Me permite
«Soy yo. Estaba por aquí
abajo.
Invítame a un café.»
«Estoy un poco liado.»
«Es igual. Tú sigues
con lo tuyo y yo hablo
de lo mío
con tu mujer.»
Ji ji ji.
Qué gracia.
Y para cuando quieres
darte cuenta
la has cagado
una vez más.
«Sube, anda.
Me estaba haciendo falta
descansar cinco minutos...»
Las más elementales faltas
de educación
son las que más me han desarmado
siempre. El proverbial
«Me permite...».
Te lo sueltan
con la delicadeza
de un revólver
clavado en las costillas.
Perdone.
Me permite.
¿Puedo?
¿Molesto?
¿No te importa?
En absoluto.
Cómo me va a importar.
Y abres la puerta.
Y entran en tu casa.
Y se comen tu comida.
Y se fuman tu tabaco.
Y se beben
tu café.
Y si no se follan
a tu esposa
y le dan por saco
al perro
es por pura
casualidad.
Dos horas más tarde,
se levantan
se limpian la boca
de la jeta
y se rascan
la del culo,
eructan,
encienden un cigarro,
se meten tu mechero
en el bolsillo,
te dan un espaldarazo
y se van.
Silbando
tan alegremente
como el que sale
de una barbería.
Y tú te quedas
boquiabierto
y derrotado
en medio del desastre
y te acuerdas de su madre,
y de la tuya.
De cómo coño
pudo ser
que entre tantas cosas
inservibles
se olvidara de enseñarte
la más fundamental:
cómo cojones
decir que no.
Me ven ahora
25 de diciembre de 2014
¿Me permite? / Roger Wolfe
3 de diciembre de 2014
Sabiduría
Sabiduría
Una mujer
que pasa en bicicleta
a las dos de la mañana,
hermosas piernas morenas
bombeando los pedales
mientras la brisa le alza el vestido
y revela
un perfecto milagro
de carne femenina en movimiento.
Nuestros ojos
se cruzan un momento
y ya se ha ido.
Son cosas como ésa
las que te hacen darte cuenta
de lo poco que realmente sabes
de nada.
Roger Wolfe
Parpadeo/ Roger Wolfe
Parpadeo
Pedro Salinas
dice en un poema;
que no quiere dejar de sentir
el dolor de la ausencia
de la mujer a la que ama
porque eso es lo único
que le queda de ella:
el dolor.
No recuerdo sus palabras exactas.
Él lo dice mejor que yo.
Eran otros tiempos.
Salinas está muerto.
La mujer a la que amaba también.
Pronto lo estaremos todos.
La vida es un mero parpadeo.
Abre los ojos
y ciérralos
Roger Wolfe
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