de la certeza del apareamiento de las golondrinas y el indiscutible amor de la pareja que dicho apareamiento simboliza, se cancela por la singularización o particularización de las aves que representan el amor entre la bella del balcón y el poeta. Estas particulares golondrinas son los animales representativos de la pareja en tanto que pareja, puesto que le son familiares a ÉL y a Ella, como si fueran tiernas mascotas que celebran el amor de la pareja humana.

En efecto, en la bandada primaveral hay algunas que fungen como una especie de mascotas románticas de los enamorados a la vez que como testigos únicos del romance entre la pareja humana. Estas aves, emblemáticas del amor de la pareja, abandonan la bandada natural pues ya pertenecen exclusivamente a la esfera del romance sentimental. Son estas las golondrinas que contemplaban la ¨"hermosura" de ella y que detenían o "refrenaban" su vuelo al advertir la dicha del hombre enamorado. Los pájaros que ahora renuncian a la bandada, conocían ya el nombre de los enamorados y quizás lo trinaban al aire cuando la pareja se daba cita en el balcón de ventanales de cristal.

Bécquer recurre al uso enfático del tiempo verbal futuro para cancelar la posibilidad de que las aves de la pareja vuelvan a visitar el balcón. La amada será testigo del ritual primaveral de apareamiento, de las golondrinas en general, es decir de cualquier bandada de pájaros que efectúe su ritual de fecundidad en la primavera. Sin embargo, aquellas que representan al amor espiritualizado y casi sobre- natural que el amado siente por la amada, definitivamente, esas, "no volverán."

En el plano del romance humano, se entiende que no hay posibilidad de reconciliación entra la pareja ya que su amor trasciende el eterno retorno del mundo natural. Las golondrinas, que son emblema de los enamorados, no volverán al ventanal, pero los enamorados humanos que allí se cortejaban, tampoco volverán. Esta segunda estrofa elimina la trillada promesa de vivir felices para siempre y coloca en su lugar el clásico amor fallido y altamente espiritualizado que tanto atrae a los románticos.

Las tupidas madreselvas que escalan el balcón con ventanales de cristal de la mujer amada por el poeta, se comportan de la misma manera que las golondrinas. El poeta- enamorado admite que la naturaleza es indiferente a las pasiones, y los sentimientos humanos. Las golondrinas continuarán colgando sus nidos y las tupidas madreselvas volverán a escalar el balcón con ventanas de cristal. Las madreselvas " se abrirán aún más hermosas en las tardes”. Sin embargo, aquellas cuya identidad y particularidad están ligadas a la relación sentimental de los amantes," no volverán".

Bécquer insiste en que el amor es capaz de robarle a la naturaleza parte de su ser, si bien admite que es inevitable que las aves continúen revoloteando y las flores creciendo. Las madreselvas seguirán escalando el balcón pero "aquellas cuajadas de rocío" y que son símbolos del amor fresco, inocente, puro casto y virginal no volverán. O de otro modo, esas especificas golondrinas y madreselvas abandonan su el mundo natural porque eran o existían solo en virtud de un romance que llego a su fin.

En la quinta estrofa del poema Bécquer extiende la circularidad del tiempo natural a la esfera de las emociones humanas. Así, observa que las palabras de amor retornan y que de hecho "volverán a sonar en los oídos" de la mujer que antes amó. Sin embargo, el fin del romance asegura que ciertas golondrinas y ciertas flores abandonarán para siempre el hábitat del balcón. Las aves y las flores que no volverán son aquellas que ya no son mera naturaleza por haberse incorporado a la dimensión del amor sobrenatural que se profeso la pareja de amantes.

Las palabras amorosas pueden despertar del sueño a la amada y acaso generar en ella una nueva primavera sentimental. Sin embargo, el poeta-amante se convence de que el tipo de amor que le profesó a su amada está mas allá de la circularidad de los acontecimientos naturales y emocionales.


Para Bécquer los estamentos de la realidad se organizan jerárquicamente entre lo natural o físico, lo sociológico o emotivo y lo espiritual. Tanto el reino natural como el emocional, están gobernados por la repetición circular de eventos. El reino sobrenatural escapa al eterno retorno de los otros dos estamentos. De hecho, se desprende del poema, que el reino sobrenatural puede alterar los otros dos dominios de la realidad, impidiendo el regreso de ciertas golondrinas y de aquellas flores cubiertas de rocío que simbolizan el amor de la pareja. El amor divinizado invade, pues el reino de lo natural y de lo emocional y toma de allí, como en un rapto todo objeto u emoción que se asocia romance de la pareja que lo experimenta.

La estrofa final de la Rima LIII contiene una reiteración del prevalecer del tipo de amor espiritualizado que el poeta siente por la amada. En esta estrofa, Bécquer se reitera en su convicción de que el amor espiritualizado, a diferencia del mero enamoramiento, trasciende el eterno retorno del mundo. El poema apunta pues a la inevitable circularidad de los eventos naturales y psicológicos y a la potencia que tiene el amor e espiritualizado de abolir y trascender círculo de un futuro que no es más que una repetición del presente. Es por ello que el amante le asegura a la amada que la manera cuasi religiosa con que la ama es irrepetible.

La fuerza que Bécquer pone en su sentencia acerca del carácter irrepetible, y por ende único, del amor espiritualizado, se hace viable a través del uso del estribillo casi letánico. Las golondrinas, ángeles del amor puro, no volverán, las madreselvas cuajadas de rocío, no volverán y como el poeta quiso a la amada, no la querrán....



5 de junio de 2010

¿Por qué las mujeres viven mas que los hombres?

Casi desde que los registros de población existen –allá por el año 1500- las cifras indican que las mujeres viven entre cinco y diez años más que los hombres.

Incluso cuando dar a luz suponía todo un riesgo por las malas condiciones higiénicas y sanitarias, la longevidad femenina era superior, como demuestran los registros de 1751 que se conservan en Suecia.

La prensa española, al referirse a las razones de este fenómeno –que se mantiene en la mayoría de los países-, plantea que los científicos apuntan varias posibilidades. Una de ellas es que la naturaleza otorga a las mujeres “puntos extra”, por la sencilla razón de que ellas son quienes deben asegurar la supervivencia de la especie.

Desde ese punto de vista, la longevidad femenina es más necesaria y, de hecho, en todas las especies animales las hembras tienen mayor esperanza de vida.

CUESTIÓN DE HORMONAS


Algunos científicos opinan que la Testosterona es la culpable de que los varones se suiciden Cinco veces más que las mujeres, y sean víctimas de accidentes de tránsito o muertes violentas, con mayor frecuencia.

Esa hormona masculina lleva a niños y hombres a ejercer grandes niveles de actividad física, agresividad y competitividad, que acortan sus expectativas de vida.

Al margen de que los factores sociales se alíen con las hormonas, y confieran a los hombres mayores tasas de ocupación en empleos de riesgo, la Testosterona también eleva los niveles de “colesterol malo” en sangre, que aumenta las posibilidades de padecer una cardiopatía o un infarto cerebrovascular.

Por el contrario, los estrógenos –hormonas femeninas- elevan el colesterol bueno. De modo que en ellos aumenta el riesgo de infarto a partir de los cuarenta, y en ellas hasta después de la menopausia.

UN CORAZÓN MÁS FUERTE


Mientras las mujeres tienen dos cromosomas X, los hombres tienen un cromosoma X y otro Y, lo cual quiere decir que si uno de ellos sufre algún tipo de daño, los varones carecen de capacidad para sustituir sus funciones.

Esto los convierte en más vulnerables a varias enfermedades (como es el caso de la hemofilia) provocadas por mutaciones en el “cromosoma del género”.

Ellas, por el contrario, pueden contar con el otro para suplir sus funciones. Una de las teorías más recientes –sostenida por científicos de la Universidad “John Moores”, en Liverpool, Gran Bretaña- plantea que el corazón de un varón de 70 años representa la edad de...70 años, mientras que en una mujer su órgano cardíaco se parece al de una joven de veinte años, pues no sufre un descenso del veinticinco por ciento de su capacidad, entre los 18 y los 70 años.

Científicos de Estados Unidos consultados sobre las razones que explican una mayor longevidad en las mujeres, señalan que éstas tienen comportamientos más saludables.

“Ellas tienden a fumar menos, beber menos, conducir de forma menos agresiva y utilizar menos la violencia que los hombres”, opinan los especialistas.

Aquí hay cuatro simples razones





29 de mayo de 2010

John Kennedy Toole / La conjura de los necios


"Cuando un verdadero genio aparece en el mundo, lo reconoceréis por este signo: todos los necios se conjuran contra él" (Jonathan Swift, 1667-1745)

“Una gorra de cazador verde apretaba la cima de una cabeza que era como un globo carnoso. Las orejeras verdes, llenas de unas grandes orejas y pelo sin cortar y de las finas cerdas que brotaban de las mismas orejas, sobresalían a ambos lados como señales de giro que indicasen dos direcciones a la vez. Los labios, gordos y bembones, brotaban protuberantes bajo el tupido bigote negro y se hundían en sus comisuras, en plieguecillos llenos de reproche y de restos de patatas fritas. En la sombra, bajo la visera verde de la gorra, los altaneros ojos azules y amarillos de Ignatius J. Reilley miraban a las demás personas que esperaban bajo el reloj junto a los grandes almacenes D. H. Holmes, estudiando a la multitud en busca de signos de mal gusto en el vestir. Ignatius percibió que algunos atuendos eran lo bastante nuevos y lo bastante caros como para ser considerados sin duda ofensas al buen gusto y la decencia. La posesión de algo nuevo o caro sólo reflejaba la falta de teología y de geometría de una persona. Podía proyectar incluso dudas sobre el alma misma del sujeto.
Ignatius vestía, por su parte, de un modo cómodo y razonable. La gorra de cazador le protegía contra los enfriamientos de cabeza. Los voluminosos pantalones de tweed eran muy duraderos y permitían una locomoción inusitadamente libre. Sus pliegues y rincones contenían pequeñas bolsas de aire rancio y cálido que a él le complacían muchísimo. La sencilla camisa de franela hacía innecesaria la chaqueta, mientras que la bufanda protegía la piel que quedaba expuesta al aire entre las orejeras y el cuello. Era un atuendo aceptable, según todas las normas teológicas y geométricas, aunque resultase algo abstruso, y sugería una rica vida interior…”
La conjura de los necios/ John Kennedy Toole — Ed. Anagrama

"El optimismo me da nauseas, es perverso" Ignatius Reilly