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13 de abril de 2014

Wislawa Szymborska / JAN VERMEER VAN DELFT



En alegoría de la pintura, la modelo es una muchacha que modestamente dirige al suelo su tierna mirada y que está envuelta por un azul arrebatador; naturalmente, ha sido colocada en una pose determinada, pero para que esta sea lo menos ostentosa y forzada posible. Si hay en ella ironía, esta no deriva del contraste compositivo, sino que inunda la totalidad de la obra y está presente en el brillo de la trompeta, en los pliegues de la cortina y en la luz que, desde la ventana, desciende sobre el embaldosado blanquinegro.



En mujer sentada tocando la espineta veo el milagro de la luz del día cayendo sobre diferentes tipos de materia: sobre la piel humana y la seda de un vestido; sobre el tapizado de una silla y la blanqueada pared. Un milagro que Vermeer repite constantemente, pero siempre con nuevas variantes y originales revelaciones. La muchacha pone sus manos sobre la espineta como si quisiera tocarnos un pasaje, para hacernos una broma, para recordarnos algo. Vuelve la cabeza hacia nosotros con una hermosa media sonrisa sobre su demasiado bello rostro. En esa sonrisa hay una reflexión y una pizca de indulgencia maternal. Y así ha estado mirándonos durante trescientos años.
Lecturas no obligatorias
Wislawa Szymborska

31 de enero de 2013

Poemas Tomas Tranströmer




  De marzo del ’79, Los cuatro temperamentos y Solsticio de invierno, tres poemas de Tomas Tranströmer publicados en la antología El cielo a medio hacer. (2010, Nórdica Libros, Traducción de  Roberto Mascaró).

DE MARZO DEL 79’ (1983)


Cansado de todos los que llegan con palabras, palabras, pero no lenguaje

parto hacia la isla cubierta de nieve.

Lo salvaje no tiene palabras.

¡Las páginas no escritas se ensanchan en todas direcciones!

Me encuentro con huellas de pezuñas de corzo en la nieve.

Lenguaje, pero no palabras.



LOS CUATRO TEMPERAMENTOS (1958)

Registrando, el ojo transforma los rayos solares en bastones policiales.
Y de noche: la bulla de una fiesta en el piso de abajo
sube como flores irreales a través del suelo.
Salgo a la llanura. Oscuridad. El vagón parece no moverse.
Un anti-pájaro graznaba a la ausencia de estrellas.
Arriba el sol albino, lanzando oscuras marejadas.
*
Un hombre como un árbol erguido con hojas crujientes
y un rayo en guardia vio al sol con hedor de bestia
que buscaba entre alas crepitantes sobre la isla de acantilados
del mundo, avanzando tras banderas de espuma por la noche
y el día, con blancos pájaros lacustres y ruidosos
en cubierta, y todos con pasaje hacia el Caos.
*
Basta con cerrar los ojos para oír claramente
el pequeño domingo de las gaviotas sobre la comarca interminable
[del mar.
Una guitarra comienza a abotonar el arbusto y la nube avanza
lentamente, como el trineo verde de la primavera tardía
—con la luz amarrada que relincha—
llega resbalando sobre el hielo.
*
Desperté con los tacones de la amiga golpeteando en el sueño
y, afuera, dos montones de nieve, como olvidados guantes del invierno,
mientras octavillas del sol se desplomaban sobre la ciudad.
El camino nunca tiene fin. El horizonte se apura hacia adelante.
Los pájaros sacuden el árbol. El polvo se marea en torno a las ruedas.
¡Todas las rodantes ruedas que contradicen la muerte!

SOLSTICIO DE INVIERNO (1996)

Mi ropa irradia
un resplandor azul.
Solsticio de invierno.
Tintineantes panderetas de hielo.
Cierro los ojos.
Hay un mundo sordo,
hay una grieta
por la que los muertos
traspasan la frontera.

(Tomas Tranströmer)

6 de julio de 2012

Wislawa Szymborska / Idea




IDEA

Me vino a la cabeza una idea
¿para un verso? ¿un poema?
Muy bien - le digo-  quédate, hablemos.
Tienes que contarme más de ti.
Ella me murmura algo al oído.
Desde hace mucho me preocupa ese asunto.
¿Pero un poema sobre eso? No, seguro que no.
Ella me murmura algo al oído.
Eso es lo que tú crees  –le respondo-
Ni siquiera sabría cómo empezar.
Ella me murmura algo al oído.
Te equivocas  –le digo- un poema concentrado y breve
 es más difícil de escribir que uno largo.
No me tortures, no insistas, porque no va a salir bien.
Ella me murmura algo al oído.


Como quieras, lo voy a intentar, ya que te empeñas.
Pero de antemano te digo lo que va a pasar.
Ya verás, lo escribo lo rompo y lo tiro a la basura
Ella me murmura algo al oído.
Tienes razón  –le digo-  claro que hay más poetas.
Otros lo harán mejor que yo.
Te puedo dar nombres, direcciones.
Ella me murmura algo al oído.
Sí, claro que los voy a envidiar.
Nosotros nos envidiamos hasta los malos poemas.
Y éste quizá debería… quizá debería tener.
Ella me murmura algo al oído.
Exactamente, tener esos rasgos que enumeras.
Así que mejor cambiemos de tema.
¿Te apetece un café?

                             Ella solamente suspira

                             Comienza a desaparecer

                             Y desaparece        



Poemario Aquí, de Wislawa Szymborska, en edición de Bartleby Editores con traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia Soriano.

15 de abril de 2012

Wislawa Szymborska / En la torre de Babel

Pieter Brughel (el Viejo) Torre de Babel


Uno de los mas bellos poemas de amor, aparentemente sencillo y comprensible y sin embargo inusualmente complejo en lo que al significado y al lenguaje poético se refiere este poema. Está escrito en forma de dialogo entre un hombre y una mujer, al parecer procedentes de la Torre de Babel. Oímos solo voces, la torre hace tiempo que debió haber desaparecido y ellos, es decir, sus voces, hablan de cosas importantes, poco importantes, de celos, de la catástrofe de la torre. ¿les oímos a través del aire?, ¿del tiempo?.

Es un bello y extraño poema erótico. Una nueva interpretación de la Torre de Babel. El amor, como la existencia, tiene su vertiente alegre y trágica o, simplemente triste. Y siempre se trata de uno de los aspectos del universo, de la vida, lo cual no quiere decir que no sea un sentimiento muy intenso.

 EN LA TORRE DE BABEL


¿Qué hora es? —Sí, soy feliz,
y sólo me falta una campanilla al cuello
que suene encima de ti cuando estés dormido.
¿Entonces, no has oído la tormenta? El viento ha sacudido
el muro;
la torre ha bostezado, como un león, con su gran puerta
de goznes chirriantes. —¿Cómo? ¿Lo has olvidado?
Yo llevaba un sencillo vestido gris
abrochado en el hombro. —E inmediatamente después
el cielo se rompió en mil destellos. —Cómo iba a entrar
si no estabas solo. —Vi de repente
los colores anteriores a la existencia de la vista. —Lástima
que no me lo puedas jurar. —Tienes razón,
probablemente fue un sueño. —¿Por qué mientes,
por qué me llamas con su nombre,
la amas todavía? —Oh, sí, me gustaría
que te quedaras conmigo. —No siento rencor,
tendría que haberlo imaginado.
¿Sigues pensando en él? —No, no estoy llorando.
¿ Y eso es todo? —A nadie como a ti.
Por lo menos eres sincera. —Puedes estar tranquilo,
me iré de la ciudad. —Puedes estar tranquila,
me iré de esta ciudad. —Tienes unas manos tan preciosas…
Es una vieja historia, el filo pasó
sin lesionar el hueso. —No hay de qué,
querido, no hay de qué. —No sé,
ni quiero saber, qué hora es.


Traducción de Abel A. Murcia
Sal [1962]

18 de febrero de 2012

Wislawa Szymborska El ocaso del siglo

El ocaso del siglo

No hay preguntas más apremiantes que las preguntas ingenuas.



El ocaso del siglo

Tenía que ser mejor que los anteriores, nuestro siglo XX.
Ya no esta a tiempo de demostrarlo,
tiene los años contados,
andar vacilante,
respiración corta.

Han sucedido demasiadas cosas
que no debieron suceder,
y lo que tenía que llegar
no ha llegado.

Tenía que estallar la primavera
y, entre otras cosas, la felicidad.

El miedo tenía que abandonar valles y montañas.
La verdad tenía que ser más veloz que la mentira
en alcanzar el blanco.

Algunos desastres
no debieron repetirse,
por ejemplo la guerra,
el hambre, etcétera.

Tenía que respetarse
la indefensión de los indefensos,
la confianza y cosas por el estilo.

Quien deseaba complacerse en este mundo
se enfrenta a una hazaña irrealizable.

La estupidez no es ridícula.
La sabiduría no es alegre.
La esperanza
dejó de ser una muchacha,
etcétera, por desgracia.



Dios tenía que confiar, por fin, en el hombre
bueno y fuerte,
pero un bueno y un fuerte
siguen siendo dos hombres.

Como vivir, me preguntó por carta alguien
a quien yo pensaba formular
la misma pregunta.

De nuevo y como siempre,
según lo dicho anteriormente,
no hay preguntas más apremiantes
que las preguntas ingenuas.

Wislawa Szymborska

HOMBRES EN EL PUENTE, 1986)
Traducción de Ana María Moix y Jerzy Wojciech Slawomirsky

10 de junio de 2010

Fin y principio Wislawa Szymborska



Fin y principio"


Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.

Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.

Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.

Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.

Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.

A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.

Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.

Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.

Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.

En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.

De "Fin y principio" 1993
Versión de Abel A. Murcia


por si alguien entiende el polaco

Po każdej wojnie
ktoś musi posprzątać
Jaki taki porzadek
sam się przecież nie zrobi.

Ktoś musi zepchnąć gruzy
na pobocza dróg,
żeby mogły przejechać
wozy pełne trupów.

Ktoś musi grzęznąć
w szlamie i popiele,
sprężynach kanap,
drzazgach szkła
i krwawych szmatach.

Ktoś musi przywlec belkę
do podparcia ściany,
ktoś oszklić okno
i osadzić drzwi na zawiasach.

Fotogeniczne to nie jest
i wymaga lat.
Wszystkie kamery wyjechały już
na inną wojnę.

Mosty trzeba z powrotem
i dworce na nowo.
W strzępach będą rękawy
od zakasywania.

Ktoś z miotłą w rękach
wspomina jeszcze jak było.
Ktoś słucha
przytakuje nie urwaną głową.
Ale już w ich pobliżu
zaczną kręcić się tacy,
których to będzie nudzić.

Ktoś czasem jeszcze
wykopie spod krzaka
przeżarte rdzą argumenty
i poprzenosi je na stos odpadków.

Ci, co wiedzieli
o co tutaj szło,
muszą ustąpić miejsca tym,
co wiedzą mało.
I mniej niz mało.
I wreszcie tyle co nic.

W trawie, która porosła
przyczyny i skutki,
musi ktoś sobie leżeć
z kłosem w zębach
i gapić się na chmury.
Wisława Szymborska - Koniec i początek

1 de julio de 2009

Gonzalo Rojas- poemas


En 2003, el Premio Cervantes fue para el poeta chileno Gonzalo Rojas, quien nació el 20 de diciembre de 1917 en Lebu y estudió derecho y pedagogía en la Universidad de Chile.

Gonzalo Rojas, Además de haber sido por un tiempo integrante del grupo surrealista Mandrágora, Rojas se desempeñó como profesor de varias universidades, entre ellas la de Concepción, donde fundó el Departamento de Español y creó los Encuentros de Escritores y las Escuelas Internacionales de Temporada. Por otra parte, el poeta también ocupó varios cargos diplomáticos, como el de consejero cultural en China y encargado de negocios en Cuba.

Luego de varios años de exilio en la República Democrática Alemana y en Venezuela, respectivamente, residió por un tiempo en Europa gracias a la Beca UNESCO para escritores. En 1979, ganó la Beca Guggenheim y regresó a su país natal.

El Premio Nacional de Literatura de Chile, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Premio Octavio Paz de México y el José Hernández de Argentina fueron algunos de los galardones obtenidos por Gonzalo Rojas a lo largo de su carrera. Por otra parte, el poeta tendrá a su cargo la inauguración del Premio Casa de las Américas 2008.

“La miseria del hombre”, “Oscuro”, “Críptico y otros poemas”, “Del relámpago”, “50 poemas”, “El alumbrado y otros poemas”, “Antología personal”, “Desocupado lector”, “Zumbido”, “Cinco visiones”, “80 veces nadie”, “¿Qué se ama cuando se ama?”, “Réquiem de la mariposa”, “Hombre es baile, mujer es igualmente baile”, “La voz de Gonzalo Rojas”, “Del loco amor”, “Las sílabas”, “Poesía esencial” y “Esquizo” son algunos de los títulos que componen la extensa obra de este poeta cuyos textos han sido traducidos a varios idiomas, entre ellos el inglés, el alemán, el ruso, el sueco, el griego y el francés.

ADIÓS A HÖLDERIN

Ya no se dice oh rosa, ni
apenas rosa sino con vergüenza; ¿con vergüenza
a qué? ¿a exagerar
unos pétalos, la
hermosura de unos pétalos?

Serpiente se dice en todas las lenguas, eso
es lo que se dice, serpiente
para traducir mariposa porque también la
frágil está proscrita
del paraíso. Computador
se dice con soltura en las fiestas, computador
por pensamiento.

Lira, ¿qué será
lira?, ¿hubo
alguna vez algo parecido
a una lira? ¿una muchacha
de cinco cuerdas por ejemplo rubia, alta, ebria, levísima,
posesa de la hermosura cuya
transparencia bailaba?

Qué canto ni canto, ahora se exige otra
belleza: menos alucinación
y más droga, mucho más droga. ¿Qué es eso de
acentuar la E de Érato, o de Perséfone? Aquí se trata
de otro cuarzo más coherente sin
farsa fáustica, ni
Coro de las Madres, se acabó
el coro, el ditirambo, el célebre
éxtasis, lo Otro, con
Maldoror y todo, lo sedoso y
voluptuoso del pulpo, no hay más
epifanía que el orgasmo.

Tampoco es posible nombrar más a las estrellas, vaciadas
como han sido de su fulgor, muertas,
errantes, ya sin enigma,
descifradas hasta las vísceras por los
instrumentos que vuelan de galaxia en
galaxia.

Ni es tan fácil leer en el humo lo
Desconocido; no hay Desconocido. Abrieron la
tapa del prodigio del
seso, no hay nada sino un poco
de pestilencia en el coágulo del
Génesis alojado ahí. Voló el esperma
del asombro.

ALEPH, ALEPH

¿Qué veo en esta mesa: tigres, Borges, tijeras, mariposas
que no volaron nunca, huesos
que no movieron esta mano, venas
vacías, tabla insondable?

Ceguera veo, espectáculo
de locura veo, cosas que hablan solas
por hablar, por precipitarse
hacia la exigüidad de esta especie
de beso que las aproxima, tu cara veo.

ARRULLO

Para Claudio Arrau

Grand sosiego ovieron aquella noche los muertos:

Apiádate
Agua de ellos por ociosos
y vueltos al revés, permite
Aire que no se envenenen ni se mareen
en el vértigo, Fuego acepta como flores
sus pobres párpados, amamántalos
otra vez Tierra con tus viejos pezones.

Tierra,
Fuego, Aire, Agua, consideren la inmensidad de su hambre.

Grand sosiego ovieron aquella noche los muertos.

RÉQUIEM DE LA MARIPOSA


"Sucio fue el día de la mariposa muerta.
acerquémonos
a besar la hermosura reventada y sagrada de sus pétalos
que iban volando libres, y esto es decirlo todo, cuando
sopló la arruga, y nada
sino ese precipicio que de golpe,
y únicamente nada.

Guárdela el pavimento salobre si la puede
guardar, entre el aceite y el aullido
de la rueda mortal.
O esto es un juego
que se parece a otro cuando nos echan tierra.
Porque también la Arruga...

O no la guarde nadie. O no nos guarde
larva, y salgamos dónde por último del miedo:
a ver qué pasa, hermosa.
Tú que aún duermes ahí
en tu lujo de tanta belleza, dinos cómo
o, por lo menos, cuándo."

¿QUÉ SE AMA CUANDO SE AMA?



¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,

o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.


Colaboración de Mónica Álvarez

22 de noviembre de 2008

The road not taken-Robert Lee Frost (1874-1963)

Un poema con tres traducciones

The road not taken


Two roads diverged in a yellow wood,
And sorry I could not travel both
And be one traveler, long I stood
And looked down one as far as I could
To where it bent in the undergrowth;

Then took the other, as just as fair,
And having perhaps the better claim,
Because it was grassy and wanted wear;
Though as for that the passing there
Had worn them really about the same,

And both that morning equally lay
In leaves no step had trodden black.
Oh, I kept the first for another day!
Yet knowing how way leads on to way,
I doubted if I should ever come back.

I shall be telling this with a sigh
Somewhere ages and ages hence:
Two roads diverged in a wood, and I-
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference.

El camino no elegido


Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;

Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.

Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.

Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.

Versión de María Fernanda Celtasso

O Caminho Não Percorrido


Dois caminhos divergiam num bosque amarelado,
E triste por não poder viajar ambos
E ser um viajante, prolongadamente me detive
E olhei até ao fundo de um o mais que podia
Até onde este se curvava na vegetação;

Depois tomei o outro, tão justo tão honesto,
E tendo talvez a melhor pretensão,
Porque era relvado e queria uso;
Embora quanto a isso o passar ali
Tinha gasto ambos mais ou menos o mesmo,

E ambos naquela manhã igualmente se estendiam
Em folhas que nenhum passo havia escurecido.
Oh, deixei o primeiro para outro dia!
Embora sabendo como via leva a via,
Duvidava que devesse aqui voltar.

Direi isto com um suspiro
Algures num tempo futuro:
Dois caminhos divergiam num bosque, e eu
Eu tomei o menos viajado,
E isso tem feito toda a diferença.



El camí no escollit


Traducció de Josep Maria Jaumà

Dos camins divergien al bosc groc
i, sentint no poder fer-los tots dos
i ésser un sol viatger, vaig aturar-me
a contemplar-ne un fins on se’l veia
despararèixer rere el sotabosc.

Però vaig triar l’altre, igual de bell,
i fins potser amb motius més convincents,
cobert com era d’herba no petjada;
malgrat que, ben mirat, tant l’un com l’altre
havien estat fressats quasi igualment.

Aquell matí se’ls veia ben semblants
amb fulles no ennegrides per cap pas.
Ah, vaig guardar el primer per un altre dia!
Però sé prou que un camí mena a un altre
i vaig dubtar si mai hi tornaria.

D’aquí a molts i molts anys contaré
qui sap on, amb un sospir, el fet:
dos camins divergien dins d’un bosc,
jo vaig triar el menys fressat de tots dos,
això ha fet que tot fos diferent.

15 de junio de 2008

Poema a Ulysses


Para Ulysses


Te pareces mucho a la nostalgia
que se enreda en los cabellos contra el viento,
que bien cabes en los huecos de la lluvia
en las cosas, en los rostros, en las gentes.

Eres risa, las palabras con un cuerpo
unos ojos, una boca, unas manos
una reflexión cercana a mis oídos,
el chasquido de los dedos prestigiditando.

Si de pronto perdiéramos esos pasos tuyos
voluntariosos sobre el camino que a tantos ha llegado
querido amigo, tu punto de partida sería poblado
por un mar de almas-amapola esperando.

Irlanda

Gracias por este hermoso poema

1 de junio de 2008

Diálogos Borges/Sábato

La experiencia me ha enseñado que los post muy largos, no se leen. El lector tiene poco tiempo. Sin embargo, voy a correr el riesgo, no quiero eliminar nada, privilegio que tiene el lector de saltarse lo que no le interesa.

Sábato


"Diálogos: Borges/Sábato"

Es un libro que " reúne las conversaciones entre Ernesto Sábato y Jorge Luis Borges, quizás, los dos escritores más importantes de la literatura argentina. Esos encuentros se realizaron entre 14 de diciembre de 1974 y el 15 de marzo de 1975. A instancias de Orlando Barone se produjo el reencuentro de los dos escritores, en bares y en el departamento de una amiga en común....En esas largas y lúcidas conversaciones Borges y Sábato dejaron en claro sus raras coincidencias y sus numerosas diferencias acerca de los temas que atarearon su quehacer literario. La realidad y los sueños, la idea de Dios, el amor, el arte de traducir, el tango, el teatro y el cine; entre personas y personajes, ideas y obsesiones

14 de diciembre de 1974


Creo que se tocaron las manos. Y un brazo o el hombro tal vez. Suelo imaginar más que lo que veo. Se deben de haber dicho, no obstante, esas cosas comunes y triviales de todos: Hola, Borges; Qué dice, Sábato...Mi obligación de testigo es registrar las palabras exactas. Pero ese momento cualquiera puede haberlo soñado siempre (cualquier escritor, cualquier artista) y es mejor hacer compartir las sensaciones, no las palabras.
Sé que venían por el pasillo de la casa, tomados del brazo, lentamente. El bastón era un péndulo en las manos de Borges. Entreví dos sombras y detrás a dos hombres y, dentro de las sombras y los hombres, entreví el amor y la muerte, la lucha y el arte, es decir: la vida. No me importó que apenas me saludaran (puedo soportar la idea de que por ese rato, de haberme ido, no se hubiesen dado cuenta). La cinta comenzó a girar.

Capítulo 1


Borges: ¿Cuándo nos conocimos? A ver... Yo he perdido la cuenta de los años. Pero creo que fue en casa de Bioy Casares, en la época de Uno y el Universo.

Sábato: No, Borges. Ese libro salió en 1945. Nos conocimos en lo de Bioy, pero unos años antes, creo que hacia 1940.

Borges: (Pensativo) Sí, aquellas reuniones... Podíamos estar toda la noche hablando sobre literatura o filosofía... Era un mundo diferente... Ahora me dicen, sé, que se habla mucho de política. En mi opinión les interesan los políticos. La política abstracta, no. A nosotros nos preocupaban otras cosas.

Sábato: Yo diría, más bien, que en aquellas reuniones hablábamos de lo que nos apasionaba en común a usted, a Bioy, a Silvina, a mí. Es decir, de la literatura, de la música. No porque no nos preocupara la política. A mí, al menos.

Borges: Quiero decir, Sábato, que no se hacía ninguna referencia a las noticias cotidianas, fugaces.

Sábato: Sí, eso es verdad. Tocábamos temas permanentes. La noticia cotidiana, en general, se la lleva el viento. Lo más nuevo que hay es el diario, y lo más viejo, al día siguiente.

Borges: Claro. Nadie piensa que deba recordarse lo que está escrito en un diario. Un diario, digo, se escribe para el olvido, deliberadamente para el olvido.

Sábato: Sería mejor publicar un periódico cada año, o cada siglo. O cuando sucede algo verdaderamente importante: "El señor Cristóbal Colón acaba de descubrir América". Título a ocho columnas.

Borges: (Sonriendo) Sí.; creo que sí.

Sábato: ¿Cómo puede haber hechos transcendentes cada día?

Borges: Además, no se sabe de antemano cuáles son. La crucifixión de Cristo fue importante después, no cuando ocurrió. Por eso yo jamás he leído un diario, siguiendo el consejo de Emerson.

Sábato: ¿Quién?

Borges: Emerson, que recomendaba leer libros, no diarios.

Barone: Si me permiten... aquel tiempo en que se encontraban en lo de Bioy...

Borges: Caramba, usted se refiere a aquel tiempo como si fueran épocas muy lejanas. (Pareciera evocarlas). Sí, claro, cronológicamente son lejanas. Sin embargo siento, pienso en aquello como si fuera contemporáneo. Además, nos reuníamos pocas veces.

Sábato: El tiempo no existe, ¿no?

Borges: Quiero decir... Como yo sigo mentalmente en esa época... y además la ceguera me ayuda. Se produce una larga pausa.

Borges: Recuerdo la polémica Boedo-Florida, por ejemplo, tan célebre hoy. Y sin embargo fue una broma tramada por Roberto Mariani y Ernesto Palacio.

Sábato: Bueno, Borges, pero aquel tiempo no fue el mío.-Lo dice con sarcasmo.-

Borges: Sí, lo sé, pero recordaba esa broma de Florida y Boedo. A mí me situaron en Florida, aunque yo habría preferido estar en Boedo. Pero me dijeron que ya estaba hecha la distribución (Sábato se divierte) y yo, desde luego, no pude hacer nada, me resigné. Hubo otros, como Roberto Arlt o Nicolás Olivari, que pertenecieron a ambos grupos. Todos sabíamos que era una broma. Ahora hay profesores universitarios que estudian eso en serio. Si todo fue un invento para justificar la polémica. Ernesto Palacio argumentaba que en Francia había grupos literarios y entonces, para no ser menos, acá había que hacer lo mismo. Una broma que se convirtió en programa de la literatura argentina.

Sábato: ¿Recuerda, Borges, que, aparte de la literatura y la filosofía, usted y " Bioy sentían una gran curiosidad por las matemáticas? La cuarta dimensión, el tiempo... aquellas discusiones sobre Dunney el Universo Serial...

Borges: (Aprieta el bastón con las dos manos, se yergue un tanto, casi con entusiasmo) ¡Caramba! Claro... los números transfinitos, Kantor...

Sábato: El Eterno Retorno, Nietzsche, Blanqui...

Borges: Y, siglos antes, ¡los pitagóricos, o los estoicos!

Sábato: Las aporías, Aquiles y la tortuga... Nos divertíamos mucho, sí. Recuerdo cuando Bioy leía los cuentos de Bustos Domecq recién salidos del horno. Pero a Silvina no le gustaban, permanecía muy seria.

Borges: Bueno, Silvina solía leer esos textos con indulgencia y gesto maternal. A mí, sin embargo, los cuentos de Bustos Domecq me causaban gracia.

Sábato: Recuerdo que también hablábamos mucho de Stevenson, de sus silencios. Lo que calla, a veces más significativo que lo que expresa.

Borges: Claro, los silencios de Stevenson... y también Chesterton, Henry James... no, creo que de James se hablaba menos.

Sábato: Al que le interesaba mucho era a Pepe Bianco.

Borges: Sí, él había traducido The Turn of the Screw. Mejoró el título, es cierto. Otra vuelta de tuerca es superior a La vuelta de tuerca ¿no?

Sábato: Representa con más claridad la idea de la obra. Al revés que con ese libro de Saint-Exupéry llamado Terre des Homme que aparece traducido como Tierra de hombres. Como quien dice "Tierra de machos". Si hasta parece un título para Quiroga o " Jack London. Cuando lo que en realidad quiere significar (además lo dice literalmente) es Tierra de los Hombres, la tierra de estos pobres diablos que viven en este planeta. No sólo ese traductor no sabe francés sino que no entendió nada de Saint-Exupéry ni de su obra entera. Pero a propósito, Borges, recuerdo algo que me llamó la atención hace un tiempo en su traducción del Orlando, de Virginia Woolf...

Borges: (Melancólico) Bueno, la hizo mi madre... yo la ayudé.

Sábato: Pero está su nombre. Además, lo que quiero decirle es que encontré dos frases que me hicieron gracia porque eran borgeanas, o así me parecieron. Una cuando dice, más o menos, que el padre de Orlando había cercenado la cabeza de los hombres de "un vasto infiel". Y la otra, cuando aquel escritor que volvió hacia Orlando y "le infirió un borrador". Me sonaba tanto a Borges que busqué el original y vi que decía, si no recuerdo mal, algo así como presented her a rough draft.

Borges: (Riéndose) Bueno, sí, caramba...

Sábato: No tiene nada de malo. Sólo muestra que casi es preferible que un autor sea traducido por un escritor medio borroso e impersonal ¿no? Recuerdo que hace mucho tiempo vi una representación de Macbeth. La traducción era tan mala como los actores y la pintarrajeada escenografía. Pero salí a la calle deshecho de pasión trágica. Shakespeare había logrado vencer a su traductor.

Borges: Es que hay ciertas traducciones espantosas... Hay un film inglés cuyo título original “The Imperfect Lady “lo tradujeron aquí como La cortesana o La ramera. Perdió toda la gracia. Precisamente alterar de esa forma el título, que es donde más ha trabajado el autor. Cuando eligió uno es porque lo ha pensado mucho. Nadie, ni el traductor, debe creerse con derecho a cambiarlo.

Sábato: ¿Y acaso el título no es la metáfora esencial del libro? Del título podría decirse lo que se ha afirmado de los sistemas filosóficos, que casi siempre son desarrollo de una metáfora central: El Río de Heráclito, La Esfera de Parménides...

Borges: Claro, suponiendo que los títulos no sean casuales. Bueno, y que los libros tampoco ¿no? (Borges parece buscar algo en el pasado. Sábato debe intuir esa búsqueda de la evocación y también el inminente monólogo. Quedan muchas horas, mucho tiempo delante.)

Borges: Hablando de libros, los primeros que se ocuparon aquí de "promover" sus libros fueron José Hernández y Enrique Larreta. Después, Girondo. De él todos recuerdan cuando se publicó El espantapájaros y desfiló en un coche con uno de esos muñecos por la calle Florida... En cambio, en un tiempo anterior, el de Lugonesy de Groussac, cuando editaban sus libros sólo trascendían en el ámbito de las librerías. Mi propia experiencia no fue distinta. Con trescientos pesos que me dio mi padre hice imprimir trescientos ejemplares de mi primer libro. ¿Qué otra cosa pude hacer que repartirlos y regalarlos a los amigos? ¿A quién le importaba alguien que escribía poemas y se llamaba Borges?

Sábato: El editor le publica al escritor que todos se disputan. Eso hace difícil cualquier comienzo. Sin embargo, es extraño, uno ve ahora los estantes de las librerías y es como una invasión de títulos. Debe haber más autores que lectores. Y otro fenómeno: el de los kioscos. Antes, por el año 35, solamente Arlt se vendía en la calle.

Borges: (Lleno de asombro) ¿Libros en los kioscos?

Sábato: (Sonriendo) Sí, también los suyos: El Aleph, Ficciones y los clásicos.

Borges alza aún más la cabeza como para asombrarse de cerca, inquiere más con un gesto.

Sábato: Sí, y me parece bien que sus libros estén allí en la calle, al paso de cada lector.

Borges: Pero... es que antes no era así, claro...

Sábato: Sin embargo, hubo un tiempo en que en los almacenes de campo, cuando hacían sus pedidos a Buenos Aires, junto a las bolsas de yerba y aperos, pedían ejemplares del Martín Fierro.

Borges: Esa noticia ha sido divulgada o imaginada por el propio Hernández. La población rural era analfabeta.

Hay un silencio apenas fastidiado por el ruido de los vasos. Hace calor, pero creo que todos lo hemos olvidado. Queda flotando la última palabra.

Borges: Martín Fierro... Un personaje que no es un ejemplo. Es admirable el poema como arte, pero no el personaje.

Los ojos de Sábato, ahora escudriñan el rostro de Borges. Se le nota la ansiedad por hablar, pero espera.

Borges: Fierro es un desertor que paradójicamente deleita a los militares. Pero si usted le dice eso a un hombre de armas, se indigna. Hasta Ricardo Rojas en la Historia de la Literatura Argentina lo defiende con argumentos inexistentes. Alega que en el libro se ve la conquista del desierto, la fundación de ciudades. Francamente nadie ha leído una sola palabra de eso.

Sábato: Creo que Fierro es un iracundo, un rebelde ante el tratamiento de frontera, y ante muchas de las injusticias de su tiempo.

Borges cierra y abre los ojos, se mueve un poco sin perder esa posición arrogante, pero no agresiva.

Borges: No, no pienso así, Martín Fierro no fue un rebelde. Desertó porque no le pagaban sus haberes y se pasó al enemigo, no sin esperanza de participar fructuosamente en algún malón. Pero tampoco el autor fue rebelde. José Hernández" Pueyrredón pertenecía a la alta clase de los estancieros, era pariente de los " Lynchy los Udaondo. Si le hubieran dicho "gaucho" se habría indignado. Un gaucho era algo común, pero Martín Fierro es una excepción en la llanura. Porque un matrero lo es y por eso recordamos a unos pocos: Hormiga Negra, que murió por 1905 tal vez. Es que el gaucho " matrero es una excepción como lo es el guapo entre los " compadritos. Mi abuela en el 72 ó 73 vio a los soldados en el cepo. Hernández no conoció nada de eso. Se documentó, se basó mucho en el libro de su amigo Mansilla. Y por eso no acepto que Martín Fierro sea un mensaje de protesta social; es más bien un alegato contra el Ministerio de la Guerra como le llamaban entonces. No creo que Hernández ansiara un nuevo orden social, Sábato.

Sábato: Que Hernández perteneciera a la clase alta, no es un argumento. También fueron aristócratas o burgueses SaintSimon, Marx, Owen, Kropotkin. No sabía que " Hernández era pariente de los Lynch. Lo mismo que Guevara. En cuanto al Martín Fierro, pienso que describe el exilio de los gauchos en su propia patria. Es un canto para los pobres. No sé cual habrá sido el propósito deliberado de Hernández al escribirlo y eso no importa. Usted sabe que los propósitos siempre son superados por la obra, cuando se trata del arte. Quién recuerda en qué acceso de patriotismo Dostoievsky se propuso escribir un librito titulado Los borrachos, contra el abuso del alcohol en Rusia: le salió Crimen y castigo.

Borges: Claro, si el Quijote fuera simplemente una sátira contra los libros de caballería no sería el Quijote. Si al final, cuando termina la obra, el autor piensa que hizo lo que se propuso, la obra no vale nada.

Sábato: Tal vez los propósitos sirvan como trampolín para lanzarse después a aguas más profundas. Allí empiezan a trabajar otras fuerzas inconscientes, poderosas y más sabias que las conscientes. Las que en definitiva revelan las grandes verdades. Pero volviendo al Martín Fierro, lo que usted dijo antes lo comparto en algo: no se lo debe valorar como testimonio de protesta. O diría, mejor, por el solo hecho de ser un libro de protesta. Porque en este caso, cualesquiera fueran sus valores morales, no alcanzaría a ser una obra de arte. Pienso que si Martín Fierro vale es porque a partir de esa rebeldía accede a esos altos niveles y expresa los grandes problemas espirituales del hombre, de cualquier hombre y en cualquier época: la soledad y la muerte, la injusticia, la esperanza y el tiempo.

Borges: (Que ha escuchado con atención. La cara orientada hacia el exacto lugar donde está Sábato.) Reconozco que Fierro es un personaje viviente, que como pasa con las personas reales puede ser juzgado muy diversamente, según se lo mire.

Sábato: De allí las muchas interpretaciones que permite: sociológicas, políticas, metafísicas.

Borges: (Como disculpándose) Pero yo no he dicho una sola palabra en contra de la obra...

Sábato: Es que ha habido reportajes donde usted aparece diciendo ciertas cosas... Me parece útil que se aclare.

Borges: He dicho, sí, que proponer a Martín Fierro como personaje ejemplar es un . Es como si se propusiera a Macbeth como buen modelo de ciudadano británico ¿no? Como tragedia me parece admirable, como personaje de valores morales, no lo es.

Sábato: Lo que prueba que un gran escritor no tiene por qué crear buenas personas. Ni Raskolnikovni Julien Sorel, por citar algunos, pueden juzgarse como buenas personas. Casi nadie en la gran literatura.

Borges: Qué extraño. Ahora recuerdo que Macedonio Fernández tenía una teoría que yo creo errónea, él decía que todo personaje de novela tenía que ser moralmente perfecto. Desde esa perspectiva, sin conflictos, resultaría difícil escribir algo... él se basaba en el concepto: "El arquetipo ideal de la épica".

Sábato: Parecería un chiste.

Borges: No. Era en serio. Bueno, sería como anular la novela ¿no?

Sábato: Basta considerar los grandes protagonistas de novelas. Siempre marginados, tipos casi siempre fuera de la ley outsiders.

Borges: Hay una frase de Kipling que escribió al final de su vida: "A un escritor puede " estarle permitido inventar una fábula pero no la moraleja". El ejemplo que eligió para sostener su teoría fue el de Swift, que intentó un alegato contra el género humano y ahora ha quedado Gulliver, un libro para chicos. Es decir: el libro vivió, pero no con el propósito del autor.

Sábato: Es lo bastante complejo para ser un espantoso alegato y a la vez un libro de aventuras para chicos. Esa ambigüedad es frecuente en la novela.

Borges: Se me ocurre algo. Supongamos que Esopo existió y que escribió sus fábulas. Pero posiblemente le divertía más la idea de animales que hablan como hombrecitos que las moralejas. Esas moralejas se agregaron después.

Sábato: Es que ninguna obra de arte es moralizadora en el sentido edificante de la palabra. Si sirven al hombre es en un sentido más profundo, como sirven los sueños, que casi siempre son terribles. O las tragedias. Usted habló de Macbeth: es espantoso, pero sirve. Y no sé si lo justo no sería suprimir ese "pero", o en su lugar poner "y por eso mismo".

Borges: Sin duda. Uno de los libros que leí es Le Feu, de Barbusse. Lo escribió contra la guerra y el resultado es casi una exaltación de la guerra.

Sábato: Sarmiento se propuso escribir un libro contra la barbarie y la conclusión fue un libro bárbaro. Porque Facundo expresa lo que hay en el fondo del corazón de Sarmiento: un bárbaro. El ego del Sarmiento de Jacket.

Borges: Sí, es... el libro más montonero de nuestra literatura, según Groussac.

Sábato: Lo admirable del Facundo es la fuerza de sus pasiones. Está lleno de defectos sociológicos e históricos, es un libro mentiroso, pero es una gran novela.

Borges: Solamente cuando una obra no vale es cuando cumple los propósitos del autor...

Sábato: En tiempos de la revolución francesa había libros que se llamaban cosas como Virgen y republicana, con moraleja desde el título. Ya podemos imaginar lo que valdrían. Pero todas las revoluciones son moralistas y puritanas. En Rusia se han escrito obras de teatro con títulos como La tractorista ejemplar... Las revoluciones son conservadoras en el arte. La revolución francesa no tomó como paradigma a Delacroix, el de la pintura pasional y rebelde, sino el académico David, el de los pompiers.

Borges: Cuando Bernard Shaw estuvo en Rusia les aconsejó que cerraran el museo de la Revolución. Claro, no había que influir con el mal ejemplo...

Sábato: Es que el artista es por excelencia un rebelde. Por eso en las revoluciones nunca les va bien.

Borges: Recuerdo que en Rusia hicieron dos films sobre Iván el Terrible: uno, al comienzo (el bueno) contra el zarismo; el otro, cuando Stalin se había convertido en un nuevo zar, en favor del zarismo...

Sábato: Sabemos que sólo puede hacerse arte grande en absoluta libertad. Lo otro es sometimiento, arte convencional y por lo tanto falso. Y por lo tanto no sirve al hombre. Los sueños son útiles porque son libres

Barone: A propósito de esa libertad... ¿Es un obstáculo la fama? ¿La entorpece? Me refiero al caso de un escritor reconocido por sus contemporáneos. . . Pienso que Van Gogh y Kafka, que no fueron famosos, pudieron hacer su obra en total libertad... Ustedes son famosos.

Borges: Lugones y Darío fueron famosos...

Sábato: Si un artista tiene algo importante que decir, lo dirá igual. No lo va a atrapar nada. Ni la fama, ni la policía secreta, ni el Estado. Además la historia lo prueba: Dostoievsky era muy famoso cuando escribió Los Karamazov y nadie se atrevería a decir que con ese libro está coartado. Y también fueron famosos Tolstoi, Chejov, Hemingway, Faulkner...

Borges: Y Mark Twain, y Bernard Shaw.

Sábato: Y el caso inverso: gente que jamás logró trascendencia sin que por eso su obra necesariamente deba ser importante.

Borges: Conozco a alguien que se consuela pensando que también fueron ignorados los artistas A, B y C, que ahora son famosos. No piensa que también fueron ignorados escritores pésimos.

Sábato: Kafka no fue conocido por la simple razón de que no quiso publicar. Tomemos el caso de Borges que es un escritor bastante hermético, y sin embargo es famoso.

Borges: (Tímidamente) ¿Yo?

Sábato: (Irónico) Vamos, Borges. Piense también en la fama que tuvieron artistas tan herméticos como Mallarmé y Rimbaud. Para no hablar de Joyce.

Borges: Y Víctor Hugo y Byron...

Sábato: Byron quizá debió su fama a la vida que hizo.

Borges: Sí, Byron dejó un personaje vivido por él... ¡Ah! y famosos también fueron los filósofos franceses: Voltaire y Rousseau.

Sábato: A propósito, ¿conoce la traducción alemana del Neveu de Rameau? Borges niega con la cabeza.

Sábato: Usted sabe que lo tradujo Goethe, ¿no?

Borges: Sí, sí, claro.

Sábato: Pero, ¿sabía que la versión francesa es traducción de esa traducción alemana?

Borges: (Con profunda sorpresa) ¿Cómo? No, no lo sabía realmente. . .

Sábato: Sí, creo que la versión original se perdió y no sé si luego se recuperó. Pero durante mucho tiempo, al menos, la versión francesa que circuló fue la retraducida desde el alemán. Dicho sea de paso, esa obra de Diderot es otro ejemplo de lo que decíamos antes, sobre la pluralidad de las interpretaciones. Lo admiraron a la vez Goethe y Marx, aunque no por los mismos motivos.

Borges: El siglo XVIII francés tuvo la mejor prosa de la historia de la literatura de Francia. Voltaire es admirable.

Sábato: Tenían una gran precisión.

Borges: Y también una gran pasión. Es un siglo estupendo. Yo ahora estoy leyendo bastante literatura francesa de esa época: los cuentos de Voltaire por ejemplo. Leí con entusiasmo Carlos XII, un libro épico.

Sábato: Es curioso lo que pasa con esos enciclopedistas. De nuevo la duplicidad del escritor, entre lo que se proponen y lo que les sale. Diderot, nada menos. Sus obras de ficción son terribles. Es decir, que los demonios, esos demonios que la ilustración proscribe o ridiculiza aparecen en las novelas como una especie de venganza inconsciente de las furias. Cuando más racional se volvía el pensamiento, más se cobraban venganza.

Borges: Ahí está, sin ir más lejos, la Revolución Francesa.

Sábato: Sí. Decapitan a media Francia en nombre de la Razón. Cada vez que los teóricos invocan al hombre con H mayúscula hay que ponerse a temblar: o guillotinan a miles de hombres con minúscula o los torturan en campos de concentración.

Borges: No sé qué escritor dijo: Les idées naissent douces et vieillisent féroces. "Las ideas nacen dulces y envejecen feroces."

Sábato: ¡Hermosa frase! Además son siempre los pensadores los que mueven la historia.

Borges: Pienso que toda la historia de la Humanidad puede haber comenzado en forma intranscendente, en charlas de café, en cosas así ¿no?

Sábato: Perdone pero me quedé tocado por esa frase que usted citó. Recordemos las cosas feroces que se hicieron en nombre del Evangelio. Y las atrocidades que hizo Stalin en nombre del Manifiesto Comunista.

Borges: ¡Qué extraño! Nada de eso ha ocurrido con el Budismo.

Sábato: (Con tono escéptico) Pero dígame, Borges, ¿a usted le interesa el budismo en serio? Quiero decir como religión. ¿0 sólo le importa como fenómeno literario?

Borges: Me parece ligeramente menos imposible que el cristianismo (ríen). Bueno, quizá crea en el Karma. Ahora, que haya cielo e infierno, eso no.

Sábato: En todo caso, si existen, deben ser dos establecimientos con una población muy inesperada. Por un instante las risas se confunden con las palabras. Los dos se divierten.

Barone: ¿Y qué opina de Dios, Borges?

Borges: (Solemnemente irónico) ¡Es la máxima creación de la literatura fantástica! Lo que imaginaron Wells, Kafka o Poe no es nada comparado con lo que imaginó la teología. La idea de un ser perfecto, omnipotente, todopoderoso es realmente fantástica.

Sábato: Sí, pero podría ser un Dios imperfecto. Un Dios que no pueda manejar bien el asunto, que no haya podido impedir los terremotos. O un Dios que se duerme y tiene pesadillas o accesos de locura: serían las pestes, las catástrofes...

Borges: O nosotros. (Se ríen.) No sé si fue Bernard Shaw que dijo: God is in the making, es decir: "Dios está haciéndose".

Sábato: Es un poco la idea de Strindberg, la idea de un Dios histórico. De todas maneras las cosas malas no prueban la inexistencia de Dios, ni siquiera la de un Dios perfecto. Usted acaba de insinuar que cree más bien en los budistas. Si un niño muere, de modo aparentemente injusto, puede ser que esté pagando la culpa de una vida anterior. También es posible que no entendamos los designios divinos, (que pertenecen a un mundo transfinito), mediante nuestra mentalidad hecha para un universo finito.

Borges: Eso coincide con los últimos capítulos del libro de Job

Sábato: Pero dígame, Borges, si no cree en Dios ¿por qué escribe tantas historias teológicas?

Borges: Es que creo en la teología como literatura fantástica. Es la perfección del género.

Sábato: Entonces, suponiendo que fuera el Gran Bibliotecario Universal, ese bibliotecario que toda la vida soñó ser, Borges pondría en el primer lugar la Biblia ¿no?

Borges: Y sobre todo un libro como la Summa Teologica. Es una obra fantástica muy superior a las de Wells. (Sonríe.)

Sábato: Claro, Wells es demasiado mecanizado. Un poco la literatura fantástica de la Revolución Industrial.

Borges: Sí, tengo discusiones con Bioy Casares sobre eso. Yo le digo que es más fácil creer en talismanes que en máquinas.

Sábato: Tiene razón. La invención de Morel es una obra magnífica. Pero personalmente la habría preferido sin maquinarias ni explicaciones.

Borges: Habría sido mejor que eso ocurriera. Uno acepta un talismán, digamos un anillo que hace invisibles a los hombres; en cambio Wells tiene que recurrir a experimentos químicos, y eso es menos creíble. El anillo sólo exige un acto de fe, lo otro, todo un proceso.

Sábato: Por otra parte la ciencia progresa. Einstein es superior a Newton, de algún modo refuta a Newton. Un talismán siempre es el mismo, siempre sigue valiendo. Wells era en el fondo un positivista de la literatura fantástica. Suena el teléfono. Alguien pregunta por Sábato. Hay una breve pausa y retomamos la charla.

Barone: Les voy a proponer saltar a otro tema, si el salto no les molesta.

Borges: He venido saltando desde hace setenta y cinco años.

Sábato: Todos. ¿Qué le parece como salto eso del despertar cada mañana? "Recuérdenme a las nueve". Así se decía antes, en el campo, cuando yo era chico. "Recordarlo", como quien se ha olvidado de la existencia. Cuando dormimos el alma viaja fuera del espacio y del tiempo. Borges se ha quedado pensativo. Inmóvil, parece evocar algo. Hay un silencio en Sábato, esperando.

Borges: Todas las mañanas cuando me despierto, pienso: "Soy Borges, estoy viviendo en la calle Maipú, mi madre está en la pieza contigua, muy enferma, y vuelvo..."

Sábato: De los dos Borges, seguramente el que sueña es el más auténtico. Porque lo que escribe debe representar más ese mundo de la noche. Además, recuerdo que usted comenzó a escribir los cuentos fantásticos después de ese golpe en la cabeza... La mano de Borges señala en la cabeza un rastro. Me hace que lo toque para que compruebe que existe. Explica que fue contra una persiana de "fierro".

Borges: Recuerdo que en el sanatorio no podía dormir, porque si lo hacía tenía alucinaciones. Cuando estuve mejor y me dijeron que había estado a punto de morir, me puse a llorar. Todo esto fue allá por 1945 creo. O antes. Estaba empleado en la Biblioteca de Almagro.

Sábato: Sí, antes de que lo ascendieran a inspector de gallinas.

Borges: Fíjese que me dieron ese puesto para humillarme y renuncié el mismo día. Recuerdo que a un amigo mío le pregunté, por qué habiendo cuarenta empleados en la Biblioteca me echaban a mí, que era escritor. Me preguntó si yo no había estado con los aliados durante la guerra. Le respondí que sí. Y entonces ¿qué quiere?, me dijo. Me di cuenta de que esa lógica era irrefutable.

Barone: Creo que hay un tema que les interesa a los dos. El del lenguaje. Usted, Sábato, dijo en una oportunidad que uno de los grandes peligros que corremos nosotros, los escritores de lengua castellana, es el verbalismo. Y citó a Borges en favor de su tesis.

Sábato: Sí, dije que cierta pompa estilística, que fue combatida por hombres como Borges, parecía entrar ahora en algunas formas de la vanguardia. Siempre recuerdo aquella parte tan graciosa de Machado. Juan de Mairena hace pasar al pizarrón al mejor alumno y le hace escribir: "Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa". Luego le pide que ponga eso en forma poética, el chico piensa un momento y luego escribe: "Las cosas que pasan en la calle." Mairena lo felicitó. Claro, se podrá decir que una frase como "Las cosas que pasan en la calle" no es poesía. Pero la otra variante tampoco es poética: sólo es abominable.

Borges: La otra es vanidad. El de Lugones.

Sábato: ¿No le parece que La guerra gaucha es absolutamente ilegible?

Borges: Desde luego. Pienso que lo hizo un poco para probar que él también podía jugar a ese juego.

Sábato: Yo pienso que lo hizo de veras, quizá movido por un oscuro sentimiento de inferioridad. El deseo de probar que él podía escribir como ciertos clásicos. Y aun peor. Pero claro, Lugones tiene también versos hermosos y austeros.

Borges: Aunque a veces le ocurren cosas espantosas, como aquel soneto que termina así: Poblóse de murciélagos el combo cielo, a manera de chinescos biombos... Su voz parece deleitarse en la repetición irónica grandilocuente de estos versos. Poblóse de murciélagos el combo cielo, a manera de chinescos biombos...

Sábato: Parece una letra de tango de la época modernista. Pero Lugones tiene poemas muy lindos. ¿Por qué no recita alguno, usted que tiene tanta memoria?

Borges: (No titubea, se abstrae un momento y luego recita) Nuestra tierra quiera salvarnos del olvido por estos cuatro siglos que en ella hemos servido Y este otro: Yo que soy montañés sé lo que vale la amistad de la piedra para el alma Y también éste: Al promediar la tarde de aquel día, cuando iba mi habitual adiós a darte, fue una vaga congoja de dejarte... lo que me hizo saber que te quería. La voz de Borges, la mirada vaga, los poemas, me han emocionado. Veo que Sábato quiere acompañar ese silencio con un poco de whisky Borges se ha quedado callado.

Barone: Sábato, usted acaba de decir que los vanguardistas entraban por la ventana con su verbalismo. ¿Por qué no lo explica?

Sábato: Dije "ciertas" formas de vanguardismo. Por el momento sólo quiero recordar que en aquellas reuniones de que hablábamos al comienzo, uno de los temas que nos apasionaban era ese del lenguaje. La necesidad de un lenguaje preciso. Bioy Casares era partidario de un idioma desnudo, que él maneja admirablemente bien.

Borges: Adolfo decía que yo soy propenso a lo sentencioso. Lo cual es cierto.

Sábato: No sé qué alcance le quiere dar a esa calificación. Quizá se refiera más bien a frases pretenciosas. Porque los aforismos son sentenciosos y tienen una enorme fuerza, reúnen eficacia y belleza. Creo, no confío demasiado en mi memoria, que Wilde dijo algo como: "Todos los hombres nacen reyes y mueren en el destierro". Extraordinaria frase.

Borges: Es que Wilde era ciertamente ingenioso, pero no todos nacen reyes.

Sábato: O esa frase de La Rochefoucauld: "Todos tenemos bastante fuerza para soportar los males ajenos". Ese assez de force es lo más perversamente exacto de todo ¿no? Por eso no se puede rechazar lo sentencioso en sí: hay que negarlo cuando es malo. Y porque es malo, no porque sea sentencioso.

Borges: (Asintiendo) Una vez le pregunté a Henríquez Ureña si le gustaban las fábulas. Y me contestó: "No soy enemigo de los géneros". Fue una respuesta muy sabia. Algo marcha mal en el grabador. Nunca confié en el mecanismo. En este momento reniego. Sábato y Borges siguen conversando indiferentes a mis denodados esfuerzos por reparar lo que no entiendo. Al fin un golpe seco lo hace andar. Han pasado tres o cuatro minutos. Retomo la charla sobre la voz de Borges, quien parece haber percibido mi combate mecánico.

Borges: Enrique Amorim, que era oriental, cuando algo andaba mal decía: "Uruguayo y basta". Y aquí cuando chico se solía decir: "Más criollo que el olor feo". Ahora no se diría eso ¿no? En aquel tiempo parece que el país era más sensato... Había un negocio en la Avenida de Mayo con un cartelito que aseguraba: "Argentino, pero bueno". (Sonríe)

Barone: Cuando estaba preocupado por el grabador alcancé a oír algo sobre el lenguaje francés y las traducciones. Escuché un nombre: Federico el Grande.

Sábato: Le estuve diciendo a Borges que el prestigio de Francia en los siglos XVII y XVIII fue tan grande que Federico II leyó la metafísica de Christian Wolff en francés, no en alemán, su lengua de origen.

Borges: Es que Federico II tenía un conocimiento rudimentario del alemán. Lo consideraba una lengua bárbara.

Sábato: Sí, el alemán no tenía aún suficiente prestigio como lengua culta. Pero hubo algo más impresionante todavía. El romanticismo alemán se impuso gracias al impulso desde Francia y sin embargo es un movimiento esencialmente germánico. Es la dialéctica de ciertos procesos espirituales: nos conocemos a través de otros. Aquí Echeverría introdujo los románticos europeos y así Alberdi pudo darse cuenta de la belleza del ceibo. Nada menos.

Barone: Disculpen, me perdí esa parte cuando hablaban de Baudelaire y Poe.

Borges: Decía que si Baudelaire no traduce a Poe, quizá mucha gente en América no habría leído sus poesías.

Sábato: Hay que reconocer que lo mejoró.

Borges: Sí, es cierto, El cuervo es sencillamente espantoso.

Borges: Parece extraño, Borges, pero ¿por qué, entonces, ese poema pasó a ser tan conocido?

Borges: Poe dice que quiso hacer un poema que fuera popular. Explica que se propuso cierto número de líneas... también debe haber influido el hecho de que el cuervo es un animal prestigioso... Con un loro no habría podido, ¿no? De todas maneras sé que en Estados Unidos lo consideran un mal poeta. Los cuentos en cambio son muy buenos. Tampoco Omar Kahyyam es considerado buen poeta en Persia, pero su traductor inglés lo hizo famoso.

Barone: Siempre me pregunté cómo será eso de traducir a otros idiomas como el chino por ejemplo.

Sábato: Eso nunca se podrá comprobar (risas). Si ya con lenguas indoeuropeas es imposible la traducción, podemos suponer lo que será el pasar a lenguas como el chino. En rigor, cualquier traducción es falsa, no hay equivalentes exactos.

Borges: Eso es culpa de los diccionarios, que han hecho creer que hay equivalentes y no los hay. Y también de los traductores que no comprenden que no es lo mismo traducir una obra de la que han transcurrido centenares de años y otra contemporánea. Cuando Poe o Lawrence tradujeron La Odisea pudieron recrearla con plena libertad porque era una lengua muerta. En cambio cuando se trata de un idioma contemporáneo, como por ejemplo el de Whitman, no veo otra posibilidad que la de una versión como la mía, un tanto personal y a la vez con un rigor resignado.

Sábato: "Amar" en castellano no es lo mismo que en francés. En francés "se ama" un bife o el arroz. Creo, Borges, que ni siquiera podría decirse que se puede pasar del castellano al castellano: desde el momento en que el primer conquistador pisó América la palabra "llanura" tuvo otro significado que en España.

Borges: Por supuesto, es lo mismo que pasa con el inglés y el americano.

Sábato: Bernard Shaw dijo: "Una lengua común nos separa". Un aforismo casi hegeliano.

Ahora reímos. Es el final de la charla. Ha llegado Anneliese a buscar a Borges. Y Renée Noetinger, la dueña de casa, insiste en la última vuelta de whisky, que Sábato y yo aceptamos. Borges, contento, recuerda que en la escuela había aprendido algunas nociones de "lunfardo básico". ¿Cuáles? pregunta Sábato. "Biaba" y "Biaba con caldo" cuando venía con sangre contesta Borges levantándose lentamente. Se han ido por el pasillo. Me quedo un momento solo en la sala. Solo no. En mi mano, la cinta grabada es un símbolo.

19 de mayo de 2008

Eugenio Montejo Ítaca

Eugenio Montejo
Hacia Ítaca

Hacia Ítaca...



(Caracas,19 de octubre de 1938 - Valencia, 5 de junio de 2008)

En 1998 recibió el Premio Nacional de Literatura. Uno de sus poemas es citado en la película 21 gramos, del director mexicano Alejandro González Iñárritu.


ÍTACA


para un homenaje a C. Cavafis

Por esta calle se va a Ítaca
y en su rumor de voces, pasos, sombras,
cualquier hombre es Ulises.

Grabado entre sus piedras se halla el mapa
de esa tierra añorada. Síguelo.

El pájaro que escuchas está cantando en griego;
no lo traduzcas, no va ahorrarte camino.

Aquellas nubes vienen de su mar, contémplalas;
son más puros los cielos de las islas.


Por esta calle, en cualquier auto,
hacia el norte o el sur se viaja a Ítaca.
En los ojos de los paseantes arde su fuego,
sus pasos rápidos delatan el exilio.

Aún sin moverte,como estos árboles
hoy o mañana llegarás a Ítaca.

Está escrito en la palma de tu mano
como una raya que se ahonda,
día tras día.

Aunque te duermas, despertarás en Ítaca;
la lluvia de este valle, todo lo arrastra
despacio, hasta sus puertas.

No tiene otro declive.
Ya puedes anunciarnos tu llegada, buscar hotel,
dar al olvido tu destierro.

Por esta calle no ha cruzado un hombre,
que al fin, no alcance su paisaje.

Prepara el corazón para el arribo,

Una vez en su reino, muestra tu magia.
será el reto supremo del exilio.

A ese mar no se miente. La furia de sus olas
todo lo hace naufragio. Pero no te amilanes.

Demuéstranos que siempre fuiste Ulises.

Alfabeto del mundo, 1986


Cada hombre lleva su Ítaca tatuada sobre su corazón en alguno de sus sueños. Desde su nacimiento se sabe en tránsito hacia ella.

Aun sin moverte llegarás a Ítaca: el vuelo o el viaje es una parábola cuya enseñanza secreta es la vuelta al centro y al lugar, que no está propiamente en la tierra, superficie o profundidad del planeta, sino en la terredad, destino obscuro de cada ser terrestre que atrae a cada ser a su centro y lo religa a su mundo.



13 de mayo de 2008

Borges, Comentario de Justino

“ARTE POÉTICA”, El hacedorComentario
Octavio Paz decía que, cuando empezó a publicar Borges sus primeros cuentos y ensayos en la década de los 40s del siglo pasado; su nombre era una contraseña para algunos iniciados y su obra el culto secreto de unos cuantos adeptos. Han pasado más de sesenta años y me pregunto ¿Sigue siendo Borges un autor para minorías? La obra de Borges exige mucho al lector y seguirlo en sus perplejidades y construcciones laberintico-metafísicas o lógico-fantásticas, no deja de ser algo agobiante. Pero al final, es sumamente gratificante darse cuenta de la perfección de sus objetos verbales y también de su prosa brillante y maravillosa para abordar los temas que son propios del universo borgesiano. Si algo distingue a Borges y su obra: es su carácter excéntrico y universal, que trasciende los nacionalismos de la literatura y asimila (para beneficio de nuestra literatura hispanoamericana), las diversas corrientes literarias: las del Extremo Oriente, las de la India, las árabes y las persas y, por supuesto, también la Occidental.

“Borges el inquisitivo interrogó al mundo; su duda fue creadora y suscitó la aparición de otros mundos y realidades (…) La literatura tiene sólo dos temas: 1.-, el hombre con los hombres, sus semejantes y sus adversarios; 2.-, el hombre solo frente al universo y frente a sí mismo. El primer tema es el del poeta épico, el dramaturgo y el novelista; el segundo, el del poeta lírico y metafísico.” Octavio Paz “Convergencias” Ed. Ariel 1991.

En los diálogos entre Borges y Ernesto Sábato (grabados por Orlando Barone) dice Borges: “La idea de un ser perfecto, omnipotente, todopoderoso es realmente fantástica”. Y cuando Sábato le pregunta: “Pero dígame, Borges, si no cree en Dios ¿por qué escribe tantas historias teológicas?”. Responde Borges: “Es que creo en la teología como literatura fantástica. Es la perfección del género”.

Pasando a otra cosa, que es lo que quería compartirles: es un poema de Borges que nos revela a otro Borges, sin las incertidumbres metafísicas y sus disquisiciones teológicas. Un Borges mas terrestre–por decirlo de algún modo- , con más certidumbres en torno a los temas que fueron objeto en su obra literaria, en la que no nos ofrece espejos laberínticos o metafísicos para intentar reconocerse en ellos. Si no, que nos ofrece un espejo (la poesía y el arte en general) como forma de reconocernos, como revelación de nosotros mismos y de nuestra vida. Certidumbres en torno a la vida y la muerte, la vigilia y el sueño, lo perenne y lo inmortal. Me gustaría comentar el poema, hermoso en verdad, pero se los dejo para que disfruten su lectura. Saludos

“ARTE POÉTICA”, El hacedor

Mirar el río hecho de tiempo y agua
Y recordar que el tiempo es otro río,
Saber que nos perdemos en el río
Y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
Que sueña no soñar y que la muerte
Que teme nuestra carne es esa muerte
De cada noche, que se llama sueño

Ver en el día o en el año un símbolo
De los días del hombre y de sus años,
Convertir el ultraje de los años
En una música, un rumor y un símbolo.

Ver en la muerte el sueño, en el ocaso
Un triste oro, tal es la poesía
Que es inmortal y pobre. La poesía
Vuelve como la aurora en el ocaso

A veces en las tardes una cara
Nos mira desde el fondo de un espejo;
El arte debe ser como ese espejo
Que nos revela nuestra propia cara

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
Lloró de amor al divisar su Ítaca
Verde y humilde. El arte es esa Ítaca
De verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
Que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
Y es otro, como el río interminable.

14 de abril de 2008

Ulises: Poemas acerca de Odiseo (Ulises)

Ulises y las sirenas siglo III A.C.

Poemas sobre Ulises


En la Ilíada conocemos a Odiseo como un guerrero duro, el Odysseus, el hombre de las muchas tretas y recursos; el hombre a quien la leyenda inmortalizó como el ingenioso autor de la estratagema con que los aqueos lograron hacer caer la ciudad de Troya. Pero otro poema, la Odisea, y otro aspecto de la tradición, nos muestran un personaje diferente. Ulises es el hombre que lucha y sufre por volver a la patria y al hogar; es el esposo y padre que en la lejanía y la adversidad comprende su destino; es el varón que busca la verdad de la existencia humana a través de años y años de penalidades; el destructor de mitos, el ser humano capaz de enfrentarse a dioses y monstruos hostiles; es aquél que vence una tras otra las tentaciones que- bajo los nombres de Circe, las Sirenas, Calipso, Nausícaa- buscan alejarlo de la ruta o hacerlo perder su condición humana y rebajarlo al nivel animal o elevarlo al ámbito de los inmortales o simplemente ofrecerle un hermoso y plácido nuevo hogar. Al vencer hostilidades, tentaciones, tempestades y peligros, Ulises ha impuesto su razón, su amor, sus anhelos, su decisión. Ha conservado, reafirmado, ampliado y enriquecido su espíritu; y así llega finalmente a la patria y al hogar. Esta es la concepción que puede desprenderse de la Odisea homérica: es el itinerario de un hombre que salva su condición de tal y la lleva a la plenitud.

Aquí presento una muestra de varios poemas, con distintas visiones:

PETRONIO

Exhortatio ad Ulissem

Deja tus moradas y costas extranjeras busca,
¡oh joven! Nace para ti una serie mayor de acontecimientos.
No sucumbas al mal: te ha de renovar al Danubio extremo,
el bóreas helado, los tranquilos reinos del Egipto
que ven al sol levantarse y descender.
Y más grande que descienda Ulises en playas lejanas.
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DU BELLAY

Soneto XXXI

¡Dichoso el que, como Ulises, hizo un bello viaje,
y después regresó lleno de experiencia y sabiduría
a vivir entre los suyos el resto de su edad!
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DANTE

Divina Comedia Infierno, XXVI, 94 y ss


ni la dulzura del hijo, ni la piedad
del viejo padre, ni el debido amor
que debía a Penélope hacer dichosa,
vencer pudieron dentro de mí el ardor
que tuve de hacerme del mundo experto
y de los vicios humanos y de su valor;
antes, me lancé por el alto mar abierto;
con sólo un barco y con aquellos compañeros
pocos, de los que no fui abandonado.

De costa en costa vi al final los límites de España,
hasta el Marruecos, y la isla de los Sardos,
y las otras que aquel mar en torno baña.

Yo y mis compañeros éramos viejos y tardos
cuando llegamos a aquella fosa estrecha
donde Hércules marcó sus dos resguardos
para que el hombre más allá no se meta;
a la derecha mano dejé Sevilla,
de la otra ya había dejado Ceuta.
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A. TENNYSON

Ulises (fragmento)

De nada sirve que viva como un rey inútil
junto a este hogar apagado, entre rocas estériles,
el consorte de una anciana, inventando y decidiendo
leyes arbitrarias para un pueblo bárbaro,
que acumula, y duerme, y se alimenta, y no sabe quién soy.
No encuentro descanso al no viajar; quiero beber
la vida hasta las heces. Siempre he gozado
mucho, he sufrido mucho, con quienes
me amaban o en soledad; en la costa y cuando
con veloces corrientes las constelaciones de la lluvia
irritaban el mar oscuro. He llegado a ser famoso;
pues siempre en camino, impulsado por un corazón hambriento,
he visto y conocido mucho: las ciudades de los hombres
y sus costumbres, climas, consejos y gobiernos,
no siendo en ellas ignorado, sino siempre honrado en todas;
y he bebido el placer del combate junto a mis iguales,
allá lejos, en las resonantes llanuras de la lluviosa Troya.
Formo parte de todo lo que he visto;
y, sin embargo, toda experiencia es un arco a través del cual
se vislumbra un mundo ignoto, cuyo horizonte huye
una y otra vez cuando avanzo.
¡Qué fastidio es detenerse, terminar,
oxidarse sin brillo, no resplandecer con el ejercicio!
Como si respirar fuera la vida.
Una vida sobre otra
sería del todo insuficiente, y de la única que tengo
me queda poco; pero cada hora me rescata
del silencio eterno, añade algo,
trae algo nuevo; y sería despreciable
guardarme y cuidarme el tiempo de tres soles,
y refrenar este espíritu ya viejo, pero que arde en el deseo
de seguir aprendiendo, como se sigue a una estrella que cae,
más allá del límite más extremo del pensamiento humano.
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N. KAZANTZAKIS

Odisea, Rapsodia II, 1436-1475

despedíos de la isla, desarraigad la patria;
y el que pueda que la arroje al agua tras él como un peñasco,
y el que no se hartó de ella entre vosotros, cuélguela como amuleto,
pues al alba partimos para el último viaje sin retorno”.
Dijo, y los compañeros, cargados de odres de vino y harina
y variadas mercancías de alacena y así como de armas nuevas,
ya a medianoche, en silencio, desde el portalón salieron,
y caminando con pasos pesados, tomaron el camino del navío.

Subió Odiseo, inmutable, a su lecho elevado,
y se tendió- postrera vez- junto a la pobre mujer.
Un sueño dulce, reparador, le hizo descansar el pensamiento;
mas antes de aclarar se alzó el gallo colorado
y cantó en el patio grande, en los bordes del brocal.
Y oyó en su sueño el arquero al ave alegre de-la-cresta-triple;
levántase de un salto y se ciñe la daga de hierro,
cuelga el arco enroscado en sus tostadas espaldas,
y abre furtivo la armella, que no se asuste la mujer.
Mas ella la noche entera velaba con los párpados cerrados,
y sellaba sus labios una incurable pena muda;
y al crujir el cerrojo, los ojos entreabre suavemente
y divisa en la brumosa aurora al marido que se marcha.
No se movió ni se arrojó a abrazar llorando sus rodillas;
bien sabía la infeliz que no hay ya esperanza alguna;
mas cuando oyó los escalones rechinar y llorar, se levantó
y a la ventanilla azul se abalanzó y alcanza a divisarlo
cómo cruza en puntillas, calmado, por los atrios e, igual que un ladrón,
coge ansiosamente el pasador de bronce del portón,
y sin volverse hacia atrás atraviesa con ímpetu la puerta;
la desdichada entonces ya saca los lamentos y se desgarra de dolor piel y cabello.
Y el cruel viajero, en tanto, la escarcha cristalina de la noche
absorbe en su entraña sedienta y extiende sus brazos
y presuroso toma la bajada de la playa en penumbra.
Con vigor trabajaban los dragones en la orilla y empujaban poco a poco
la nueva embarcación airosa en las tiznadas armadías,
y Súralos el músico rociaba con agua los morillos para que no encendieran.
Y cuando se preparaban para el último impulso,
apareció el capitán y extendiendo la mano
a las olas precipitó con energía el bajel virginal
y segó el cordón umbilical de la entraña amada de la patria.
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CONSTANTINO KAVAFIS

Segunda Odisea


Segunda Odisea


Odisea segunda y grande,
mayor quizás que la primera. Pero ay,
sin Homero, sin hexámetros.
Era pequeña su casa paterna
era pequeña su ciudad paterna
y toda su Ítaca era pequeña.

La ternura de Telémaco, la fe
de Penélope, la ancianidad del padre,
sus antiguos amigos, el amor
del abnegado pueblo,
el feliz reposo del hogar,
penetraron cual rayos de alegría
en el corazón del navegante.

Y cual rayos se apagaron.
La sed
del mar se despertó dentro de él.
Odiaba el aire de la tierra firme.
Su sueño turbaban por la noche
los fantasmas de Hesperia.
Lo venció la nostalgia
de los viajes, y de las llegadas
matinales a los puertos donde,
con qué alegría, entras por primera vez.

La ternura de Telémaco, la fe
de Penélope, la ancianidad del padre,
sus antiguos amigos, el amor
del abnegado pueblo,
y la paz y el reposo
de la casa lo aburrieron.
Y se marchó.
Cuando las costas de Ítaca
se desvanecían poco a poco frente a él
y navegaba hacia occidente a toda vela,
hacia Iberia, hacia las columnas de Hércules,-
lejos de todo mar aqueo-,
sintió que revivió, que
arrojó las pesadas ataduras
de cosas conocidas y domésticas.
Y su corazón aventurero
se regocijaba fríamente, vacío de amor.

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CONSTANTINO KAVAFIS

Ítaca


Cuando salgas en el viaje , hacia Ítaca
desea que el camino sea largo,
pleno de aventuras, pleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al irritado Poseidón no temas,
tales cosas en tu ruta nunca hallarás,
si elevado se mantiene tu pensamiento, si una selecta
emoción tu espíritu y tu cuerpo embarga.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
y al feroz Poseidón no encontrarás,
si dentro de tu alma no los llevas,
si tu alma no los yergues delante de ti.

Desea que el camino sea largo.
Que sean muchas la mañanas estivales
en que con cuánta dicha, con cuánta alegría
entres a puertos nunca vistos:
detente en mercados fenicios,
y adquiere las bellas mercancías,
ámbares y ébanos, marfiles y corales,
y perfumes voluptuosos de toda clase,
cuanto más abundantes puedas perfumes voluptuosos;
anda a muchas ciudades Egipcias
a aprender y aprender de los sabios.

Siempre en tu pensamiento ten a Ítaca.
Llegar hasta allí es tu destino.
Pero no apures tu viaje en absoluto.
Mejor que muchos años dure:
y viejo ya ancles en la isla,
rico con cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que riquezas te dé Ítaca

Ítaca te dio el bello viaje.
Sin ella no hubieras salido al camino.
Otras cosas no tiene ya que darte.
Y si pobre la encuentras, Ítaca no te ha engañado.
Sabio así como llegaste a ser, con experiencia tanta,
ya habrás comprendido las Itacas qué es lo que significan.
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LEON KUKULAS

Pequeña Odisea

Nos salvamos de los Cíclopes
y nuestro anhelo de llegar un día a Ítaca
reavivó mil veces el rescoldo
de nuestra alma, que poco a poco se enfriaba.

Y ni las yerbas mágicas de Circe,
ni siquiera los filtros de la Sirenas
que acaso nos guardaban nuevos goces,
pudieron cambiar nuestro propósito.

Por ese nuestro objetivo, apreciamos como injustos
y ante la bondad ingratos a menudo
e impasibles dejamos, al partir,
en su desolación a Calipso sollozando.

Y nos negamos nuevas glorias y riquezas
y sin pena contemplamos cierto día
perderse para siempre entre la bruma gris
la espléndida visión de los Feacios.

Y ahora que hemos retornado a Ítaca,
cuando a menudo narramos lo pasado,
como más dulce sentimos su angustia
que la serenidad de nuestra vida muelle.

Y nuestro dolor se nos hace infinito,
con que nos castiga una amarga contrición,
pues no sopla ya el viento en nuestros aparejos,
y para siempre terminó la travesía.

(Caminos desconocidos)

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LEFTERIS ALEXÍU

Odysseus und Kalypso Arnold Böcklin

Ulises así habló a Calipso cuando decidió Abandonarla


Nieve semeja en el velado atardecer
tu cuerpo diáfano. Con ardor envolvente
igual que de reptil, el amor serpentino
cual brazo firme estrecha mi cintura.

El grillo que no calla de tu beso
y tu mirar me hicieron inmortal.
Nada veo ni escucho. Como abejas
el antiguo recuerdo me circunda.

Me llaman las gaviotas. Clama el ponto
Tiembla la espuma en mis párpados húmedos,
y la inmortalidad me es servidumbre.

Dame otra vez el incierto destino;
que me lleve la libre fantasía
en un madero por la mar salada.

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YORGOS SARANDIS



Odiseo

Puesto que fuiste el causante de la desaparición de Troya
no te extrañes de hallarte bajo persecución divina
combatiendo con dioses invidentes y rudas esperanzas
no te extrañes
tú el más ingenioso entre los hombres.

La primera emboscada de los dioses es la nostalgia
es el juego insensato con tu alma
la malhadada quimera del regreso.

Pero qué esperas viajando en tu
oscura suerte
pero qué esperas huyendo entre los años
qué esperas cuando te mata el lúgubre lamento de Troya
que te sigue
cuando estalla la ira de los dioses y te barre
cuando te doblega el tiempo delirante.

Desnudo llegarás a tu isla
- pero mejor que no llegaras -
ya que has perdido todos tus compañeros
tu virtud en aventura sin objeto
tu prudencia en duda lucha sin sentido
ya que has perdido lo más selectos años de tu vida.

era la malhadada quimera que te enfermó el entendimiento
el juego con tu alma de los dioses sin corazón
tú sin embargo
- el más ingenioso de los hombres -
cómo no adivinaste
qué amargura
cuánto castigo
qué nuevas heridas traerá
el fin de tu inquieto camino
el vano regreso
tu triste arribar a la Ítaca asolada.

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Homero


Perro de Ulises

El perro de Odiseo

"Así estos conversaban. Y un perro que estaba echado, alzó la cabeza y las orejas: era Argos, el perro del paciente Odiseo, a quien éste había criado, aunque luego no se aprovechó del mismo porque tuvo que partir a la sagrada Ilión.

Anteriormente lo llevaban los jóvenes a correr cabras montesas, ciervos y liebres; pero entonces, en la ausencia de su dueño yacía abandonado sobre mucho estiércol de mulos y de bueyes que vertían junto a la puerta a fin de que los siervos de Odiseo lo tomasen para abonar los extensos campos: allí estaba tendido Argos, todo lleno de pulgas. Al advertir que Odiseo se aproximaba, le halagó con la cola y dejó caer ambas orejas, pero ya no pudo salir al encuentro de su amo. 

Entonces Odiseo, que le vio desde lejos, se enjugó una lágrima sin que se percatara Eumeo y le preguntó: 'Eumeo, es extraño que este perro esté tumbado entre el estiércol. Su cuerpo es hermoso; aunque ignoro si, con tal belleza, era rápido en la carrera, o era como esos perros falderos que crían los señores por lujo'. 

Y tú le respondiste así, porquerizo Eumeo: 'Ese perro perteneció a un hombre que ha muerto lejos de nosotros. Si fuese tal como era en el cuerpo y en la actividad cuando Odiseo lo dejó al irse a Troya, pronto admirarías su rapidez y su vigor: no se le escapaba ninguna fiera que levantase, ni aun en lo más hondo del espeso bosque, porque era sumamente hábil en seguir un rastro.

 Pero ahora le abruman los males a causa de que su amo murió fuera de la patria, y las negligentes muchachas no lo cuidan, porque los siervos, cuando los amos ya no mandan, no quieren hacer los trabajos que les corresponden, pues Zeus quita a un hombre la mitad de su valía cuando le alcanza el día de la esclavitud.' Diciendo así, entró por el cómodo palacio y se fue derecho a la sala, hacia los ilustres pretendientes, pero Argos muere a poco de reconocer a su amo luego de veinte años".

Fragmento de La Odisea - Libro XVII