Anuncio. (René Avilés Fabila, mexicano)
Oriundo de Hamelínn, soy flautista y alquilo mis servicios: puedo sacar las ratas de una ciudad o, si se prefiere, a los niños de un país sobrepoblado.
A Circe, (Julio Torri, mexicano)
¡Circe, diosa venerable! He seguido puntualmente tus avisos. Más no me hice amarrar al mástil cuando divisamos la isla de las sirenas, porque iba resuelto a perderme. En medio del mar silencioso estaba la pradera fatal. Parecía un cargamento de violetas errante por las aguas.
¡Circe, noble diosa de los hermosos cabellos! Mi destino es cruel. Como iba resuelto a perderme, las sirenas no cantaron para mí.
¡Circe, noble diosa de los hermosos cabellos! Mi destino es cruel. Como iba resuelto a perderme, las sirenas no cantaron para mí.
La Tortuga y Aquiles (Augusto Monterroso, guatemalteco)
Por fin, según el cable, la semana pasada la Tortuga llegó a la meta.
En rueda de prensa declaró modestamente que siempre temió perder, pues su contrincante le pisó todo el tiempo los talones.
En efecto, una diezmiltrillonésima de segundo después, como una flecha y maldiciendo a Zenón de Elea, llegó Aquiles.
Conversión (Luis Felipe Hernández)
Alicia atravesó el espejo y sonrió encantada. Por fin había dejado de ser zurda.
Tigres (Bioy Casares)
El tigre cebado se lamenta de no encontrar barbero que le atuse los bigotes.
Atlas por Cristina Peri Rossi
Sostiene el universo sobre sus hombros. No debe asombrar a nadie, pues éste ha dado múltiples pruebas de su desequilibrio. Sostener el universo sobre los hombros es una tarea absorbente y delicada, que exige toda su concentración; no puede permitirse distracciones, ni pausas, ni paseos por los lagos, ni viajes de placer. Tampoco puede desempeñar otra tarea (no puede tener un interesante empleo en la administración pública, ni trepar la pirámide de la iniciativa privada); no ha buscado esposa ni tiene hijos. Es, también, una tarea silenciosa y poco brillante, por la cual no recibe tarjetas de felicitación a fin de año, ni aguinaldo, ni premios especiales. Nadie parece prestar demasiada atención al hecho de que sostiene el universo sobre sus hombros, como no se presta atención al empleado de los retretes públicos; ambos saben que son tareas silenciosas pero imprescindibles.No siempre sostuvo el universo sobre sus hombros; los primeros años de su niñez transcurrieron sin esa responsabilidad, pero no fueron muchos; tiene una imagen desvaída de esa época, quizás porque el peso de sostener el universo le ha arruinado la memoria.
No discute el hecho de que sea él y no otro quien sostiene el universo; lo acepta de una manera visceral, quizás porque se trata de un fatalista que no cree en la posibilidad de modificar sustancialmente las cosas. Hace su trabajo con concentración, aunque a veces siente el deseo de pasear, de tomarse unas vacaciones.
No discute con nadie la índole de su trabajo y le gustaría que alguien, al verlo sostener el pesado universo sobre sus hombros, le sonriera. Pero si esto no ocurre (y de hecho: no ocurre), tampoco se deprime. Ha conseguido instalar en sí mismo una sabia indiferencia ante los placeres mundanos (que de todos modos le estarían vedados por la índole de su trabajo), la comodidad, el lujo y las aficiones de la carne. Carece de cualquier clase de religión y no atribuye a su tarea ningún sentido místico: detestaría ser el origen de una corriente religiosa o política.
Ahora que su salud declina (es un ser mortal como cualquier otro), se pregunta quien será el llamado a sustituirle. No tiene descendencia y no cree que, de todos modos, se trate de un cargo hereditario. Tampoco piensa que la elección dependa de alguna clase de mérito social, intelectual o político. Sabe que es una tarea pesada, ingrata, mal remunerada, pero la única frente a la cual no existe opción. No conoce quienes fueron sus antepasados, en el cargo, y posiblemente le esté vedado conocer a su sucesor. Pero quizás por efectos de la vejez, recuerda con especial ternura al niño que un día comenzó a sostener el universo sobre sus hombros. No juzga de ninguna manera a los hombres y mujeres que exonerados de esa tarea, se dedican a otras ocupaciones.
Lo que más le molesta es no ir al cine.
Francisco, tu serie de micro relatos me gustaron, algunos me hicieron reir y el ultimo me hizo reflexionar, sin duda hay cosas que siempre se pueden mirar desde otro angulo y enriquecer nuestra vida....
ResponderBorrarGracias por tu visita y dejar tu huella en mi rinconcito.
Saludos, Pau.
Es bueno llegar hasta acá, una gimnasia de sentires para reflexionar y mover las neuronitas.
ResponderBorrarCariños
Muy buenos los relatos.
ResponderBorrarNo te imaginas como necesitaria de los servicios del flautista mexicano (Tengo 70 niños de la mañana a la noche jugando en la cuadra, hasta altas horas de la noche) jajaja!!!!
También siento el universo sobre mis hombros y lamento no poder ir al cine.
Saludos♥
Hola, que interesante los relatos. Me dejan reflexionando algunos de ellos. Un beso, cuidate.
ResponderBorrarPues mira que me han gustado todos como primer encuentro en tu blog!!!
ResponderBorrarVolveré seguro... nos leemos....
besitos!!!!
Muy buenos todos, felicidades.
ResponderBorrarGracias por pasarte por mi casa :)
Nos leemos.
Besos
Hola, Ulysses, gracias por tu solidaridad.
ResponderBorrarSalud♥s nicas
Está muy leible tu espacio, me ha encantado, gracias por haberte dado la vuelta por mi casa, puedes volver cada vez que lo desees!
ResponderBorrarSaludos!!!
Por eso respeto tanto a las personas q hacen esos trabajos q nadie quiere hacer
ResponderBorrarMUAKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKk
Excelentes tus relatos, te felicito sinceramente por tu elección.
ResponderBorrarAdemás quiero agradecer profundamente tu apoyo en mi blog, y pierde cuidado ... Jamás claudicaré.
Un abrazo fraterno yb que Dios te bendiga,
Alejandro
Paso a saludarte,en estos últimos meses me cuesta mucho concentrarme en las lecturas tanto de libros como de blogs,mi mente aún está muy ocupado con los temas familiares.
ResponderBorrarAgradezco tus visitas,siento que no correspondo en la misma medida.Un saludo,amigo.
Los microrelatos Uly están geniales, ya me pongo a leer todo lo anterior. Un gusto leerte.
ResponderBorrarLos microrelatos tienen la virtud de condensar en poco espacio grandes reflexiones.
ResponderBorrarMuy buenos todos.
Saludos!
Fantasticos relatos, por cierto el flautista ha dejado forma de contacto?
ResponderBorrarsaludos
Caín
"No discute el hecho de que sea él y no otro quien sostiene el universo;"
ResponderBorrarEs la fuerza que nos sujeta a todos, que nos hace levantarnos todos los días!
Saludos
Hola, hola, hola, querido Ulysses.
ResponderBorrarHe estado trabajando mucho,además triste con algunos problemas tristes de mi socio Luis Seguel, buen amigo.
Y te cuento... Como soy noctámbula, aprovecho los blogs interesantes después de que mi caballero se duerme, ya que él madruga.
Vuelvo más tarde.
Cariños.
Hola! Vi tu comentario en mi blog y decidí hacerte una visitilla :). Me ha gustado mucho el tuyo! Muy interesante, escribes muy bien!
ResponderBorrarUn besito desde Galicia!
Me encantan estos microrelatos...gracias por visitar mi blog...te leo...
ResponderBorrarHola. Pasa por mi blog a buscar un regalito para ti.
ResponderBorrarCariños.
De regreso de las vacaciones y aún con resaca, es un placer leer estos micros tan buenos, has elegido fenomenal.
ResponderBorrarUn placer volver a visitarte.
besos desde Madrid
Micro relatos, megas sensaciones. Excelente serie.
ResponderBorrarLos internautas felices...en envase pequeño mucho contenido.
Ya te tengo a un clic en mi agenda.
Muy cordialmente,
A mi me encanta el cine xD
ResponderBorrarTe invito a que te pases por mi nuevo blog, soy www.howifeelit.blogspot.com, la que antes te comentaba por aquí con el seudónimo de Monique. Espero que te pases por este nuevo espacio y sigamos compartiendo... Las razones de mi cambio, en el primer post.
A penas estoy empezando.
Un abrazo!
Buen fin de semana!!!
ResponderBorrarTe he dejado un premio en el blog.
Cariños
Muy buen post Ulysses, y yo creo que al flautista debieran mandarlo ¡a la China!, ja,ja,ja.
ResponderBorrarSaludos desde México.
Muy buenos, algunos graciosos, otros que sirven para pensar en ver la vida desde otro prisma.
ResponderBorrarCariños.
Hola, paso a saludarte e informarte que deje 3 regalitos pasa ti en mi blog. PREMIOS Y REGALOS, por mi parte no es obligatorio pasar por ellos ni continuar con la cadena, pero si de venir a comunicártelo. Besos, cuídate.
ResponderBorrarMe has hecho pasar tan buen rato que no sé qué comentar :) Lo de Alicia y el Flautista me ha encantado. Supongo que es porque son personajes de cuento :)
ResponderBorrarUn abrazo
Excelente tarea Ulysses, no es fácil elegir, desmenuzar y recopilar relatos que nos dejen algo en particular y estas estuvieron muy buenas realmente. Un placer llegar hasta acá. Saluditos!
ResponderBorrarvaya, me encanta el de Alicia! no me lo esperaba
ResponderBorrarExcelente estos microcuentos, un gusto poder leerlos y me los robo para mi colecion.
ResponderBorrarUn saludito
Gracias por tu visita a mi blog
anngiels
www.enmemoriadetuamor.blogspot.com
Mejor tarde que nunca. ¡Qué magnífica idea! esta la de compartir pequeñas sustancias de literatura.
ResponderBorrarY Monterroso... ¡Joder! que bueno es el endemoniado Monterroso!
Abrazos Centrífugos!