Me ven ahora

4 de septiembre de 2008

Cuentos Breves


El mundo. Augusto Monterroso

Dios todavía no ha creado el mundo; sólo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.

La ejecución. Hermann Hesse

En su peregrinación, el maestro y algunos de sus discípulos bajaron de la montaña al llano y se encaminaron hacia las murallas de la gran ciudad. Ante la puerta se había congregado una gran muchedumbre. Cuando se hallaron más cerca vieron un cadalso levantado y los verdugos ocupados en llevar a rastras hacia el tajo a un individuo ya muy debilitado por el calabozo y los tormentos. La plebe se agolpaba alrededor del espectáculo. Hacían mofa del reo y le escupían, movían bulla y esperaban con impaciencia la decapitación. -¿Quién será y qué delitos habrá perpetrado -se preguntaban unos a otros los discípulos- para que la multitud desee su muerte con tanto afán? Aquí no se ve a nadie que manifieste compasión ni que llore. -Supongo que será un hereje -dijo el maestro con tristeza. Siguieron acercándose, y cuando se vieron confundidos con el gentío los discípulos preguntaron a izquierda y derecha quién era y qué crímenes había cometido el que en aquellos momentos se arrodillaba frente al tajo. -Es un hereje -decía la gente muy indignada-. ¡Hola! ¡Ahora inclina su cabeza condenada! ¡Acabemos de una vez! En verdad ese perro quiso enseñarnos que la ciudad del Paraíso tiene sólo dos puertas, ¡cuando a todos nosotros nos consta perfectamente que las puertas son doce! Asombrados, los discípulos se reunieron alrededor del maestro y le preguntaron: -¿Cómo lo adivinaste, maestro? Él sonrió y, mientras echaba de nuevo a andar, dijo en voz baja: -No ha sido difícil. Si fuese un asesino, o un bandolero o cualquier otra especie de criminal, habríamos visto entre las gentes del pueblo pena y compasión. Muchos llorarían y algunos hasta pondrían el grito en el cielo proclamando su inocencia. Al que tiene una creencia diferente, en cambio, se le puede sacrificar y echar su cadáver a los perros sin que el pueblo se inmute.

Teoría de Dulcinea Juan José Arreola

En un lugar solitario cuyo nombre no viene al caso hubo un hombre que se pasó la vida eludiendo a la mujer concreta. Prefirió el goce manual de la lectura, y se congratulaba eficazmente cada vez que un caballero andante embestía a fondo uno de esos vagos fantasmas femeninos, hechos de virtudes y faldas superpuestas, que aguardan al héroe después de cuatrocientas páginas de hazañas, embustes y despropósitos.

En el umbral de la vejez, una mujer de carne y hueso puso sitio al anacoreta en su cueva. Con cualquier pretexto entraba al aposento y lo invadía con un fuerte aroma de sudor y de lana, de joven mujer campesina recalentada por el sol.

El caballero perdió la cabeza, pero lejos de atrapar a la que tenía enfrente, se echó en pos a través de páginas y páginas, de un pomposo engendro de fantasía. Caminó muchas leguas, alanceó corderos y molinos, desbarbó unas cuantas encinas y dio tres o cuatro zapatetas en el aire.

Al volver de la búsqueda infructuosa, la muerte le aguardaba en la puerta de su casa. Sólo tuvo tiempo para dictar un testamento cavernoso, desde el fondo de su alma reseca. Pero un rostro polvoriento de pastora se lavó con lágrimas verdaderas, y tuvo un destello inútil ante la tumba del caballero demente.

Ágrafa musulmana en papiro de oxyrrinco Juan José Arreola

Estabas a ras de tierra y no te vi. Tuve que cavar hasta el fondo de mí para encontrarte.

GARCÍA MÁRQUEZ El drama del desencantado.

"...el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida."

JULIO CORTÁZAR Las líneas de la mano.

Historias de cronopios y de famas, 1962
"De una carta tirada sobre la mesa sale una línea que corre por la plancha de pino y baja por una pata. Basta mirar bien para descubrir que la línea continúa por el piso del parqué, remonta el muro, entra en una lámina que reproduce un cuadro de Boucher, dibuja la espalda de una mujer reclinada en un diván, y por fin escapa de la habitación por el techo y desciende en la cadena del pararrayos hasta la calle. Ahí es difícil seguirla a causa del tránsito pero con atención se la verá subir por la rueda del autobús estacionado en la esquina y que lleva al puerto. Allí baja por la media de nilón cristal de la pasajera más rubia, entre el territorio hostil de las aduanas, rampa y repta y zigzaguea hasta el muelle mayor, y allí (pero es difícil verla, solo las ratas la siguen para trepar a bordo) sube al barco de turbinas sonoras, corre por las planchas de la cubierta de primera clase, salva con dificultad la escotilla mayor, y en una cabina donde un hombre triste bebe coñac y escucha la sirena de partida, remonta por la costura del pantalón, por el chaleco de punto, se desliza hasta el codo, y con un último esfuerzo se guarece en la palma de la mano derecha, que en ese instante empieza a cerrarse sobre la culata de una pistola."

JOSÉ LUIS BORGES El regreso de Heráclito.

"Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca aquel en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach."

César Vallejo EL BUEN SENTIDO

Hay, madre, un sitio en el mundo, que se llama París. Un sitio muy grande y lejano y otra vez grande.
Mi madre me ajusta el cuello del abrigo, no porque empieza a nevar, sino para que empiece a nevar.
La mujer de mi padre está enamorada de mí, viniendo y avanzando de espaldas a mi nacimiento y de pecho a mi muerte. Que soy dos veces suyo: por el adiós y por el regreso. La cierro, al retornar. Por eso me dieran tánto sus ojos, justa de mí, in fraganti de mí, aconteciéndose por obras terminadas, por pactos consumados.
Mi madre está confesa de mí, nombrada de mí. ¿Cómo no da otro tanto a mis otros hermanos? A Víctor, por ejemplo, el mayor, que es tan viejo ya, que las gentes dicen: ¡Parece hermano menor de su madre! ¡Fuere porque yo he viajado mucho! ¡Fuere porque yo he vivido más!
Mi madre acuerda carta de principio colorante a mis relatos de regreso. Ante mi vida de regreso, recordando que viajé durante dos corazones por su vientre, se ruboriza y se queda mortalmente lívida, cuando digo, en el tratado del alma: Aquella noche fui dichoso. Pero, más se pone triste; más se pusiera triste.
—Hijo, ¡cómo estás viejo!
Y desfila por el color amarillo a llorar, porque me halla envejecido, en la hoja de espada, en la desembocadura de mi rostro. Llora de mí, se entristece de mí. ¿Qué falta hará mi mocedad, si siempre seré su hijo? ¿Por qué las madres se duelen de hallar envejecidos a sus hijos, si jamás la edad de ellos alcanzará a la de ellas? ¿Y por qué, si los hijos, cuanto más se acaban, más se aproximan a los padres? ¡Mi madre llora porque estoy viejo de mi tiempo y porque nunca llegaré a envejecer del suyo! Mi adiós partió de un punto de su ser, más externo que el punto de su ser al que retorno. Soy, a causa del excesivo plazo de mi vuelta, más el hombre ante mi madre que el hijo ante mi madre. Allí reside el candor que hoy nos alumbra con tres llamas. Le digo entonces hasta que me callo:
—Hay, madre, en el mundo un sitio que se llama París. Un sitio muy grande y muy lejano y otra vez grande.
La mujer de mi padre, al oírme, almuerza y sus ojos mortales descienden suavemente por mis brazos.

La Que No Está de "Casa de Geishas", de Ana María Shua. © 1992 Editorial Sudamericana


Ninguna tiene tanto éxito como La Que No Está. Aunque todavía es joven, muchos años de práctica consciente la han perfeccionado en el sutilísimo arte de la ausencia. Los que preguntan por ella terminan por conformarse con otra cualquiera, a la que toman distraídos, tratando de imaginar que tienen entre sus brazos a la mejor, a la única, a La Que No Está.

14 comentarios:

  1. ¡Qué buenos escritores y textos elegiste!

    El de J.J. Arréola es una parodia a Don Quijote. ¿O no?

    Nunca pude leer Historias de Cronopios y Famas. No me gustó desde el principio.

    Para mí, el mejor es el Desencantado de Gabito.

    Gracias.

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  2. hola,muy buenos escritores,pero realmente lo importante es leer nunca dejar de leer,claro esta que si es un buen escritor se hace mas amena la lectura un besito

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  3. Buenísima tu idea de los textos breves. Me gustó mucho el de HH, no lo conocía. Gracias!

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  4. Esto, lo breve, demuestra que para encantar, los escritores no necesitan de abultadas páginas.

    Saludos.

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  5. Gracias por tus magníficas aportaciones.

    Salud♥s

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  6. Hay que agradecerte el intentar abrir las puertas, a la gente hacia la lectura, es un buen método el tuyo.

    Un abrazo.

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  7. Paso rápida, pero luego vuelvo a leer con calma lo que nos dejas.

    Un placer

    Mil gracias

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  8. Muy buenos todos, aunque me quedo con el de HEsse y el último

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  9. Hola, muy buenos textos, asi breves se disfrutan mejor. un beso, cuidate.

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  10. Casi casi, voy a tener q nombrar tu blog en mi tesina para referir algunos de tus textos... vos sabes que escribo mi tesina sobre microrrelatos?

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  11. Muy buena elección de cuentos breves y excelsos escritores.
    Besitos♥


    PD: Felicitaciones por todos los premios que acabo de ver en el otro blog.

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  12. Placeme saludarte Ulysses. Espero tener un poquito mas de tiempo,para adentrarme un tus cuentos. Con infinito respeto. Miriam

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  13. Estabas a ras de tierra y no te vi. Tuve que cavar hasta el fondo de mí para encontrarte.

    Muy bueno y convincente.

    Ya he tomado nota del premio el cual te agradezco de corazón... te comento un detalle, te he puesto compartido porque ya es la quinta vez que lo recibo, y hoy sobre manera es un día muy señalado por ser la Festividad de la Patrona de Asturias, la Virgen de Covadonga.

    Por lo tanto te doy mis más afectivas gracias por acordarte de mi sin apenas cruzarnos muchas palabras. Y otra cosita también te enlace, es el modelo antiguo pero menos da una piedra.

    Adiós y hasta el próximo encuentro.
    Un saludo desde él otro lado del océano.

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  14. Acá estoy pasando por tu casa. Y aunque elegí esta entrada, y el día de hoy para dejarte el comentario, llevo leídos con gusto tus cuentos, micros y reflexiones hace un tiempo ya. Interesante, y ameno rincón, para los que asiduos lectores, buscamos calidad y calidez en los textos. Fue un gusto haber pasado por aquí. Te sigo leyendo. Un abrazo.

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