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17 de agosto de 2011

CANTO DEL MACHO ANCIANO. Por Pablo de Rokha


Pablo de Rokha [que figuraba ya en Selva lírica, la siempre citada antología de 1917] irrumpe de cuerpo entero con una obra de excepción, Los gemidos [1922]. Desde este momento el poeta no pasará ya inadvertido. Su aporte no era la quiebra del verso libre [ya hecha por Pedro Prado en 1908 con sus Flores de cardo] ni la expresión de la transformación del mundo por la imagen [iniciada por Huidobro en El espejo de agua, 1916], sino la amalgamación de un desenfadado ímpetu verbal con el acarreo de todos los materiales reputados hasta entonces como antipoéticos. Irrumpen juntos 'el barro y las rosas', al decir del novel poeta de aquel entonces Pablo Neruda, en una nota crítica de Claridad, la revista de los estudiantes. Es un caudaloso torrente en el cual un Yo hipertrofiado se revela en una dicción a veces trabajosa, pero que arrastra en un torrente conmovedor los dichos y hechos de nuestra tierra y de sus hombres. Pablo de Rokha tiene la virtud de concitar la más decidida animadversión o la admiración más rendida ['este es un poema que hay que leer de rodillas', dice el poeta Mahfud Massis*, yerno suyo, al referirse al Canto del Macho Anciano]. Sus antiapologistas suelen coincidir en un punto: 'un poeta cuyos versos buenos son como hallar -y se halla- una aguja en un pajar, demasiado hablante, siempre lanzando peñascos de la misma dimensión'.

Sin embargo, si se accede a leer su copiosa obra, se ve una evolución en espiral.

Del anarquismo inicial [expresado en su libro de ensayos Heroísmo sin alegría, 1927] en donde define al comunismo como 'cosa de cerdos', deriva a un tono de epopeya popular a través de un personaje rabelesiano: Escritura de Raimundo Contreras -que continúa en parte de su obra actual. Luego siente el impacto del comunismo y se incorpora a la lucha política, lo que se refleja en su obra especialmente a partir de Canto de trinchera [1933], culminando en su último libro Estilo de masas. Por otra parte [y esto es un peligroso clisé donde frecuentemente se quiere encarcelar al poeta], Pablo de Rokha es el cantor de las comidas y bebidas de nuestra tierra, partiendo -como él mismo lo ha dicho- de que se ha bebido y comido a casi todo Chile. Su vida trashumante, de vendedor de sus propios libros, le ha dado un conocimiento minucioso del país, y ha hecho que se transforme -para el vulgo- en una especie de Gargantúa. Pero pensemos que, esencialmente, Pablo de Rokha es un hombre del viejo Chile central, nacido en una época todavía patriarcal, en un país que aún era 'rector en América Latina', con una moneda fuerte, con confianza en sí mismo [no existía aún el complejo del subdesarrollo, estimulado por nuestros subdesarrollados economistas]. Era un Chile dionisíaco, cuya personalidad está reflejada con real originalidad en de Rokha:

Y, ¿qué me dicen ustedes de un costillar de chancho con ajo, picantísimo, asado en asador de maqui, en junio, a las riberas del peumo o la patagua o el boldo que resumen la atmósfera dramática del atardecer lluvioso de Quirihue o de Cauquenes, / o de la guanaco en caldo de ganso, completamente talquina o licantenino de parentela?,

La chichita bien madura brama en las bodegas como una gran vaca sagrada, / y San Javier de Linares ya estará dorado, como un asado a la parrilla, / en los caminos ensangrentados en abril, la guitarra / del otoño llorará como la mujer viuda de un soldado, / y nosotros nos acordaremos de todo lo que no hicimos o pudimos y debimos y quisimos hacer, como un loco / asomado a la noria vacía de la aldea...

Sí, un gran dionisíaco, pero torturado por la certidumbre de que ese mundo patriarcal es un mundo en ruinas, y de que su camino debe ser otro; que abandona ese mundo, así como abandona el de la iglesia que atrapó su adolescencia ['Primero me agarró, por adentro, la Iglesia Católica, el Seminario, su manotada más pálida y su día domingo en lúgubre...'], de ahí a entonces se incorpora a una interpretación del mundo contemporáneo, trata de abrazar todos los tiempos, todos los países, todos los fenómenos históricos. De esa poesía épica, en tono mayor [tildada de monocorde], nacen a veces grandes descripciones, como aquella de Lenguaje del continente [1943] cuya descripción de los EE.UU. no vacilamos en estimar como de mayor intensidad que la de Howl de Allen Ginsberg, que tanta conmoción causa en muchos círculos poéticos de América Latina. Veamos un trozo:

...He mirado bajar a patadas al capitán negro con sus condecoraciones / de héroe nacional todo de luto desde los / tranvías de ajedrez del Washington infernal y asesinarlo / entre los oros pálidos de P. Street, en Dupont-Cercle, / he mirado los hoteles cósmicos de Miami albergar gangsters / y estrellas de Hollywood, / banqueros, prostitutas, obispos y diplomáticos, echando con / asco al varón de color, / y comer basura en New Orleans a los viejos judíos que / huían de Chicago acosados como estropajos por las jaurías inmundamente / borrachas del Ku-Klux-Klan, abrigándose el estómago con los poemas / de Cari Sandburg con el delirio genital religioso del Sinaí / ardiendo.

Pero este poeta épico da también en ocasiones las más hermosas notas líricas. Recordemos ese tan citado poema 'Círculo':

Estás sobre mi vida de piedra y hierro ardiente / como la eternidad encima de los muertos / recuerdo que viniste y has existido siempre / mujer, mi mujer mía, conjunto de mujeres, / toda la especie humana se lamenta en tus huesos.

En fin, el Premio Nacional ha venido a señalar a la atención publica
y a dar una suerte de inmortalidad a un poeta que ha recorrido todo Chile con gran amor, y 'ganándose la vida a patadas', como él mismo lo ha dicho. Que ha hecho de su poesía tanto su expresión vital como un arma de combate. Que como la mayor parte de los poetas de Chile, ha vivido con máxima modestia. A un poeta que lo ha sido toda una larga y azarosa vida.

CANTO DEL MACHO ANCIANO. Pablo de Rokha

Sentado a la sombra inmortal de un sepulcro,
o enarbolando el gran anillo matrimonial herido a la manera de palomas
............... que se deshojan como congojas,
escarbo los últimos atardeceres.
Como quien arroja un libro de botellas tristes a la Mar-Océano
o una enorme piedra de humo echando sin embargo espanto a los acantilados
............... de la historia
o acaso un pájaro muerto que gotea llanto,
voy lanzando los peñascos inexorables del pretérito
contra la muralla negra.
Y como ya todo es inútil,
como los candados del infinito crujen en goznes mohosos,
su actitud llena la tierra de lamentos.
Escucho el regimiento de esqueletos del gran crepúsculo,
del gran crepúsculo cardíaco o demoníaco, maníaco de los enfurecidos ancianos,
la trompeta acusatoria de la desgracia acumulada,
el arriarse descomunal de todas las banderas, el ámbito terriblemente pálido
de los fusilamientos, la angustia
del soldado que agoniza entre tizanas y frazadas, a quinientas leguas abiertas
del campo de batalla, y sollozo como un pabellón antiguo.
Hay lágrimas de hierro amontonadas, pero
por adentro del invierno se levanta el hongo infernal del cataclismo personal,
............... y catástrofes de ciudades
que murieron y son polvo remoto, aúllan.
Ha llegado la hora vestida de pánico
en la cual todas las vidas carecen de sentido, carecen de destino, carecen de
estilo y de espada,
carecen de dirección, de voz, carecen
de todo lo rojo y terrible de las empresas o las epopeyas o las vivencias ecuménicas,
que justificarán la existencia como peligro y como suicidio; un mito enorme,
equivocado, rupreste, de rumiante
fue el existir; y restan las chaquetas solas del ágape inexorable, las risas caídas
y el arrepentimiento invernal de los excesos,
en aquel entonces antiquísimo con rasgos de santo y de demonio,
cuando yo era hermoso como un toro negro y tenía las mujeres que quería
y un revólver de hombre a la cintura.

Fallan las glándulas
y el varón genital intimidado por el yo rabioso, se recoge a la medida del abatimiento
............... o atardeciendo
araña la perdida felicidad en los escombros;
el amor nos agarró y nos estrujó como a limones desesperados;
yo ando lamiendo su ternura,
pero ella se diluye en la eternidad, se confunde en la eternidad, se destruye en
............... la eternidad y aunque existo porque batallo y 'mi poesia es mi
............... militancia',
todo lo eterno me rodea amenazándome y gritando desde la otra orilla.
Busco los musgos, las cosas usadas y estupefactas,
lo post pretérito y difícil, arado de pasado e infinitamente de olvido, polvoso
y mohoso como las panoplias de antaño, como las familias de antaño
...............como las monedas de antaño,
con el resplandor de los ataúdes enfurecidos,
el gigante relincho de los sombreros muertos, o aquello únicamente aquello
que se está cayendo en las formas,
el yo público, la figura atronadora del ser
que se ahoga contradiciéndose.

Ahora la hembra domina, envenenada,
y el vino se burla de nosotros como un cómplice de nosotros, emborrachándonos,
...............cuando nos llevamos la copa a la boca dolorosa,
acorralándonos y aculatándonos contra nosotros mismos como mitos.

Estamos muy cansados de escribir universos sobre universos
y la inmortalidad que otrora tanto amaba el corazón adolescente, se arrastra
como una pobre puta envejeciendo;
sabemos que podemos escalar todas las montañas de la literatura como en la
..............juventud heroica, que nos aguanta el ánimo
el coraje suicida de los temerarios, y sin embargo yo,
definitivamente viudo, definitivamente solo, definitivamente viejo, y apuñalado
de padecimientos,
ejecutando la hazaña desesperada de sobrepujarme,
el autorretrato de todo lo heroico de la sociedad y la naturaleza me abruma;
¿qué les sucede a los ancianos con su propia ex-combatiente sombra?
se confunden con ella ardiendo y son fuego rugiendo sueño de sombra hecho de sombra,
lo sombrío definitivo y un ataúd que anda llorando sombra contra sombra.
Viviendo del recuerdo, amamantándome
del recuerdo, el recuerdo me envuelve y al retornar a la gran soledad de la adolescencia,
padre y abuelo, padre de innumerables familias,
rasguño los rescoldos, y la ceniza helada agranda la desesperación
en la que todos están muertos entre muertos,
y la más amada de las mujeres, retumba en la tumba de truenos y héroes
labrada con palancas universales o como bramando.
¿En qué bosques de fusiles nos esconderemos de aquestos pellejos ardiendo?
porque es terrible el seguirse a sí mismo cuando lo hicimos todo, lo quisimos
..............todo, lo pudimos todo y se nos quebraron las manos,
las manos y los dientes mordiendo hierro con fuego;
y ahora como se desciende terriblemente de lo cuotidiano a lo infinito, ataúd por ataúd,
desbarrancándonos como peñascos o como caballos mundo abajo,
vamos con extraños, paso a paso y tranco a tranco midiendo el derrumbamiento general,
calculándolo, a la sordina,
y de ahí entonces la prudencia que es la derrota de la ancianidad;
vacias restan las botellas,
gastados los zapatos y desaparecidos los amigos más queridos, nuestro viejo tiempo, la época
y tu, Winétt, colosal e inexorable.
Todas las cosas van siguiendo mis pisadas, ladrando desesperadamente,
como un acompañamiento fúnebre, mordiendo el siniestro funeral del mundo,
..............como el entierro nacional
de las edades, y yo voy muerto andando.
Infinitamente cansado, desengañado, errado,
con la sensación categórica de haberme equivocado en lo ejecutado o desperdiciado
..............o abandonado o atropellado al avatar del destino
en la inutilidad de existir y su gran carrera despedazada;
comprendo y admiro a los líderes,
pero soy el coordinador de la angustia del universo, el suicida que apostó su destino
..............a la baraja
de la expresionalidad y lo ganó perdiendo el derecho a perderlo,
el hombre que rompe su época y arrasándola, le da categoría y régimen,
pero queda hecho pedazos y a la expectativa;
rompiente de jubilaciones, ariete y símbolo de piedra,
anhelo ya la antigua plaza de provincia
y la discusión con los pájaros, el vagabundaje y la retreta apolillada en los extramuros.
Está lloviendo, está lloviendo, está lloviendo,
¡ojalá siempre esté lloviendo, esté lloviendo siempre y el vendaval desenfrenado
..............que yo soy íntegro, se asocie
a la personalidad popular del huracán!
A la manera de la estación de ferrocarriles,
mi situación está poblada de adioses y de ausencia, una gran lágrima enfurecida
derrama tiempo con sueño y águilas tristes;
cae la tarde en la literatura y no hicimos lo que pudimos,
cuando hicimos lo que quisimos con nuestro pellejo.
El aventurero de los océanos deshabitados,
el descubridor, el conquistador, el gobernador de naciones y el fundador de
..............ciudades tentaculares,
como un gran capitán frustrado,
rememorando lo soñado como errado y vil o trocando en el escarnio celestial del vocabulario
espadas por poemas, entregó la cuchilla rota del canto
al soñador que arrastraría adentro del pecho universal muerto, el cadáver de
..............un conductor de pueblos,
con su bastón de mariscal tronchado y echando llamas.

2 comentarios:

  1. gran poeta chileno nos has acercado
    pero lamentablemente con una muerte tan trágica

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  2. Precioso poema.Gran escritor aquél que lo escribió.Besos de luz para ti y los que amas.

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