Volver a los diecisiete
Loada y recordada sea Mary Quant entre las místicas,
porque de ella será la tijera de oro con que el cielo recortará las nubes.
Bendito Cat Stevens entre los santos que se abrazan en las discotecas,
porque de él serán los artefactos plateados que giran en el Cosmos.
Veneración a Ginsberg arisco entre los gatos de escayola de Buda,
porque de él serán otra vez las selvas verdes tras el otoño de napalm.
Gratitud a Shakespeare que viajaba en segunda clase de los trenes
porque de él serán los barcos de papel de todas las pensiones.
Recuerdos para el Sena, el río sagrado de Rimbaud en el que hay ballenas.
Elogiado Jean Gabin en blanco y negro, Camus antes de Argelia.
Enaltecidos los de Liverpool que hicieron asomarse a Dios al mundo.
Ensalzado el huésped del alero, el gorrión de provincias
para el que nunca hay sitio en la antología de los pájaros.
Alabado Klee niño y Paul anciano, la escoba de pintar estrellas
con la que barre Violeta Parra la carpa vacía de los cielos.
Benditas las postales que llegan en verano escritas por el mar
y los sellos de colores subidos al tejado de las cartas de amor.
Loado el número siete que en la tabla de multiplicar es muchas veces siete,
volver a los diecisiete, volver a los veintisiete, volver a los treinta y siete.
Con volver a los 37 me conformaba...jajaja
ResponderBorrarSalud
¡genial!
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