OLIVOS CON CIELO AMARILLO Y SOL
Vincent Willem van Gogh
Saint-Rémy: Noviembre, 1889 Minneapolis, The Minneapolis Institute of Art
Yo quisiera estar siempre como tú, viejo olivo,enhiesto bajo el cielo azul de Andalucía,
como un dios que se siente eternamente vivo,
heraldo de una tierra que anuncia la alegría.
Sembraría en el viento estos versos que escribo,
para que todo el mundo oyera la armonía
del árbol de los sueños, del árbol sensitivo,
que sólo da frutos de amor y de poesía.
Quisiera mirar siempre la soledad del monte,
la belleza sin fondo del mar del horizonte,
la tierra que me acoge, hermosa como un verso.
Y levantar mis ramas al cielo como un grito,
para así proclamar mi dolor infinito,
cuando quieran cortarme, a todo el universo.
Parece ser que a través de sus olivos Van Gogh deseaba transmitir su "angustia", aunque no como síntoma de desesperación sino más bien como consuelo, ya que pensaba que sus cuadros debían consolar al público que los contemplaba y al propio Vincent el primero. No olvidemos su profunda religiosidad y el simbolismo subyacente de los olivos de Tierra Santa, aunque quizá sólo se preocupara por transmitirnos el paisaje de las cercanías de su sanatorio de Saint-Rémy, sin más profundidad que la belleza de la visión.
Técnicamente, está empleando la pincelada en facetas que le caracteriza, con un trazo rápido y vigoroso que se aprecia con claridad, disponiendo los pequeños toques de color alrededor del sol, de manera concéntrica. La línea ondulada - una de sus favoritas - la encontramos en los olivos, algunas de cuyas siluetas aparecen marcadas con una línea más oscura como muestra del contacto - aunque sólo sea epistolar - con las ideas simbolistas de Bernard y Gauguin. Respecto al color, continua empleando la gama de complementarios que avanzó Delacroix e hizo suya el Impresionismo; los tonos naranjas contrastan con el azul, formándose una sombra coloreada en tonos grises. Las montañas malvas del fondo son un claro recuerdo de su maestro, Camille Pissarro.
Nunca pensé que los olivos tendrían tanta presencia en mi vida, vivo rodeado de ellos...
ResponderBorrarSalud
Van Gogh es un grande...
ResponderBorrarbesos
Hermosa imagen. Bello y tierno poema. Un placer leerte. Besos, cuidate.
ResponderBorrarFrancisco,precioso y sentido poema.Besos dulces para ti y para TU CAMINAR.
ResponderBorrarun abrazo regrande para ti Francisco, mucha energía y mucha slaud!!
ResponderBorrarEs gratisimo leerte.
ResponderBorrarOlivos, arboles que admiro y que de alguna forma , hacen una vida interesante en su entorno.
Cariños
En la feria del libro del año pasado, en Argentina, mi hijo de 5 años fue a un taller sobre Vincent van Gogh. Estuvo excelente. A partir de ese momento, los girasoles y el color amarillo forman una cadena semántica que van directo al pintor.
ResponderBorrarSaludos
Simplemente.... MARAVILLOSO!!!!
ResponderBorrarFrancisco, paso a saludar y dejarte un beso, cuidate mucho.
ResponderBorrarAdemas del genio de Van Gogh, está claro que los olivos inspiran, para mi que soy de pueblo, es por que llevan las historias de los que estuvieron antes que nosotros, olivos centenarios que en su belleza, desarman el corazón y en su fuerza y en su poder.
ResponderBorrarUn beso
Veo, Francisco, que los olivos están regularmente presentes en tus sentires y en tus afectos.
ResponderBorrarMás vale así,porque podría mirarse en forma equívoca si en lugar de ellos...fuesen las parras. (jajaja)
Me gustan mucho los campos poblados de olivos, su fuerza y a la vez, su cercanía a la tierra.
ResponderBorrarY me encanta Van Gog, por supuesto.
Un abrazo