En este libro de Basho no pasa nada, salvo el sol, la lluvia, las nubes, unas cortesanas, una niña, otros peregrinos. No pasa nada, excepto la vida y la muerte”, indica Octavio Paz sobre Sendas de Oku.
Hace 52 años, Octavio Paz junto con su amigo japonés Eikichi Hayashiya emprendieron la traducción de Oku no Hoshomichi, al que más tarde dieron por titulo en español Sendas de Oku. Este trabajo fue una obra de Matsuo Basho quien a través de diversos viajes emprendió la creación de uno de los más perfectos ejemplos del haibun, género en el que un texto en prosa se rodea de un grupo de haikú, breve poema japonés.
Basho, junto con su discípulo Sora, visitó cerca de cincuenta lugares famosos de la región septentrional de Japón en 1698, el breve cuaderno, resultado de estas travesías, son poemas colectivos, llamados haikai no renga, enriquecidos por los poetas locales y mezclados con a reflexión, el humor a la melancolía y la anécdota a la contemplación.
Sobre ello, Octavio Paz apuntó: “Su poesía es un verdadero calmante, que no se parece ni al letargo de la droga, ni a la modorra de la digestión. Calma y alerta que nos aligera: Sendas de Oku es un diario de viaje que es asimismo una lección de desprendimiento. El proverbio europeo es falso; viajar no es “morir un poco” sino ejercitarse en el arte de despedirse para así, ya ligeros, aprender a recibir. Desprendimientos: aprendizajes”.
A pesar de que Oku no Hosmichi (Sendas de Oku) ha sido traducido a casi todos los idiomas europeos y ha influido diversos movimientos poéticos modernos, la edición de este titulo al castellano es la primera que da a conocer, en una lengua occidental, el texto completo de la bitácora de viaje de Basho.
Otro aspecto que cabe recalcar de Sendas de Oku, es la forma en que trabajaron juntos Eikichi Hayashiya y Octavio Paz, mientras el primero traducía literalmente el texto japonés al español, el segundo corregía los textos tratando de encontrar el tono más adecuado para capturar la sensibilidad de Basho.
Así, una primera edición, editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, vio la luz en 1957 aunque ambos traductores no quedaron conformes con ésta ya que algunos poemas no se ajustaban a la perfección que Paz perseguía.
La edición del Fondo de Cultura Económica, aparece revisada y con versiones corregidas de los poemas en los cuales el Premio Nobel 1990, procuró ajustarse a la métrica original. Asimismo, se incluyen notas nuevas de Eikichi Hayashiya, la versión original japonesa y láminas de Yosa Buson. Octavio Paz apreciaba esos dibujos por considerarlos representativos del género de la pintura japonesa haiga, asimismo, se incluyen las caligrafías de Matsuo Basho porque son parte de las artes plásticas del país del sol naciente.
Sobre Matsuo Basho
Nació en 1644, en Ueno. Basho fue su último nombre literario; Kinsaku fue su nombre de nacimiento. Estudió el arte de la poesía desde muy joven, arte que perfeccionó a lo largo de su vida junto con el de la caligrafía. Publicó varias antologías y poco a poco creó una nueva poesía. Hacia 1680 cambia su nombre al de Basho, planta de banano. En 1963 publica su primer diario de viaje, sin embargo es en 1689 cuando se comienza a gestar Oku no Hosomichi, travesía que duró dos años y medio. En 1694, realiza su última excursión ya que cayó enfermo y muere ese mismo año.
Hace 52 años, Octavio Paz junto con su amigo japonés Eikichi Hayashiya emprendieron la traducción de Oku no Hoshomichi, al que más tarde dieron por titulo en español Sendas de Oku. Este trabajo fue una obra de Matsuo Basho quien a través de diversos viajes emprendió la creación de uno de los más perfectos ejemplos del haibun, género en el que un texto en prosa se rodea de un grupo de haikú, breve poema japonés.
Basho, junto con su discípulo Sora, visitó cerca de cincuenta lugares famosos de la región septentrional de Japón en 1698, el breve cuaderno, resultado de estas travesías, son poemas colectivos, llamados haikai no renga, enriquecidos por los poetas locales y mezclados con a reflexión, el humor a la melancolía y la anécdota a la contemplación.
Sobre ello, Octavio Paz apuntó: “Su poesía es un verdadero calmante, que no se parece ni al letargo de la droga, ni a la modorra de la digestión. Calma y alerta que nos aligera: Sendas de Oku es un diario de viaje que es asimismo una lección de desprendimiento. El proverbio europeo es falso; viajar no es “morir un poco” sino ejercitarse en el arte de despedirse para así, ya ligeros, aprender a recibir. Desprendimientos: aprendizajes”.
A pesar de que Oku no Hosmichi (Sendas de Oku) ha sido traducido a casi todos los idiomas europeos y ha influido diversos movimientos poéticos modernos, la edición de este titulo al castellano es la primera que da a conocer, en una lengua occidental, el texto completo de la bitácora de viaje de Basho.
Otro aspecto que cabe recalcar de Sendas de Oku, es la forma en que trabajaron juntos Eikichi Hayashiya y Octavio Paz, mientras el primero traducía literalmente el texto japonés al español, el segundo corregía los textos tratando de encontrar el tono más adecuado para capturar la sensibilidad de Basho.
Así, una primera edición, editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, vio la luz en 1957 aunque ambos traductores no quedaron conformes con ésta ya que algunos poemas no se ajustaban a la perfección que Paz perseguía.
La edición del Fondo de Cultura Económica, aparece revisada y con versiones corregidas de los poemas en los cuales el Premio Nobel 1990, procuró ajustarse a la métrica original. Asimismo, se incluyen notas nuevas de Eikichi Hayashiya, la versión original japonesa y láminas de Yosa Buson. Octavio Paz apreciaba esos dibujos por considerarlos representativos del género de la pintura japonesa haiga, asimismo, se incluyen las caligrafías de Matsuo Basho porque son parte de las artes plásticas del país del sol naciente.
Sobre Matsuo Basho
Nació en 1644, en Ueno. Basho fue su último nombre literario; Kinsaku fue su nombre de nacimiento. Estudió el arte de la poesía desde muy joven, arte que perfeccionó a lo largo de su vida junto con el de la caligrafía. Publicó varias antologías y poco a poco creó una nueva poesía. Hacia 1680 cambia su nombre al de Basho, planta de banano. En 1963 publica su primer diario de viaje, sin embargo es en 1689 cuando se comienza a gestar Oku no Hosomichi, travesía que duró dos años y medio. En 1694, realiza su última excursión ya que cayó enfermo y muere ese mismo año.
buenisisma entrada
ResponderBorrarfelicitaciones Francisco
disfruta este viaje a la madre patria , con razón no llegáste a la lectura en el fawaz la otra vez, en fín ya será para otra
felicidades
Francisco es precioso. Me alegra mucho que por fin hayas encontrado como desbloquearte y vuelvas a deleitarnos con toda tu sabiduría literaria.
ResponderBorrarBesos.
Gracias Pegasa, espero que te guste este libro que se que tienes :)
Borrarprecisoso y me alegro que estes de vuelta con nosotros
ResponderBorrarbesos
Me alegra de que estés de nuevo por aquí!
ResponderBorrarSalud
En el tiempo viajamos a lugares impensados.
ResponderBorrarAl recordar evocamos civilizaciones exòticas al tiempo presente.
En los bosques de eucaliptus de Australia debe haber muchos koalas ,la que fué a Chile justo acá se està quejando en la TV.
Cuidadito con importar koalas a ESPAÑA que hay un señor PAPA QUE DE TODO SE ENTERA.
a mí también me alegra volver a tu blog.
ResponderBorrarno tenía ni idea de la existencia de esos textos poéticos, sí que conocía a Matsuo Basho de los haikus.
muy interesante, gracias.
biquiños,
Maravilloso, simplemente maravilloso. Una aproximación al mundo de las letras niponas hecha con la merecida delicadeza. Un gran abrazo
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