Circe ofreciendo la copa a Ulises William Waterhouse |
Soy Circe, la de lindas trenzas. Tengo por padre a Helios, el que alumbra a los mortales, y por madre a Perse, hija del Océano. Reino en la isla de Eea, y dentro de un valle vistoso se encuentra mi palacio, construido de piedra pulimentada. Los espesos encinares que lo rodean están poblados de lobos montaraces y leones, que son los hombres que se han acercado a mi palacio y a los que he encantado con funestos bebedizos. Hice lo mismo con los compañeros de Ulises, y los convertí en puercos dándoles una droga dentro de una mezcla de queso, harina y miel fresca. Quise luego hechizar al mismo Ulises cuando vino a rescatar a sus hombres, pero Hermes lo protegía y mis drogas no fueron eficaces con él. Así le dije: - ¿Quién eres y de qué país procedes? ¿Dónde se hallan tu ciudad y tus padres? Me tiene suspensa que hayas bebido estas drogas sin quedar encantado, pues ningún otro pudo resistirlas. Alienta en tu pecho un ánimo indomable. Eres sin duda Odiseo, pues los dioses me auguraron que vendrías cuando volvieses de Troya en la negra y velera nave. Ven Odiseo a mi lecho para que unidos por el amor, crezca entre nosotros la confianza. La historia de Circe y Ulises se relata en el Canto X de la Odisea. Circe reinaba en la isla de Eea, y era bella, maga y hechizadora de hombres. Los griegos, algo misóginos ellos, y en defensa de su parcela de poder, presentan como peligrosos los conocimientos de la mujer y su atractivo sobre el hombre. Por eso el de Circe no es el único caso del mito de la hembra que seduce y causa el infortunio de los hombres. También tenemos a Medea. Hécate, Trace y otras muchas. En un artículo anterior hablamos de las bellas ninfas que arrastraron al marinero Hylas al fondo de las aguas. Y también en la odisea se relata otro gran peligro femenino sorteado por Ulises: el canto embaucador de las sirenas, ante el que todos perdían la voluntad. Ya lo sabe, caballero, el débil es usted. Pero si quiere usted estar prevenido y saber de antemano el riesgo que corre en sus relaciones con las mujeres, relea a Homero, a Hesiodo, a Apolonio, a Ovidio. Tal vez aprenda a convertir el peligro en oportunidad, pero necesitará toda la astucia y la determinación de Ulises. Tampoco le vendrá mal la ayuda de Hermes, sin la cual el famoso héroe habría acabado formando parte de la piara de cerdos, ridícula imagen de esa caterva de varones que sucumben y se anulan por causa de las malas artes femeninas. Extraída del mencionado canto de la Odisea, oigamos ahora la respuesta de Ulises a la proposición de Circe: - ¡Oh, Circe! ¿Cómo me pides que te sea benévolo, después que en este mismo palacio convertiste a mis compañeros en cerdos y ahora me detienes a mí y me ordenas que entre en tu habitación y suba a tu lecho a fin de privarme del valor y de la fuerza, apenas deje las armas? Yo no querría subir a la cama, si no te atrevieras, oh diosa, a prestar solemne juramento de que no maquinarás contra mí ningún otro pernicioso daño. Así le dije. Juró al instante, como se lo mandaba. Y en seguida que hubo prestado el juramento, subí al magnífico lecho de Circe. Un año pasó Ulises disfrutando de la compañía y de los placeres que Circe le dispensó. Hesiodo cuenta que tuvieron tres hijos. Por el tiempo que pasaron juntos deberíamos suponer que fueron trillizos, pero cuando te relacionas con una hechicera hija de un dios y de una nereida, las suposiciones lógicas de los mortales no funcionan. Otros autores mencionan un diferente número de hijos y con otros nombres. Pero el que parece contar con mayor consenso es Telégono (nacido lejos). Mitos posteriores indican que fue rey de los etruscos |
Circe envió a Telégono a buscar a su padre a Ítaca. Cuando llegó a esta isla, acuciado por el hambre fue a robar ganado y el propio Ulises lo descubrió en el intento. Hubo una pelea entre ambos y Telégono mató a Ulises. Según la versión de Apolodoro, el enfrentamiento entre Ulises y Telégono se originó porque éste último reclamó para sí el dominio de la isla. Una vez muerto Ulises, Telégono decide llevar el cadáver a su madre Circe, y hace que Penélope y Telémaco le acompañen. Una vez en la isla de Eea, la diosa Atenea dispone que Circe se case con Telémaco y Penélope con Telégono.
Gracias por este aperitivo de la mitología griega...
ResponderBorrarSalud
ten un fin de semana precioso Francisco
ResponderBorrarlo mitológico a veces tiene muchos tintes reales:)
Justamente estoy leyendo un libro llamado La más bella historia de amor y explica cómo la relación entre Ulises y Circe anticipa la de Antonio y Cleopatra, si de poder y pasión se habla!!!!
ResponderBorrarBien, muy bien...alguien a actualizao ese tema?
ResponderBorrarLos mitos siempre se renuevan. Francisco
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