Me ven ahora
16 de junio de 2013
9 de junio de 2013
Las alas del deseo (Reciclada) Wim Wenders - Der Himmel über Berlin- El Cielo sobre Berlín+el film completo subtitulado español
En un post de Beatriz en su blog sureando (http://sureando-sureando.blogspot.com), Ana (http://anaoleoscadiz.blogspot.com/) comenta el poema y dice que le recuerda a la película "City of Angels" y esto me recuerda esta película, "Las Alas del Deseo", es curioso como en los comentarios nos retroalimentamos.
Filmada en Berlín el año 1987, aún con el muro. Es una película que a muchos les parecerá muy lenta, pero vale la pena verla. Los ángeles pueden escuchar los pensamientos del ser humano y a través de ellos podemos hacerlo nosotros. Una idea tan maravillosa como intensamente traumática, tan dulce como dolorosa… Wenders nos deja espiar junto a un par de ángeles que divagan por las calles de Berlín (aún con muro) y el resultado puede ser desolador. Como un cirujano del alma nos abre el pecho del hombre común, del solitario, de la mujer que desea ser amada, del hombre sin recursos económicos, etc.
Filmada en Berlín el año 1987, aún con el muro. Es una película que a muchos les parecerá muy lenta, pero vale la pena verla. Los ángeles pueden escuchar los pensamientos del ser humano y a través de ellos podemos hacerlo nosotros. Una idea tan maravillosa como intensamente traumática, tan dulce como dolorosa… Wenders nos deja espiar junto a un par de ángeles que divagan por las calles de Berlín (aún con muro) y el resultado puede ser desolador. Como un cirujano del alma nos abre el pecho del hombre común, del solitario, de la mujer que desea ser amada, del hombre sin recursos económicos, etc.
Los tiempos que Wenders maneja provienen de la "road movie", extensos como una carretera que comienza en el horizonte y termina en su reflejo. El movimiento de una cámara que sobrevuela las bulliciosas calles de la ciudad no conoce el vértigo, los ángeles tampoco. A decir verdad, tampoco conocen el color ni el placer del tacto, ni el de ser observados. Sólo son visibles a los ojos de sus pares. Almas supraterrenales, errantes y siempre dispuestas a percibir la voz interna del hombre que espera lo que nunca vendrá o del que lee un libro en la biblioteca pública.
Las actuaciones de Damiel y Cassiel (los ángeles) son precisas y elocuentes. Peter Falk (Columbo)también es extraordinario, él puede percibir la presencia de ellos porque él mismo es un renegado, un ángel que se jugó su existencia eterna para probar las delicias cotidianas a las que nosotros no les prestamos importancia. Un café, un cigarrillo, frotar las manos para obtener calor… Particularidades insignificantes y desconocidas de nuestro comportamiento social hasta que nos vemos reflejados en la pantalla.
Wim Wender cuenta una historia con un trasfondo dramático y lo hace desde una óptica pulcra y carente de adornos superfluos. La fotografía de Henri Alekan es simplemente magnífica. Intentar capturar la especialidad que no conocemos, resulta en un movimiento infructuoso y errático sino se tiene al menos un talento sobresaliente. La música que juega en este caso un rol fundamental, deja una impronta en la película tan profunda como en nuestros recuerdos. Tan alternativa como sus nombres: Nick Cave, Tuxedomoon, Lauri Anderson, y varios más.
El título original alude a esa existencia que nos observa permanentemente, a esa mirada angelical, tan deseosa de participar "realmente" de nuestros sentimientos como de nuestras emociones.
Sencillamente un film soberbio y necesario.
Al principio comienza con un poema, que transcribo en alemán (el idioma original) y dos traducciones en español e inglés, respectivamente.
Lied Vom Kindsein–
Peter Handke
Peter Handke
Als das Kind Kind war,
ging es mit hängenden Armen,
wollte der Bach sei ein Fluß,
der Fluß sei ein Strom,
und diese Pfütze das Meer.
Als das Kind Kind war,
wußte es nicht, daß es Kind war,
alles war ihm beseelt,
und alle Seelen waren eins.
Als das Kind Kind war,
hatte es von nichts eine Meinung,
hatte keine Gewohnheit,
saß oft im Schneidersitz,
lief aus dem Stand,
hatte einen Wirbel im Haar
und machte kein Gesicht beim fotografieren.
Als das Kind Kind war,
war es die Zeit der folgenden Fragen:
Warum bin ich ich und warum nicht du?
Warum bin ich hier und warum nicht dort?
Wann begann die Zeit und wo endet der Raum?
Ist das Leben unter der Sonne nicht bloß ein Traum?
Ist was ich sehe und höre und rieche
nicht bloß der Schein einer Welt vor der Welt?
Gibt es tatsächlich das Böse und Leute,
die wirklich die Bösen sind?
Wie kann es sein, daß ich, der ich bin,
bevor ich wurde, nicht war,
und daß einmal ich, der ich bin,
nicht mehr der ich bin, sein werde?
Als das Kind Kind war,
würgte es am Spinat, an den Erbsen, am Milchreis,
und am gedünsteten Blumenkohl.
und ißt jetzt das alles und nicht nur zur Not.
Als das Kind Kind war,
erwachte es einmal in einem fremden Bett
und jetzt immer wieder,
erschienen ihm viele Menschen schön
und jetzt nur noch im Glücksfall,
stellte es sich klar ein Paradies vor
und kann es jetzt höchstens ahnen,
konnte es sich Nichts nicht denken
und schaudert heute davor.
Als das Kind Kind war,
spielte es mit Begeisterung
und jetzt, so ganz bei der Sache wie damals, nur noch,
wenn diese Sache seine Arbeit ist.
Als das Kind Kind war,
genügten ihm als Nahrung Apfel, Brot,
und so ist es immer noch.
Als das Kind Kind war,
fielen ihm die Beeren wie nur Beeren in die Hand
und jetzt immer noch,
machten ihm die frischen Walnüsse eine rauhe Zunge
und jetzt immer noch,
hatte es auf jedem Berg
die Sehnsucht nach dem immer höheren Berg,
und in jeden Stadt
die Sehnsucht nach der noch größeren Stadt,
und das ist immer noch so,
griff im Wipfel eines Baums nach dem Kirschen in einemHochgefühl
wie auch heute noch,
eine Scheu vor jedem Fremden
und hat sie immer noch,
wartete es auf den ersten Schnee,
und wartet so immer noch.
Als das Kind Kind war,
warf es einen Stock als Lanze gegen den Baum,
und sie zittert da heute noch.
ging es mit hängenden Armen,
wollte der Bach sei ein Fluß,
der Fluß sei ein Strom,
und diese Pfütze das Meer.
Als das Kind Kind war,
wußte es nicht, daß es Kind war,
alles war ihm beseelt,
und alle Seelen waren eins.
Als das Kind Kind war,
hatte es von nichts eine Meinung,
hatte keine Gewohnheit,
saß oft im Schneidersitz,
lief aus dem Stand,
hatte einen Wirbel im Haar
und machte kein Gesicht beim fotografieren.
Als das Kind Kind war,
war es die Zeit der folgenden Fragen:
Warum bin ich ich und warum nicht du?
Warum bin ich hier und warum nicht dort?
Wann begann die Zeit und wo endet der Raum?
Ist das Leben unter der Sonne nicht bloß ein Traum?
Ist was ich sehe und höre und rieche
nicht bloß der Schein einer Welt vor der Welt?
Gibt es tatsächlich das Böse und Leute,
die wirklich die Bösen sind?
Wie kann es sein, daß ich, der ich bin,
bevor ich wurde, nicht war,
und daß einmal ich, der ich bin,
nicht mehr der ich bin, sein werde?
Als das Kind Kind war,
würgte es am Spinat, an den Erbsen, am Milchreis,
und am gedünsteten Blumenkohl.
und ißt jetzt das alles und nicht nur zur Not.
Als das Kind Kind war,
erwachte es einmal in einem fremden Bett
und jetzt immer wieder,
erschienen ihm viele Menschen schön
und jetzt nur noch im Glücksfall,
stellte es sich klar ein Paradies vor
und kann es jetzt höchstens ahnen,
konnte es sich Nichts nicht denken
und schaudert heute davor.
Als das Kind Kind war,
spielte es mit Begeisterung
und jetzt, so ganz bei der Sache wie damals, nur noch,
wenn diese Sache seine Arbeit ist.
Als das Kind Kind war,
genügten ihm als Nahrung Apfel, Brot,
und so ist es immer noch.
Als das Kind Kind war,
fielen ihm die Beeren wie nur Beeren in die Hand
und jetzt immer noch,
machten ihm die frischen Walnüsse eine rauhe Zunge
und jetzt immer noch,
hatte es auf jedem Berg
die Sehnsucht nach dem immer höheren Berg,
und in jeden Stadt
die Sehnsucht nach der noch größeren Stadt,
und das ist immer noch so,
griff im Wipfel eines Baums nach dem Kirschen in einemHochgefühl
wie auch heute noch,
eine Scheu vor jedem Fremden
und hat sie immer noch,
wartete es auf den ersten Schnee,
und wartet so immer noch.
Als das Kind Kind war,
warf es einen Stock als Lanze gegen den Baum,
und sie zittert da heute noch.
Canción de la infancia
Peter Handke
"Cuando el niño era niño
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente
y que este charco fuera el mar.
Cuando el niño era niño
no sabía que era niño
para él todo estaba animado,
y todas las almas eran una.
Cuando el niño era niño
no tenía opinión sobre nada,
no tenía ninguna costumbre
se sentaba en cuclillas,
tenía un remolino en el cabello
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.
Cuando el niño era niño
era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué estoy aquí?
¿Por qué no allí?
¿Cuando empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol no es sólo un sueño?
Lo que veo oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo ante el mundo?
¿Existe de verdad el mal
y gente que en verdad son los malos?
¿Cómo puede ser que yo, el que yo soy,
no fuera antes de devenir; y que un día yo,
el que yo soy, no seré más ese que soy?
Cuando el niño era niño
las manzanas y el pan le bastaban de alimento,
y todavía es así.
Cuando el niño era niño,
las bayas le caían en la mano
sólo como caen las bayas,
y aún es así.
Las nueces frescas le ponían áspera la lengua,
y aún es así.
Encima de cada montaña
tenía el anhelo de una montaña más alta
y en cada ciudad
el anhelo de una ciudad más grande,
y aún es así.
En la copa del árbol
tiraba de las cerezas con igual deleite
como lo hace hoy todavía.
Se asustaba de los extraños
y todavía se asusta;
esperaba las primeras nieves,
y todavía las espera.
Cuando el niño era niño,
lanzó un palo como una lanza contra un árbol,
y hoy vibra ahí todavía."
"Cuando el niño era niño
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente
y que este charco fuera el mar.
Cuando el niño era niño
no sabía que era niño
para él todo estaba animado,
y todas las almas eran una.
Cuando el niño era niño
no tenía opinión sobre nada,
no tenía ninguna costumbre
se sentaba en cuclillas,
tenía un remolino en el cabello
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.
Cuando el niño era niño
era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué estoy aquí?
¿Por qué no allí?
¿Cuando empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol no es sólo un sueño?
Lo que veo oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo ante el mundo?
¿Existe de verdad el mal
y gente que en verdad son los malos?
¿Cómo puede ser que yo, el que yo soy,
no fuera antes de devenir; y que un día yo,
el que yo soy, no seré más ese que soy?
Cuando el niño era niño
las manzanas y el pan le bastaban de alimento,
y todavía es así.
Cuando el niño era niño,
las bayas le caían en la mano
sólo como caen las bayas,
y aún es así.
Las nueces frescas le ponían áspera la lengua,
y aún es así.
Encima de cada montaña
tenía el anhelo de una montaña más alta
y en cada ciudad
el anhelo de una ciudad más grande,
y aún es así.
En la copa del árbol
tiraba de las cerezas con igual deleite
como lo hace hoy todavía.
Se asustaba de los extraños
y todavía se asusta;
esperaba las primeras nieves,
y todavía las espera.
Cuando el niño era niño,
lanzó un palo como una lanza contra un árbol,
y hoy vibra ahí todavía."
Song of Childhood
By Peter Handke
When the child was a child
It walked with its arms swinging,
wanted the brook to be a river,
the river to be a torrent,
and this puddle to be the sea.
When the child was a child,
it didn’t know that it was a child,
everything was soulful,
and all souls were one.
When the child was a child,
It walked with its arms swinging,
wanted the brook to be a river,
the river to be a torrent,
and this puddle to be the sea.
When the child was a child,
it didn’t know that it was a child,
everything was soulful,
and all souls were one.
When the child was a child,
Filmada en Berlín el año 1987, aún con el muro. Es una pelicula que a muchos les parecerá muy lenta, pero vale la pena verla. Los ángeles pueden escuchar los pensamientos del ser humano y a través de ellos podemos hacerlo nosotros. Una idea tan maravillosa como intensamente traumática, tan dulce como dolorosa… Wenders nos deja espiar junto a un par de ángeles que divagan por las calles de Berlín (aún con muro) y el resultado puede ser desolador. Como un cirujano del alma nos abre el pecho del hombre común, del solitario, de la mujer que desea ser amada, del hombre sin recursos económicos, etc.
Los tiempos que Wenders maneja provienen de la "road movie", extensos como una carretera que comienza en el horizonte y termina en su reflejo. El movimiento de una cámara que sobrevuela las bulliciosas calles de la ciudad no conoce el vértigo, los ángeles tampoco. A decir verdad, tampoco conocen el color ni el placer del tacto, ni el de ser observados. Sólo son visibles a los ojos de sus pares. Almas supraterrenales, errantes y siempre dispuestas a percibir la voz interna del hombre que espera lo que nunca vendrá o del que lee un libro en la biblioteca pública.
Las actuaciones de Damiel y Cassiel (los ángeles) son precisas y elocuentes. Peter Falk (Columbo)también es extraordinario, él puede percibir la presencia de ellos porque él mismo es un renegado, un ángel que se jugó su existencia eterna para probar las delicias cotidianas a las que nosotros no les prestamos importancia. Un café, un cigarrillo, frotar las manos para obtener calor… Particularidades insignificantes y desconocidas de nuestro comportamiento social hasta que nos vemos reflejados en la pantalla.
Wim Wender cuenta una historia con un trasfondo dramático y lo hace desde una óptica pulcra y carente de adornos superfluos. La fotografía de Henri Alekan es simplemente magnífica. Intentar capturar la especialidad que no conocemos, resulta en un movimiento infructuoso y errático sino se tiene al menos un talento sobresaliente. La música que juega en este caso un rol fundamental, deja una impronta en la película tan profunda como en nuestros recuerdos. Tan alternativa como sus nombres: Nick Cave, Tuxedomoon, Lauri Anderson, y varios más.
El título original alude a esa existencia que nos observa permanentemente, a esa mirada angelical, tan deseosa de participar "realmente" de nuestros sentimientos como de nuestras emociones.
Sencillamente un film soberbio y necesario. Muestra la imagen de la biblioteca de Berlin visitada por ángeles
Las actuaciones de Damiel y Cassiel (los ángeles) son precisas y elocuentes. Peter Falk (Columbo)también es extraordinario, él puede percibir la presencia de ellos porque él mismo es un renegado, un ángel que se jugó su existencia eterna para probar las delicias cotidianas a las que nosotros no les prestamos importancia. Un café, un cigarrillo, frotar las manos para obtener calor… Particularidades insignificantes y desconocidas de nuestro comportamiento social hasta que nos vemos reflejados en la pantalla.
Wim Wender cuenta una historia con un trasfondo dramático y lo hace desde una óptica pulcra y carente de adornos superfluos. La fotografía de Henri Alekan es simplemente magnífica. Intentar capturar la especialidad que no conocemos, resulta en un movimiento infructuoso y errático sino se tiene al menos un talento sobresaliente. La música que juega en este caso un rol fundamental, deja una impronta en la película tan profunda como en nuestros recuerdos. Tan alternativa como sus nombres: Nick Cave, Tuxedomoon, Lauri Anderson, y varios más.
El título original alude a esa existencia que nos observa permanentemente, a esa mirada angelical, tan deseosa de participar "realmente" de nuestros sentimientos como de nuestras emociones.
Sencillamente un film soberbio y necesario. Muestra la imagen de la biblioteca de Berlin visitada por ángeles
Suscribirse a:
Entradas (Atom)