Me ven ahora

26 de abril de 2008

Borges es un prosista menor y Cortázar no sabía escribir

Entrevista a Fernando Vallejo, publicado en el Diario La Razón, el 9 de junio de 2007

Más delgado que la última vez que nos vimos, hace un par de años, pero con los entusiasmos intactos. Ahora, en plena promoción de "La puta de Babilonia" —un libro en el que vivisecciona a la Iglesia Católica y saca a luz crímenes y pecados documentados por todos los historiadores—, Fernando Vallejo pasó otra vez por Buenos Aires.

La obra tiene, justo es decirlo, esa voz tronante y casi dogmática que el propio escritor critica. Cuando se lo hacemos notar, tiene la sinceridad de reconocerlo: "Es cierto —confía—, por momentos parece un dogmatismo de cuño inverso. Como si fuera un antipapa". La risa que corona la frase, así como la amabilidad que lo caracteriza, permiten que le propongamos no hablar de lo que todos le preguntan por estos días y sí de literatura. Vallejo acepta, pero antes aclara —para sentar un punto de arranque— que hoy nadie sabe qué es eso de leer.

Suponiendo que tuviera razón, ¿por qué cree que ocurre eso?

Es que en la actualidad casi nadie puede distinguir quién escribe bien y quién escribe mal. Hay quienes creen que el idioma literario y el coloquial son lo mismo. Por eso, por ejemplo, no se dan cuenta de lo que vale un escritor como Mujica Láinez.

Es curioso que lo mencione, porque en la Argentina, lamentablemente, hace rato que no se lo lee.

Y eso habla muy mal de los argentinos. Los lectores, porque no lo conocen. Y los escritores, porque no saben escribir. Es pura ignorancia. Pero no te preocupes, que en Colombia pasa lo mismo. Ignoran a "Manucho", el mejor escritor en lengua española de los últimos mil años, y se entusiasman con Cortázar y Bolaño, que no sabían escribir.

¿Y Borges?

Es, apenas, un prosista menor. Y como poeta no existe. Es puro sonsonete. La,la,lá... la,la,lá... la,la,lá. Otro de los grandes, a quien en España le sucede lo mismo que a Mujica, es Azorín. Ese fue un escritor de verdad.

¿Y por qué será que nadie lee sus libros, algunos tan actuales como "Confesiones de un pequeño filósofo", o su hermosa biografía de Lope de Vega?

Porque la moda es desconocer a los grandes prosistas. Y además tenemos que el idioma se ha desvirtuado totalmente. A los escritores jóvenes les tocó este adefesio que tenemos hoy. Y por eso les gusta García Márquez, que tiene una prosa pobrísima y sin gracia. ¡Y pensar que en algún momento a Colombia le decían la Atenas sudamericana y tenía presidentes gramáticos!

Vamos a coincidir en que sus juicios son, al menos, escandalosos.

Pero yo desafío a cualquiera que sepa de lo que habla cuando se refiere a la literatura, a que hagamos una polémica pública. Yo les voy a hacer dar cuenta que el idioma está perdido, que ellos escriben mal, que Cervantes era un pésimo prosista, que Borges no conocía los recursos literarios y que, salvo Mujica Láinez y Azorín, casi no hay nadie que se salve.

¡Pero suele decir que hace años que no lee literatura!

Y es la verdad más pura. Trato de no perder tiempo. Por ejemplo, para escribir "La puta de Babilonia" —que es un término de los albigenses— tuve que estar años documentándome, para completar lo que ya sabía por haberlo vivido en carne propia.

¿Cómo es eso?

Claro. Estudié con los salesianos, de manera que conozco el monstruo desde dentro. Pero, para ser honesto, debía documentarme. Y eso me llevó el tiempo que hubiera perdido leyendo novelitas de mala muerte.

¿Se arrepiente de algo?

De haber nacido. Pero eso, en todo caso, fue culpa de mi madre. Deberían haberla esterilizado y adiós problemas.

Por Humberto Acciaressi
Fuente: La Razón


La Virgen y otros acercamientos al cine
Al margen de "La Virgen de los sicarios", inspirada en su libro y dirigida por Barbet Shroeder, Vallejo tiene una dilatada relación con el cine. Como cineasta, dirigió en México dos filmes sobre la violencia en Colombia: "Crónica Roja" (1977) y "En la tormenta" (1980). En los 60 dirigió los cortos "Un hombre y un pueblo" y "Una vía hacia el desarrollo".

24 de abril de 2008

Dedicado a mi madre


Henry de Tolouse Lautrec (1864-1901)

La madre del pintor


Por primera vez voy a escribir un post personal, y se lo dedico a mi madre.
No está bien de salud, ayer sufrió un desvanecimiento en la calle y la ayudó una joven de unos 25 años, de nombre Evelyn. Me llamó por celular mi madre y la fui a buscar allí, y con Evelyn, la llevamos a casa.
¿Quién dijo que las buenas personas no existen?.
Hoy, la voy a acompañar al médico, espero que no sea nada grave.

A continuación el primer poema que aprendió mi madre cuando niña:

Rodó una piedra,
se oyó un chasquido,
el agua toda
se estremeció,
cual se estremece
un niño dormido, al que
su madre suave besó.

Se armaron ondas
muy temblorosas,
cual mariposas
tomando sol,
y hasta mi orilla,
llegó una rosa
que tomé yo.

Más al tomarla
con estas manos,
con estas manos
que Dios me dio,
me miró triste
y entre mis
manos ... se deshojó.

23 de abril de 2008

Día del Libro

Día Internacional del libro

Un 23 de abril (de 1564) nació William Shakespeare. También un 23 de abril (de 1616) falleció este célebre dramaturgo inglés. En la misma fecha y exactamente el mismo año (1616), murieron el español Miguel de Cervantes Saavedra y el cronista Garcilaso de la Vega... Y los tres, traspasaron las barreras del idioma.

En conmemoración de Cervantes, los países de habla hispana no sólo celebran el 23 de abril como el día del libro, sino que además han proclamado esta fecha como "Día del Idioma", con el objetivo de impulsar el uso de la lengua castellana. Hoy son más de ochenta países los que celebran este día.

En Madrid se aprovecha esta fecha para entregar el Premio Cervantes, máximo reconocimiento literario a los autores hispanos. Hoy los Reyes volvieron a Alcalá para entregar el Premio Cervantes 2008, a Juan Gelman, poeta de nacionalidad argentina.

Como regalo a todos, en este día:

Augusto Monterroso

Dejar de ser mono

El espíritu de investigación no tiene límites. En los Estados Unidos y en Europa han descubierto a últimas fechas que existe una especie de monos hispanoamericanos capaces de expresarse por escrito, réplicas quizá del mono diligente que a fuerza de teclear una máquina termina por escribir de nuevo, azarosamente, los sonetos de Shakespeare. Tal cosa, como es natural, llena estas buenas gentes de asombro, y no falta quien traduzca nuestros libros, ni, mucho menos, ociosos que los compren, como antes compraban las cabecitas reducidas de los jíbaros. Hace más de cuatro siglos que fray Bartolomé de las Casas pudo convencer a los europeos de que éramos humanos y de que teníamos un alma porque nos reíamos; ahora quieren convencerse de lo mismo porque escribimos.

16 de abril de 2008

Ulises: microrrelatos Augusto Monterroso

Augusto Monterroso (Tegucigalpa Honduras, 21 de diciembre de 1921 – México D.F., 7 de febrero de 2003) es un escritor guatemalteco, conocido por sus colecciones de relatos breves e hiperbreves.
Su composición "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí", estuvo considerada como el relato más breve de la literatura universal durante muchos años. En 1970 ganó el premio Magda Donato, en 1975 el premio Villaurrutia y en 1988 le fue entregada la condecoración del Águila Azteca, por su aporte a la cultura de México. En 2000 le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en reconocimiento a toda su carrera.

Dos relatos breves basados en Ulises:

La sirena inconforme


Usó todas sus voces, todos sus registros; en cierta forma se extralimitó; quedó afónica quién sabe por cuánto tiempo.

Las otras pronto se dieron cuenta de que era poco lo que podían hacer, de que el aburridor y astuto Ulises había empleado una vez más su ingenio, y con cierto alivio se resignaron a dejarlo pasar.

Ésta no; ésta luchó hasta el fin, incluso después de que aquel hombre tan amado y deseado desapareció definitivamente.

Pero el tiempo es terco y pasa y todo vuelve.

Al regreso del héroe, cuando sus compañeras, aleccionadas por la experiencia, ni siquiera tratan de repetir sus vanas insinuaciones, sumisa, con la voz apagada, y persuadida de la inutilidad de su intento, sigue cantando.

Por su parte, más seguro de sí mismo, como quien había viajado tanto, esta vez Ulises se detuvo, desembarcó, le estrechó la mano, escuchó el canto solitario durante un tiempo según él más o menos discreto, y cuando lo consideró oportuno la poseyó ingeniosamente; poco después, de acuerdo con su costumbre, huyó.

De esta unión nació el fabuloso Hygrós, o sea “el Húmedo” en nuestro seco español, posteriormente proclamado patrón de las vírgenes solitarias, las pálidas prostitutas que las compañías navieras contratan para entretener a los pasajeros tímidos que en las noches deambulan por las cubiertas de sus vastos trasatlánticos, los pobres, los ricos, y otras causas perdidas.

La tela de Penélope o quién engaña a quién

Hace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de ser bastante sabio era muy astuto), casado con Penélope, mujer bella y singularmente dotada cuyo único defecto era su desmedida afición a tejer, costumbre gracias a la cual pudo pasar sola largas temporadas.

Dice la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia observaba que a pesar de sus prohibiciones ella se disponía una vez más a iniciar uno de sus interminables tejidos, se le podía ver por las noches preparando a hurtadillas sus botas y una buena barca, hasta que sin decirle nada se iba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo.

De esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus pretendientes, haciéndoles creer que tejía mientras Ulises viajaba y no que Ulises viajaba mientras ella tejía, como pudo haber imaginado Homero, que, como se sabe, a veces dormía y no se daba cuenta de nada.
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14 de abril de 2008

Ulises: Poemas acerca de Odiseo (Ulises)

Ulises y las sirenas siglo III A.C.

Poemas sobre Ulises


En la Ilíada conocemos a Odiseo como un guerrero duro, el Odysseus, el hombre de las muchas tretas y recursos; el hombre a quien la leyenda inmortalizó como el ingenioso autor de la estratagema con que los aqueos lograron hacer caer la ciudad de Troya. Pero otro poema, la Odisea, y otro aspecto de la tradición, nos muestran un personaje diferente. Ulises es el hombre que lucha y sufre por volver a la patria y al hogar; es el esposo y padre que en la lejanía y la adversidad comprende su destino; es el varón que busca la verdad de la existencia humana a través de años y años de penalidades; el destructor de mitos, el ser humano capaz de enfrentarse a dioses y monstruos hostiles; es aquél que vence una tras otra las tentaciones que- bajo los nombres de Circe, las Sirenas, Calipso, Nausícaa- buscan alejarlo de la ruta o hacerlo perder su condición humana y rebajarlo al nivel animal o elevarlo al ámbito de los inmortales o simplemente ofrecerle un hermoso y plácido nuevo hogar. Al vencer hostilidades, tentaciones, tempestades y peligros, Ulises ha impuesto su razón, su amor, sus anhelos, su decisión. Ha conservado, reafirmado, ampliado y enriquecido su espíritu; y así llega finalmente a la patria y al hogar. Esta es la concepción que puede desprenderse de la Odisea homérica: es el itinerario de un hombre que salva su condición de tal y la lleva a la plenitud.

Aquí presento una muestra de varios poemas, con distintas visiones:

PETRONIO

Exhortatio ad Ulissem

Deja tus moradas y costas extranjeras busca,
¡oh joven! Nace para ti una serie mayor de acontecimientos.
No sucumbas al mal: te ha de renovar al Danubio extremo,
el bóreas helado, los tranquilos reinos del Egipto
que ven al sol levantarse y descender.
Y más grande que descienda Ulises en playas lejanas.
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DU BELLAY

Soneto XXXI

¡Dichoso el que, como Ulises, hizo un bello viaje,
y después regresó lleno de experiencia y sabiduría
a vivir entre los suyos el resto de su edad!
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DANTE

Divina Comedia Infierno, XXVI, 94 y ss


ni la dulzura del hijo, ni la piedad
del viejo padre, ni el debido amor
que debía a Penélope hacer dichosa,
vencer pudieron dentro de mí el ardor
que tuve de hacerme del mundo experto
y de los vicios humanos y de su valor;
antes, me lancé por el alto mar abierto;
con sólo un barco y con aquellos compañeros
pocos, de los que no fui abandonado.

De costa en costa vi al final los límites de España,
hasta el Marruecos, y la isla de los Sardos,
y las otras que aquel mar en torno baña.

Yo y mis compañeros éramos viejos y tardos
cuando llegamos a aquella fosa estrecha
donde Hércules marcó sus dos resguardos
para que el hombre más allá no se meta;
a la derecha mano dejé Sevilla,
de la otra ya había dejado Ceuta.
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A. TENNYSON

Ulises (fragmento)

De nada sirve que viva como un rey inútil
junto a este hogar apagado, entre rocas estériles,
el consorte de una anciana, inventando y decidiendo
leyes arbitrarias para un pueblo bárbaro,
que acumula, y duerme, y se alimenta, y no sabe quién soy.
No encuentro descanso al no viajar; quiero beber
la vida hasta las heces. Siempre he gozado
mucho, he sufrido mucho, con quienes
me amaban o en soledad; en la costa y cuando
con veloces corrientes las constelaciones de la lluvia
irritaban el mar oscuro. He llegado a ser famoso;
pues siempre en camino, impulsado por un corazón hambriento,
he visto y conocido mucho: las ciudades de los hombres
y sus costumbres, climas, consejos y gobiernos,
no siendo en ellas ignorado, sino siempre honrado en todas;
y he bebido el placer del combate junto a mis iguales,
allá lejos, en las resonantes llanuras de la lluviosa Troya.
Formo parte de todo lo que he visto;
y, sin embargo, toda experiencia es un arco a través del cual
se vislumbra un mundo ignoto, cuyo horizonte huye
una y otra vez cuando avanzo.
¡Qué fastidio es detenerse, terminar,
oxidarse sin brillo, no resplandecer con el ejercicio!
Como si respirar fuera la vida.
Una vida sobre otra
sería del todo insuficiente, y de la única que tengo
me queda poco; pero cada hora me rescata
del silencio eterno, añade algo,
trae algo nuevo; y sería despreciable
guardarme y cuidarme el tiempo de tres soles,
y refrenar este espíritu ya viejo, pero que arde en el deseo
de seguir aprendiendo, como se sigue a una estrella que cae,
más allá del límite más extremo del pensamiento humano.
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N. KAZANTZAKIS

Odisea, Rapsodia II, 1436-1475

despedíos de la isla, desarraigad la patria;
y el que pueda que la arroje al agua tras él como un peñasco,
y el que no se hartó de ella entre vosotros, cuélguela como amuleto,
pues al alba partimos para el último viaje sin retorno”.
Dijo, y los compañeros, cargados de odres de vino y harina
y variadas mercancías de alacena y así como de armas nuevas,
ya a medianoche, en silencio, desde el portalón salieron,
y caminando con pasos pesados, tomaron el camino del navío.

Subió Odiseo, inmutable, a su lecho elevado,
y se tendió- postrera vez- junto a la pobre mujer.
Un sueño dulce, reparador, le hizo descansar el pensamiento;
mas antes de aclarar se alzó el gallo colorado
y cantó en el patio grande, en los bordes del brocal.
Y oyó en su sueño el arquero al ave alegre de-la-cresta-triple;
levántase de un salto y se ciñe la daga de hierro,
cuelga el arco enroscado en sus tostadas espaldas,
y abre furtivo la armella, que no se asuste la mujer.
Mas ella la noche entera velaba con los párpados cerrados,
y sellaba sus labios una incurable pena muda;
y al crujir el cerrojo, los ojos entreabre suavemente
y divisa en la brumosa aurora al marido que se marcha.
No se movió ni se arrojó a abrazar llorando sus rodillas;
bien sabía la infeliz que no hay ya esperanza alguna;
mas cuando oyó los escalones rechinar y llorar, se levantó
y a la ventanilla azul se abalanzó y alcanza a divisarlo
cómo cruza en puntillas, calmado, por los atrios e, igual que un ladrón,
coge ansiosamente el pasador de bronce del portón,
y sin volverse hacia atrás atraviesa con ímpetu la puerta;
la desdichada entonces ya saca los lamentos y se desgarra de dolor piel y cabello.
Y el cruel viajero, en tanto, la escarcha cristalina de la noche
absorbe en su entraña sedienta y extiende sus brazos
y presuroso toma la bajada de la playa en penumbra.
Con vigor trabajaban los dragones en la orilla y empujaban poco a poco
la nueva embarcación airosa en las tiznadas armadías,
y Súralos el músico rociaba con agua los morillos para que no encendieran.
Y cuando se preparaban para el último impulso,
apareció el capitán y extendiendo la mano
a las olas precipitó con energía el bajel virginal
y segó el cordón umbilical de la entraña amada de la patria.
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CONSTANTINO KAVAFIS

Segunda Odisea


Segunda Odisea


Odisea segunda y grande,
mayor quizás que la primera. Pero ay,
sin Homero, sin hexámetros.
Era pequeña su casa paterna
era pequeña su ciudad paterna
y toda su Ítaca era pequeña.

La ternura de Telémaco, la fe
de Penélope, la ancianidad del padre,
sus antiguos amigos, el amor
del abnegado pueblo,
el feliz reposo del hogar,
penetraron cual rayos de alegría
en el corazón del navegante.

Y cual rayos se apagaron.
La sed
del mar se despertó dentro de él.
Odiaba el aire de la tierra firme.
Su sueño turbaban por la noche
los fantasmas de Hesperia.
Lo venció la nostalgia
de los viajes, y de las llegadas
matinales a los puertos donde,
con qué alegría, entras por primera vez.

La ternura de Telémaco, la fe
de Penélope, la ancianidad del padre,
sus antiguos amigos, el amor
del abnegado pueblo,
y la paz y el reposo
de la casa lo aburrieron.
Y se marchó.
Cuando las costas de Ítaca
se desvanecían poco a poco frente a él
y navegaba hacia occidente a toda vela,
hacia Iberia, hacia las columnas de Hércules,-
lejos de todo mar aqueo-,
sintió que revivió, que
arrojó las pesadas ataduras
de cosas conocidas y domésticas.
Y su corazón aventurero
se regocijaba fríamente, vacío de amor.

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CONSTANTINO KAVAFIS

Ítaca


Cuando salgas en el viaje , hacia Ítaca
desea que el camino sea largo,
pleno de aventuras, pleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al irritado Poseidón no temas,
tales cosas en tu ruta nunca hallarás,
si elevado se mantiene tu pensamiento, si una selecta
emoción tu espíritu y tu cuerpo embarga.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
y al feroz Poseidón no encontrarás,
si dentro de tu alma no los llevas,
si tu alma no los yergues delante de ti.

Desea que el camino sea largo.
Que sean muchas la mañanas estivales
en que con cuánta dicha, con cuánta alegría
entres a puertos nunca vistos:
detente en mercados fenicios,
y adquiere las bellas mercancías,
ámbares y ébanos, marfiles y corales,
y perfumes voluptuosos de toda clase,
cuanto más abundantes puedas perfumes voluptuosos;
anda a muchas ciudades Egipcias
a aprender y aprender de los sabios.

Siempre en tu pensamiento ten a Ítaca.
Llegar hasta allí es tu destino.
Pero no apures tu viaje en absoluto.
Mejor que muchos años dure:
y viejo ya ancles en la isla,
rico con cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que riquezas te dé Ítaca

Ítaca te dio el bello viaje.
Sin ella no hubieras salido al camino.
Otras cosas no tiene ya que darte.
Y si pobre la encuentras, Ítaca no te ha engañado.
Sabio así como llegaste a ser, con experiencia tanta,
ya habrás comprendido las Itacas qué es lo que significan.
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LEON KUKULAS

Pequeña Odisea

Nos salvamos de los Cíclopes
y nuestro anhelo de llegar un día a Ítaca
reavivó mil veces el rescoldo
de nuestra alma, que poco a poco se enfriaba.

Y ni las yerbas mágicas de Circe,
ni siquiera los filtros de la Sirenas
que acaso nos guardaban nuevos goces,
pudieron cambiar nuestro propósito.

Por ese nuestro objetivo, apreciamos como injustos
y ante la bondad ingratos a menudo
e impasibles dejamos, al partir,
en su desolación a Calipso sollozando.

Y nos negamos nuevas glorias y riquezas
y sin pena contemplamos cierto día
perderse para siempre entre la bruma gris
la espléndida visión de los Feacios.

Y ahora que hemos retornado a Ítaca,
cuando a menudo narramos lo pasado,
como más dulce sentimos su angustia
que la serenidad de nuestra vida muelle.

Y nuestro dolor se nos hace infinito,
con que nos castiga una amarga contrición,
pues no sopla ya el viento en nuestros aparejos,
y para siempre terminó la travesía.

(Caminos desconocidos)

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LEFTERIS ALEXÍU

Odysseus und Kalypso Arnold Böcklin

Ulises así habló a Calipso cuando decidió Abandonarla


Nieve semeja en el velado atardecer
tu cuerpo diáfano. Con ardor envolvente
igual que de reptil, el amor serpentino
cual brazo firme estrecha mi cintura.

El grillo que no calla de tu beso
y tu mirar me hicieron inmortal.
Nada veo ni escucho. Como abejas
el antiguo recuerdo me circunda.

Me llaman las gaviotas. Clama el ponto
Tiembla la espuma en mis párpados húmedos,
y la inmortalidad me es servidumbre.

Dame otra vez el incierto destino;
que me lleve la libre fantasía
en un madero por la mar salada.

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YORGOS SARANDIS



Odiseo

Puesto que fuiste el causante de la desaparición de Troya
no te extrañes de hallarte bajo persecución divina
combatiendo con dioses invidentes y rudas esperanzas
no te extrañes
tú el más ingenioso entre los hombres.

La primera emboscada de los dioses es la nostalgia
es el juego insensato con tu alma
la malhadada quimera del regreso.

Pero qué esperas viajando en tu
oscura suerte
pero qué esperas huyendo entre los años
qué esperas cuando te mata el lúgubre lamento de Troya
que te sigue
cuando estalla la ira de los dioses y te barre
cuando te doblega el tiempo delirante.

Desnudo llegarás a tu isla
- pero mejor que no llegaras -
ya que has perdido todos tus compañeros
tu virtud en aventura sin objeto
tu prudencia en duda lucha sin sentido
ya que has perdido lo más selectos años de tu vida.

era la malhadada quimera que te enfermó el entendimiento
el juego con tu alma de los dioses sin corazón
tú sin embargo
- el más ingenioso de los hombres -
cómo no adivinaste
qué amargura
cuánto castigo
qué nuevas heridas traerá
el fin de tu inquieto camino
el vano regreso
tu triste arribar a la Ítaca asolada.

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Homero


Perro de Ulises

El perro de Odiseo

"Así estos conversaban. Y un perro que estaba echado, alzó la cabeza y las orejas: era Argos, el perro del paciente Odiseo, a quien éste había criado, aunque luego no se aprovechó del mismo porque tuvo que partir a la sagrada Ilión.

Anteriormente lo llevaban los jóvenes a correr cabras montesas, ciervos y liebres; pero entonces, en la ausencia de su dueño yacía abandonado sobre mucho estiércol de mulos y de bueyes que vertían junto a la puerta a fin de que los siervos de Odiseo lo tomasen para abonar los extensos campos: allí estaba tendido Argos, todo lleno de pulgas. Al advertir que Odiseo se aproximaba, le halagó con la cola y dejó caer ambas orejas, pero ya no pudo salir al encuentro de su amo. 

Entonces Odiseo, que le vio desde lejos, se enjugó una lágrima sin que se percatara Eumeo y le preguntó: 'Eumeo, es extraño que este perro esté tumbado entre el estiércol. Su cuerpo es hermoso; aunque ignoro si, con tal belleza, era rápido en la carrera, o era como esos perros falderos que crían los señores por lujo'. 

Y tú le respondiste así, porquerizo Eumeo: 'Ese perro perteneció a un hombre que ha muerto lejos de nosotros. Si fuese tal como era en el cuerpo y en la actividad cuando Odiseo lo dejó al irse a Troya, pronto admirarías su rapidez y su vigor: no se le escapaba ninguna fiera que levantase, ni aun en lo más hondo del espeso bosque, porque era sumamente hábil en seguir un rastro.

 Pero ahora le abruman los males a causa de que su amo murió fuera de la patria, y las negligentes muchachas no lo cuidan, porque los siervos, cuando los amos ya no mandan, no quieren hacer los trabajos que les corresponden, pues Zeus quita a un hombre la mitad de su valía cuando le alcanza el día de la esclavitud.' Diciendo así, entró por el cómodo palacio y se fue derecho a la sala, hacia los ilustres pretendientes, pero Argos muere a poco de reconocer a su amo luego de veinte años".

Fragmento de La Odisea - Libro XVII

6 de abril de 2008

La pérdida de la tristeza (reflexiones)


"Si por desgracia se abriera alguna rendija de tiempo en la sólida sustancia de sus distracciones, siempre queda el soma: medio gramo para una de asueto, un gramo para fin de semana, dos gramos para viaje al bello Oriente , tres para una oscura eternidad en la luna”

"Un mundo feliz" ("Brave New World") de Aldous Huxley

¿Qué ocurriría si se descubriera un fármaco que nos cure de la tristeza como si fuese una enfermedad?

En 1980, la Sociedad Americana de Psiquiatría elaboró la tercera versión de su célebre manual para el diagnóstico de los trastornos mentales -Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorder, habitualmente conocido como DSM-, cuya influencia es tan vasta como silenciosa. El proyecto, originado a fines de los años 60, consiste en desarrollar un lenguaje neutro teóricamente, que permita el diagnóstico de las enfermedades mentales mediante una sintomatología objetiva, cuantificable y estándar. La reunión de 1980 se calificó como una "revolución del diagnóstico", dando lugar "a una nueva era de la psiquiatría".

Una de las modificaciones más importantes introducidas allí es la supresión de la antigua distinción entre depresión exógena y endógena o, dicho en otros términos, entre una "causada" y otra "incausada". A cambio de ello, se propuso una enumeración de síntomas -bastante conocidos, porque aparecen frecuentemente en los medios de comunicación-, en torno a un mínimo de los cuales, si persisten por cierto tiempo, se configura el diagnóstico de "depresión mayor", el que autoriza y aconseja la intervención profesional y la medicamentación.

Los académicos Allan Horwitz y Jerome Wakefield acaban de publicar un libro que lleva el título de esta columna, en el que atacan los presupuestos metodológicos y culturales del DSM-III y sus sucesores y, en particular, el cambio que allí se llevó a cabo respecto de la depresión. Su tesis central es que a partir de dicha reforma no existe un criterio de fondo que permita distinguir la tristeza (aflicción) sana de la patológica, y, así, muchas de las aflicciones y penas hoy diagnosticadas como depresión -que han aumentado gigantescamente desde entonces- son falsas depresiones. Ellos denuncian como un error muy grave el abandono de la distinción (que se remonta a Hipócrates y Aristóteles) entre la pena causada y proporcional a su causa, y aquella otra "incausada".

Hay una tristeza que es una emoción normal, y, aunque nos perturbe en extremo, no constituye un desorden mental. Este debate no es privativo de la psiquiatría: tiene consecuencias en políticas de salud pública y atañe a preguntas esenciales sobre la condición humana. Muchos miembros de las sociedades contemporáneas, compelidos a vivir en una "alegría artificial", están empezando a echar de menos la tristeza perdida, y acaso les resulta hoy más plena de sentido aquella pregunta de John Keats: "¿No ves cuán necesario es el mundo del dolor y de las tribulaciones para educar una inteligencia y convertirla en un alma?

Las sociedades contemporáneas compelen a una "alegría artificial".

Pablo Neruda

Oda a la tristeza

Tristeza, escarabajo
de siete patas rotas,
huevo de telaraña,
rata descalabrada,
esqueleto de perra:
Aquí no entras.
No pasa.
Ándate.
Vuelve
al sur con tu paraguas,
vuelve
al norte con tus dientes de culebra.
Aquí vive un poeta.
La tristeza no puede
entrar por estas puertas.
Por las ventanas
entra el aire del mundo,
las rojas rosas nuevas,
las banderas bordadas
del pueblo y sus victoria.
No puedes.
Aquí no entras.
Sacude
tus alas de murciélago,
yo pisaré las plumas
que caen de tu mano,
yo barreré los trozos
de tu cadáver hacia
las cuatro puntas del viento,
yo te torceré el cuello,
te coseré los ojos,
cortaré tu mortaja
y enterraré, tristeza, tus huesos roedores
bajo la primavera de un manzano.
Cuando yo muera quiero tus manos en mis ojos:
quiero la luz y el trigo de tus manos amadas
pasar una vez más sobre mí su frescura:
sentir la suavidad que cambió mi destino.
Quiero que vivas mientras yo, dormido, te espero,
quiero que tus oídos sigan oyendo el viento,
que huelas el aroma del mar que amamos juntos
y que sigas pisando la arena que pisamos.

Quiero que lo que amo siga vivo
y a ti te amé y canté sobre todas las cosas,
por eso sigue tú floreciendo, florida,

para que alcances todo lo que mi amor te ordena,
para que se pasee mi sombra por tu pelo,
para que así conozcan la razón de mi canto.
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1 de abril de 2008

Arte y psiquiatría (II)

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Carmen Aldunate
Oleo sobre madera
130 x 175 cms

ESQUIZOFRENIA
Dr.Eduardo Durán


La esquizofrenia es la denominación a una de las enfermedades más graves y dramáticas que puede padecer el hombre: la locura.

Ser loco significa: percibir, leer, entender, sentir el mundo y su realidad de manera particular y diferente. Es la dislocación de los instrumentos mentales con los cuales operamos en la realidad.

Como experiencia es única, pero el precio es la soledad. Las alucinaciones de los sentidos que congelan el alma y las interpretaciones delirantes del entorno confunden y angustian. No hay alma gemela donde cobijarse. Es deambular solo en medio de las tinieblas.

La esquizofrenia es la mayor de las representantes de la locura. Es el desvarío mismo de la existencia.

Somos los psiquiatras quienes nos hemos preocupado de esta expresión de la locura tan tormentosa para el hombre. Y con el fin de que nos muestren otros caminos y conozcamos nuevas visiones, hemos invitado a artistas chilenos que con sensibilidad y por que no decirlo, con cierta ingenuidad, han aceptado este desafío.

Con Carmen Aldunate emprendimos esta dura tarea, comunicándonos con esquizofrénicos. En los hospitales psiquiátricos aprendimos a conocer y a percibir a los pacientes, a través de sus vivencias y sentimientos... una paciente nos clamaba su dolor aduciendo que le habían robado el esqueleto .... mire ... mire, estos huesos no son míos .... son de otra persona .... esta no soy yo ..... luego venía el llanto y el ensimismamiento completo.... otro se quejaba como le pinchaban, personajes extraños le acosaban para destruirle y robarle el cuerpo ..... otro se tapaba los oídos para no escuchar las alucinaciones de voces insultantes y ominosas.... son los gritos guturales de mi alma congelada, expresaba uno de los pacientes .....con Carmen nos hicimos parte de un otro, de un tú sufriente y malogrado, nos hicimos nosotros a costa del estremecimiento del alma. Experiencia sin igual que ha llegado a ser un hito en nuestra historia personal.

Luego vino la etapa final, traspasar esta experiencia a la tela. Carmen ocupa un formato grande, al centro una mujer en que se destaca en forma magistral la mirada, mirada perdida en la distancia, en el vacío y que a su vez está presentificada aquí, una mirada puesta en una cabeza que se escinde, que parte el alma en dos, en dos mundos propios de lo esquizo, claramente lo dividido, pero que aún no se escapa y que es. necesario retener ya, con unas manos pellizcándose los brazos, tocándose, re-encontrándose consigo misma, y a su vez con sus brazos maniatados presos de poder hacer o deshacer. Mientras clavos atraviesan dolorosamente la piel, didáctico ejemplo de las alucinaciones cenestésicas. Mujer envuelta en ropajes, portados sin erotismo alguno, y aún más, la zona genital cosida, con la prohibición de toda sexualidad. De un lazo al cinturón pende una llave, la esperanza de algún día abrir las tantas puertas que se cierran, aquí Carmen se deja llevar por un impulso lúdico, crea seis espacios, tres puertas por cada lado de la imagen central, logra un dinamismo, le agrega temporalidad a este perimundo del esquizofrénico. Puertas que se abren y se cierran, decenas de espacios y escenarios nuevos, aparecen rejas y más rejas, que van aprisionando a esta mujer, van apareciendo objetos del mundo claramente amenazantes, garras próximas al zarpazo, todo el entorno está lleno de dolor ..... y la mujer sigue impertérrita con su mirada en lontananza. Yo espectador estoy conmovido de este dolor existencias, que lo hago mío. Reconozco a ese prójimo puesto en la tela, reconozco un tú que me ofrenda su más transparente dolor, dolor que lo hago mío.

Carmen Aldunate, felicitaciones por tu cuadro, expresión artística al óleo disuelta en tus lágrimas.
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Osvaldo Peña
Escultura en Madera
105 X 205 X 50 cms.

DEPRESIÓN BIPOLAR
DR. JORGE CABRERA


La depresión bipolar, antaño denominada "enfermedad maníaco-depresiva", es un trastorno que cursa con fases de manía o euforia y depresión. La fase maníaca se caracteriza por la aparición, de un período de elevación del estado de ánimo, anormal, expansivo e irritable, de al menos una semana de duración. El ánimo elevado va de una extraordinaria capacidad de entusiasmarse hasta una exaltación desenfrenada. La irritabilidad se manifiesta con enfado cuando los que rodean al paciente no se muestran acordes con él. La elevación del ánimo se acompaña de un aumento de la autoestima o grandiosidad, una disminución de la necesidad de dormir, lenguaje verborreico, fuga de ideas, distrabilidad, agitación, e implicación excesiva en actividades placenteras que ponen en peligro su vida.

La fase depresiva es en muchos sentidos el polo opuesto de la manía. Se caracteriza por la aparición de un estado de ánimo depresivo, de una duración de al menos dos semanas, durante el cual hay una pérdida de interés o placer (anhedonia) en todas las actividades. Durante el episodio depresivo se experimentan abatimiento, inhibición de la actividad intelectual, cambios de apetito, peso y de la actividad psicomotora, falta de energía, sentimientos de infravaloración o de culpa; dificultad para concentrarse o tomar decisiones, y pensamientos recurrentes de muerte o ideación, planes o intentos suicidas. También se observan alteraciones físicas en el curso de la fase depresiva; la musculatura parece lacia, la expresión del rostro se paraliza y los movimientos se enlentecen.

La prevalencia de la depresión bipolar es de un 1 a 2%, esto es, una a dos de cada 100 personas la presentan. El cuadro con frecuencia comienza entre los 20 y los 50 años de edad, aunque también suele presentarse durante la adolescencia.

La creatividad y la depresión bipolar se asocian con frecuencia. Los estudios autobiográficos de artistas, poetas, escritores, pintores, compositores, músicos, y grandes líderes de la humanidad, muestran síntomas de este cuadro.

La evolución de esta enfermedad es extraordinariamente variable. Algunos pacientes sufren una fase maníaca o depresiva a lo largo de la vida. Sin embargo, la mayoría presentan varias fases y los intervalos libres de recidivas de la enfermedad se hacen cada vez más cortos.
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Gonzalo Cienfuegos
Técnica Mixta sobre tela 160 x 180 cms

TRASTORNO DE PÁNICO Y AGORAFOBIA


En el trastorno de pánico la ansiedad se manifiesta en la forma de ataques de angustia intensa (o pánico), repetidos, en que al menos algunos de los episodios son inesperados, es decir no se asocian a una situación desencadenante. Para las personas con trastorno de pánico, el ataque de angustia es una vivencia repentina y aterradora.

Entre los síntomas que se experimentan se encuentran dificultad para respirar, palpitaciones, sensación de atragantamiento, dolor o malestar torácico, sensación de mareo, inestabilidad o desmayo. Asimismo, pueden presentarse fenómenos de desrealización o despersonalización, temor a perder el control, enloquecer o morir. Los síntomas alcanzan su máxima intensidad en segundos o minutos, para luego desvanecerse y cesar en minutos o a lo más una hora.

Tan traumática puede ser la experiencia del ataque de angustia, que la persona puede desarrollar-una serie de conductas de evitación, las cuales pueden progresar hasta convertirse en temor a estar solo o en lugares públicos de los que le podría resultar difícil escapar o recibir ayuda (agorafobia).

El agorafóbico puede evitar estar en una muchedumbre, viajar en un vehículo o avión, transportarse en metro o bien enfrenta estas situaciones con gran sufrimiento o ansiedad por el temor a presentar un ataque de pánico. Si bien los factores psicológicos, como dificultades en la adquisición de la autonomía personal, experiencias de abandono y separaciones traumáticas pueden influir en la génesis del trastorno, la causa primaria parece ser un desequilibrio biológico que afecta al sistema nervioso central.

En el cuadro de Gonzalo Cienfuegos el hecho de que la condición se presenta preferentemente en mujeres, en proporción de dos o tres a uno, se deja adivinar. Hacia la izquierda se aprecia a una mujer, probablemente en estado grávido/puerperal, acompañada de un niño angustiado, en una actitud hiperalerta y de mirada aterrorizada, lo que habla del impacto familiar de la enfermedad y de que el trastorno se da en mujeres jóvenes, que es lo que en realidad sucede.

A la derecha, la inversión de la cabeza de la figura allí ubicada inmediatamente evoca al psiquiatra el fenómeno de la despersonalización, síntoma frecuente de ver en los panicosos. De vuelta a la izquierda, hacia el extremo, contrasta con la atmósfera del resto del cuadro una mujer intocada. Su presencia admite, entre otras, dos posibles lecturas: representa el estado de completa normalidad de muchos pacientes entre las crisis o bien nos recuerda que estamos frente a una sicopatología para la cual se dispone de tratamientos efectivos en la actualidad.

El supersticioso gesto de la mano derecha de la mujer del primer plano nos trae a la memoria la imagen de estrategias similares utilizadas por nuestros pacientes en su lucha frente a la evitación. Lo inerme del gato del tercio superior del cuadro actúa por contraste y resalta el carácter amenazante y sombrío del paisaje urbano en que el pintor, acertadamente, sitúa a los protagonistas de esta enfermedad.
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Omar Gatica
Oleo sobre Tela 140 x 170 cms


FOBIA SOCIAL

Dr. Alejandro Gómez



El fóbico social tiene un sentido desmedido de la vergüenza. Teme verse colocado en situaciones de exposición a otros, en que pueda ser criticado o humillado, por lo que intenta en lo posible evitarlas, aún en su propio desmedro. Tanto sobrevalora la crítica ajena como subvalora sus propias capacidades. Es hipersensible a la crítica, cuyos efectos serían devastadores. Por esta razón entra en situaciones sociales con una elevada ansiedad.

El fóbico social anticipa la catástrofe, y aprehensivamente busca en su propio cuerpo señales de ella. Teme que su ansiedad pueda ser percibido, por lo que una sensación (de rubor por ej.) puede desencadenar una verdadera crisis de angustia. El fóbico social teme al temor

El fóbico social probablemente presentaba rasgos de timidez en la infancia, o carecía de habilidades sociales. A partir de una experiencia traumática vivida en la niñez o adolescencia, su timidez se acrecentó adquiriendo la característica evitacional propia de lo fóbico. Es posible que los padres hayan sido experimentados como sobreprotectores y a la vez fríos, o quizás por diversas razones no fueron modelos o imágenes apropiados.
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Ernesto Banderas
Técnica mixta sobre papel Detalle Tríptico 100 x 80 c/u


BULIMIA NERVIOSA
Dr. Otto Dörr



"Bulimia" es una palabra griega que deriva de¡ "bous" (buey) y "limos" (hambre). En griego se dice que es "boulimos" aquella persona que sufre de un hambre excesiva, lo que en castellano diríamos, "hambre canina". "Hiperfagia", también una palabra griega, significa comer en exceso. Ambas palabras se usan casi como sinónimos en clínica, aunque la primera pone el acento en el deseo y la segunda en el acto de comer. Episodios aislados de bulimia y/o hiperfagia empezaron a ser observados por distintos autores desde comienzos de los años 60, tanto en mujeres que usaban inhibidores del apetito como en momentos de la evolución de una anorexia nerviosa, enfermedad esta última ya conocida desde fines del siglo pasado. La primera descripción de bulimia no como un síntoma aislado, sino como una enfermedad independiente, se debe al autor chileno Otto Dörr (1972), siendo sus características las siguientes:

1) deseo imperioso de comer grandes cantidades de alimentos, realizado lo cual la paciente se provoca vómitos; 2) estas -crisis tienden a presentarse primero en forma episódica, para terminar transformándose en una conducta permanente; 3) otras manifestaciones son: estreñimiento, abuso de laxantes y compromiso del ánimo; 4) no hay aumento ni disminución significativa del peso; 5) es posible establecer diferencias clínicas esenciales con respecto a otros síndromes psiquiátricos, 6) la personalidad previa y la estructura familiar muestra cierta similitud con lo observado en la anorexia nerviosa; sin embargo, se postula su independencia con respecto a ella, dada la falta de pérdida de peso y el carácter dual de la conducta perversa; hiperfagia seguida de vómito. Como esta publicación fue hecha en castellano, no fue conocida por la comunidad científica internacional, aceptándose durante mucho tiempo como descripción original la hecha por el inglés Gerald Russell en la revista Psychological Medicine (1979): 1) La paciente sufre de un impulso incontrolable a ingerir grandes cantidades de alimento. 2) La paciente busca la forma de evitar el alza de peso, induciéndose el vómito, abusando de laxantes o haciendo ambas cosas. 3) La paciente tiene un miedo morboso a engordar. 4) La mayoría de las pacientes se mantiene en un peso relativamente normal. En 1980 el DSM-111 (Diagnostie and Statistical Manual of Mental Disorders), de la Asociación Americana de Psiquiatras, incorporó la descripción de Russell a su clasificación, agregándole algunos síntomas complementarios, como el ánimo deprimido y el autodesprecio después de los episodios de voracidad. El DSM IV distinguió dos subtipos: el "purgativo" (con vómitos y abuso de laxantes y diuréticos) y el "no purgativo" (sólo con crisis de hiperfagia, que alternan con períodos de dicta). Otros hechos asociados a esta enfermedad son los siguientes: mayor frecuencia de abuso de alcohol, drogas y anorexígenos: alteraciones anátomo-fisiológicas tales como: compromiso de la dentadura, hipertrofia de las glándulas salivales, irregularidades menstruales y alteraciones del metabolismo electrolítico (disminución de los niveles plasmáticos de potasio, sodio y cloro).

Se trata de una enfermedad bastante nueva, casi podría decirse de la postmodernidad, que afecta a las mujeres jóvenes de los países desarrollados o en vías de desarrollo, no así a las de los países muy pobres, como los africanos, o con culturas muy diferentes, como la India. En USA la bulimia es mucho más frecuente en la población blanca que en los demás grupos étnicos. En la Anorexia Nerviosa - el otro gran trastorno de la conducta alimentaria- la incidencia y la prevalencia en los distintos países y culturas son similares a las de la bulimia, aún cuando lo que tienen en común es sólo el odio a la gordura. La AN es una enfermedad mucho más grave, porque pone en peligro la vida, siendo la preocupación de la paciente no sólo la gordura, sino la búsqueda de un cuerpo en cierto modo descarnado, que no ocupe volumen en el espacio; la bulímica, igualmente detenida en la oralidad, en cambio, a no engordar, a pesar de sus "atracones" de comida, y de paso, a alcanzar una cierta armonía corporal que cree haber perdido.