Me ven ahora

21 de octubre de 2009

Extraído de "Mujeres de ojos grandes", de Ángeles Mastretta

Desde muy joven la tía Eloísa tuvo a bien declararse atea. No le fue fácil dar con un marido que estuviera de acuerdo con ella, pero buscando, encontró un hombre de sentimientos nobles y maneras suaves, al que nadie le había amenazado la infancia con asuntos como el temor a Dios.
Ambos crecieron a sus hijos sin religión, bautismo ni escapularios. Y los hijos crecieron sanos, hermosos y valientes, a pesar de no tener detrás la tranquilidad que otorga saberse protegido por la Santísima Trinidad.
Sólo una de las hijas creyó necesitar del auxilio divino y durante los años de su tardía adolescencia buscó auxilio en la iglesia anglicana. Cuando supo de aquel Dios y de los himnos que otros le entonaban, la muchacha quiso convencer a la tía Eloísa de cuán bella y necesaria podía ser aquella fe.
-Ay, hija -le contestó su madre, acariciándola mientras hablaba-, si no he podido creer en la verdadera religión ¿cómo se te ocurre que voy a creer en una falsa?

4 comentarios:

  1. Se las traía la tía Eloísa!! Un gran abrazo amigo, por fin puedo conectarme a Internet, aunque no será por mucho tiempo (estoy en Uruguay de visita esta vez).

    ResponderBorrar
  2. las religiones son todas creaciones humanas...imperfectas

    pero es lo que hay:=)


    que tengas un semana super

    ResponderBorrar
  3. La tia Eloisa lo tenia muy claro...
    Lo mismo digo.
    Salud

    ResponderBorrar
  4. EStupendísima anécdota. Parece ser que la tía Eloisa era una "atea por convicción y terriblemente partidista.
    Aplausos para Mastretta y gracias a tí por compartir.
    Bicos

    ResponderBorrar

• ¡Tus comentarios son muy bienvenidos!, puedes mostrar tu opinión si lo deseas, y de hecho me encantaría leerla ya sea a favor o en contra, solamente pido respeto hacia las opiniones de las personas que hayan comentado. Los que contengan insultos o spam comercial serán borrados. Si tu único objetivo es poner el link de tu blog con un breve mensaje genérico casi mejor que no pierdas el tiempo.