Pocket watch, I tick well.
The streets are lizardy crevices
Sheer-sided, with holes where to hide.
It is best to meet in a cul-de-sac,
A palace of velvet
With windows of mirrors.
There one is safe,
There are no family photographs,
No rings through the nose, no cries.
Bright fish hooks, the smiles of women
Gulp at my bulk
And I, in my snazzy blacks,
Mill a litter of breasts like jellyfish.
To nourish
The cellos of moans I eat eggs -
Eggs and fish, the essentials,
The aphrodisiac squid.
My mouth sags,
The mouth of Christ
When my engine reaches the end of it.
The tattle of my
Gold joints, my way of turning
Bitches to ripples of silver
Rolls out a carpet, a hush.
And there is no end, no end of it.
I shall never grow old. New oysters
Shriek in the sea and I
Glitter like Fontainebleau
Gratified,
All the fall of water and eye
Over whose pool I tenderly
Lean and see me.
GIGOLÓ
Reloj de bolsillo, mi tic-tac es bueno.
Las calles son grietas de lagarto
escarpadas, con agujeros donde esconderse.
Lo mejor es encontrarse en un callejón sin salida,
un palacio de terciopelo
con ventanas de espejos.
Allí uno se siente seguro,
sin fotografías de familia,
sin aros en la nariz, sin gritos
brillantes anzuelos de pesca, a las mujeres se les corta
la sonrisa ante mi tamaño
y yo, con mi elegante ropa negra,
pisoteo un montón de corazones como si fuesen medusas.
Para alimentar
el sonido de violonchelo de los gemidos yo como huevos -
huevos y pescado, lo esencial,
el calamar afrodisíaco.
Mi boca se contrae,
la boca de Cristo
cuando mis fuerzas llegan a su fin.
El sonido de mis
doradas articulaciones, el modo en que convierto
maldiciones en murmullos de plata
extiende una alfombra a mis pies, un silencio.
Y no hay un final, no se termina.
Nunca maduraré. Jóvenes ostras
gritan de dolor en el mar y yo
reluzco como Fontainebleau
satisfecha,
la entera catarata de agua es un ojo
en cuyo remanso con lentitud
me inclino a contemplarme.
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Gracias Francisco por compartir estos poemas de Sylvia Plath
ResponderBorrar¡Muchas gracias!
Aquí llego hoy buscando un poco de silencio en mitad de estas fiestas de Valencia, llenas de música y pólvora.
ResponderBorrarMe situo bajo el comentario de la dulce Clarissa. Aquí entre mis dos amigos me dejo llevar por vuestras sugerencias y descubro que me comienza a gustar Sylvia Plath.
Un abrazo a los dos.