Me ven ahora

14 de septiembre de 2009

Yorgos Seferis Sobre un verso extranjero


Odysseus (Ulysses) and the Sirens, ca. 480-470 BC, British Museum, London.



SOBRE UN VERSO EXTRANJERO

Dichoso quien hizo el viaje de Odiseo.
Dichoso si al marchar sintió firme la coraza de un amor
extendida por su cuerpo, como las venas donde
bulle la sangre.

De un amor con cadencia sin fin, invencible como la
música y eterno
porque nació cuando nacimos y cuando nos muramos, si es
que muere, ni nosotros ni nadie lo sabe.

Pido a Dios que me ayude a decir, en un momento de gran
felicidad, cuál es este amor:
me siento a veces rodeado del exilio y escucho su lejano
bramido como el fragor del mar mezclado con la
borrasca inexplicable.

Una y otra vez surge ante mí el fantasma de Odiseo, con
los ojos arrasados por la sal de las olas
y por el deseo maduro de ver de nuevo el humo que brota
del hogar de su morada y su perro ya viejo
aguardándole a la puerta.

Inmenso él, se detiene musitando tras sus barbas encanecidas
palabras en nuestra lengua, como la hablaban
hace tres mil años.
Extiende una mano encallecida por las jarcias y el timón,
con la piel curtida por el cierzo, la canícula
y las nieves.


Parece querer arrojar de nosotros mismos al Cíclope
sobrehumano que mira por un único ojo, a las Sirenas
que te imponen el olvido, si las escuchas,
a Escila y Caribdis:
a tantos monstruos extraños que nos impiden pensar que
también él fue un hombre que luchó en el mundo
con cuerpo y alma.

Es el gran Odiseo: aquel que sugirió construir el caballo
de madera con el que los aqueos conquistaron
Troya.

Sueño que viene a enseñarme cómo construir yo un caballo
de madera con el que conquistar mi propia Troya.
Habla quedo y tranquilo, sin esfuerzo, parece conocerme
como un padre
o como uno de esos viejos marineros que apoyados en sus
redes - cuando había tormenta y bramaba el viento -
me decían, en mis años infantiles, la canción de Erotócrito
con lágrimas en los ojos
- temblaba yo en medio de mi sueño al escuchar la triste
suerte de Areti al bajar los peldaños de mármol.



Me dice el penoso esfuerzo de sentir las velas de tu
nave henchidas de nostalgia y de tu alma
convertida en timón.
Y también que estás solo, inmerso en la tiniebla de la
noche y a la deriva como la parva en la era.


La amargura de ver naufragar a tus amigos entre los
elementos dispersos: uno a uno.
Y qué vigor extraño sientes al hablar con los muertos
cuando los vivos que quedaron ya no bastan.


Habla... Aún veo sus manos que sabían comprobar si estaba
bien tallado, a proa el mascarón
que me den un sereno mar azul en el corazón del invierno.


Trad: Pedro Bádenas de la Peña

Extraído de: Poesía completa , Yorgos Seferis: Ed. Alianza, Madrid, 1989

11 comentarios:

  1. que hermosos versos épicos
    sigues con las entradas mitológicas y aventureras
    históricas e imaginativas.

    un abracito de luz
    que tengas una semana redonda.=)

    felíz dieciocho

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  2. Precioso, precioso. Intenso y emotivo. Me han gustado mucho.
    Gracias por compartirlo.
    Me he quedado sin ordenador, ahora estoy con uno que no funciona bien y llevo media hora para poder leerte y dejar un comentario. Espero que me lo arreglen pronto (si tiene arreglo, porque si no, tendré un grave problema...).
    Un beso de cereza.
    Tu amiga.

    Queralt.

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  3. Un joven amigo está buscando nombre para su futuro hijo. Ya sé. Le voy a ayudar. Le propondré... Erotócrito.

    Saludos.

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  4. Estremece pensar en los años que tiene escrito y la actualidad que muestra...
    Salud

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  5. Hermoso homenaje a Odiseo. Siempre emocionan sus aventuras en el mar, es un texto de gran belleza.

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  6. Algunas veces me pregunto ¿Qué enamoró a Ulysses - Odiseo? ¿Quizás fue mucha su astucia?
    Tantos años en volver a casa fueron excesivos...
    Después de veinte años ese amor tendría sabor añejo... No sé yo estos héroes, estas epopeyas...
    O pasó, o fue la mejor excusa de la historia
    ¿Quién le dice a su mujer al volver a casa... Cariño es que me encontré con unas sirenas... y tal y tal?
    Ay, ¡Qué mujer tan incrédula soy...!
    Los hombres actuales son mucho más sinceros jeje

    El poema me encanta. Parece extraído de algún Canto de Homero.

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  7. Por algún motivo le habrán dado el Nobel ¿no?.
    Estupenda poesía.
    Ayer no he podido entrar a comentar. No sé qué sucedía.
    Bicos.
    P.D. Hermoso vaso griego.

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  8. ¿De qué amor nos habla el poeta? ¿Qué nos quiere decir en este verso?: "Pido a Dios que me ayude a decir, en un momento de gran felicidad, cuál es este amor" Existe una conciencia drámatica y personal del poeta en torno al destino. Existe un diálogo amoroso con su pasado (mitos, poesía y, en general toda la cultura helenística) que le permita darle sentido a su presente y a su futuro, no menos incierto, que enfrenta el poeta. Esos grandes mitos que susurran al oído del poeta en lengua de hace tres mil años; para que le ayuden a enfrentar la desmemoria o el olvido. En Kavafís y Seféris, existe un conciencia dramática de la ciudad y su decadencia que les tocó vivir: Alejandría y Esmirna. Estos poetas miran su imagen en un espejo hecho pedazos y que están obligado a recoger. Ellos (los poetas) y nosotros (sus lectores): tenenemos una Troya que conquistar.
    La lectura de la poesía de Seféris y Kavafis: "es un sereno mar azul en el corazón del invierno"
    No hay que pasar desapercibido, la carga emotiva y simbólica de algunas palabras, imagenes y personajes, en los poemas de Seféris: estatuas, luna, mar, viajes, hogar, padre, hijo, esposa, casa, su alter ego:Odiseo; todo esto se resume en una palbra: amor.
    Por último, cito unas palabras de Seféris en torno a Eliot y Kavafís; en torno al papel del poeta en la sociedad:
    "...es difícil colocar en una misma categoría al poeta que sufre por una época así (de decadencia) y al que la contempla en toda su desolación y como tal la expresa. Éste no se identifica con la decadencia de su tiempo: prepara el terreno para un mañana diferente (...) más allá de los momentos históricos y las condiciones locales, lo que importa es que el arte haya podido seguir el eterno sendero por donde transita el alma de los hombres".
    Seféris nunca perdió la fé en el ser humano y en el helenismo como conjunto de valores que hay que mantener. Ya no basta hablar con los vivos que nos rodean, se necesita vigor para hablar con los muertos.
    Saludos

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  9. Por ahora he reciclado un enlace de Yorgos Seferis, parece que las 2 ultimas entradas fueron muy poco leídas, a juzgar por el número de comentarios.
    Espero volver este sábado.

    Gracias a todos por su apoyo

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  10. Por algo los Grandes los son. Universales e intemporales, traducen en palabras la épica humana, como en este hermoso poema.

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